De la derrota “cantada” a un candidato del PJ competitivo en 2019
Peronismo. Crecen las expectativas tras las protestas de diciembre contra el gobierno y la situación económica.
Poco perceptible y más anímico que objetivo, el peronismo experimentó en las últimas semanas un giro optimista: abandonó el status de derrota inevitable que sembró el 22-O y se permite ver una luz al final del túnel.
Las elecciones de octubre inyectaron en la dirigencía del PJ la certeza de que había macrismo hasta, mínimo, 2023, y que las reelecciones de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal eran irreversibles. Eso instaló una referencia simbólica: el peronismo debía encontrar su Massacesi para el 2019, en referencia a Horacio Massacesi, radical que gobernó Río Negro y que en 1995 fue candidato presidencial contra Carlos Menem. En criollo: un dirigente que se sacrifique como candidato para que el PJ compita y siente las bases para un futura, e imaginaria, recuperación. Un nombre para la derrota.
Hubo, incluso, nombres. De Juan Manuel Urtubey, que no puede reelegir en Salta, a Daniel Scioli, al que sus entornistas proponen que recorra el país porque es "de los pocos dirigentes con conocimiento nacional". O Axel Kicillof. Pero la hipótesis de continuismo de Cambiemos se alteró con los tropiezos del gobierno, las protestas de diciembre y una economía que no da señales de recuperación real.
"Una luz al final del túnel", sintetiza un dirigente del interior del país. Esa expectativa agitó, además, los movimientos unionistas entre peronistas, cuyo portavoz más activo fue Gustavo Menéndez, presidente del PJ bonaerense. Sobre la teoría de la "unidad", en la que algunos dicen que es fundamental una PASO nacional, el PJ de los gobernadores, y otros prefieren una lista de acuerdo -es lo que empuja Cristina Kirchner-, se montó la expectativa sobre el 2019.
"Hay que ir a una primaria, para evitar que Cambiemos gane en primera vuelta y después en el balotaje puede ser para cualquiera: Macri le ganó a Scioli por menos de 3 puntos, en 2019 puede ser al revés", dicen.
Como contracara de la teoría derrotista de un Massacesi peronista, apareció otra referencia histórica: Andrés Framini, el sindicalista que fue electo gobernador el 18 de marzo de 1962 pero no pudo asumir.
Jefe de la Asociación Textil y referente de la Resistencia peronista, Framini fue "bendecido" por un Perón, exiliado y proscripto. Gobernaba Arturo Frondizi. Desde el exterior lanzó la fórmula Framini gobernador, Perón vice. Al final, el segundo escalón fue para Francisco Anglada que aportó la rima para el eslogan "Framini, Anglada, Perón a la Rosada". Sin posibilidad de usar el sello PJ, compitieron con la marca Unión Popular que obtuvo, en Buenos Aires, el 38,2%.
Así aparece la idea de pasar de la derrota cantada a un PJ con un candidato competitivo. Sigue siendo una incógnita el formato de la unidad. Pela invocación Framini tiene un doblez: supone que ni Cristina ni ninguno de los dirigentes con rodaje, quede en la grilla para el 2019. Artificios y ensayos de laboratorio cuando faltan eternidades. ■