Un sillón, un baño y un final sorpresivo
Arde la ciudad. Afuera llueve. Y en el departamento, puertas adentro, los que están prendidos son ellos.
Hace mucho calor y el aire acondicionado no funciona. El ardor, con dirección de Luciano Cáceres, se estrenó el viernes 5 de enero en el teatro Auditorium de Mar del Plata. Escrita por el joven bonaerense Alfredo Staffolani, la protagonizan el propio Cáceres, Valentina Bassi, Joaquín Berthold y Santiago Magariños.
Con producción del Ministerio de Gestión Cultural de la Provincia, El ardor propone una reflexión sobre los vínculos familiares. En medio de un calor insoportable, la familia de Rita (Bassi), una maestra de apoyo escolar, Marco (Cáceres), un escritor de artículos en blogs y Manu (Magariños), el hijo adolescente en pleno despertar sexual, planea un viaje a una casa en el Tigre. Pero recibe la visita de Antonio (Joaquín Berthold), un primo del Paraná, que revolverá viejas tensiones familiares en una his- toria que transcurre en alrededor de una semana.
Toda la acción sucede en un sillón y un baño, en el que algo del ardor se va a apagar. “Es una obra de cuerpos y agua”, dice Valentina. Luego deja de hacer calor y empieza el frío, y el ambiente empieza a oscurecerse.
“El final no tiene nada que ver con la comedia”, anticipa Luciano el desenlace, sin dar precisiones. “El público se tiene que sorprender”, sentencia.