“Lo esencial del ser humano se va perdiendo entre estereotipos”
Quería compartir con los lectores algo que escribió mi hija que me llenó de orgullo.
“El ser humano es básicamente bueno. Cuando nacemos, una de las primeras características que se ven reflejadas a simple vista es la inocencia, la serenidad, y eso es lo que lamentablemente vamos perdiendo cuando crecemos. ¿Por qué? Creo que la respuesta no es una. Vivimos en un mundo en el que la felicidad se alcanza con cosas y que para triunfar hay que tener más. Todo lo esencial del ser humano se va perdiendo entre tantos estereotipos, entre tantos miedos a decir lo que uno realmente cree, y eso lleva a conflictos. Muchos de los problemas que sucedieron en siglos anteriores fueron por la falta de comunicación o por el hecho de que otra persona, igual al resto, se creía superior y por tener el poder para hacer lo que sea, imponía sus pensamientos sobre los demás.
Si Dios es nuestro Padre, nosotros somos hermanos, y el día que podamos entender eso sin la necesidad de ver para creer, vamos a dejar de atacar y perjudicar a nuestra familia. Si bien cada uno tiene libertad, tenemos que entender que ser libre no significa hacer lo que quiero y que el otro sufra las conse- cuencias. Dios nos dio libertad y nosotros tenemos que aprovecharla, y ser responsables de nuestros actos. La violencia lleva a más violencia, pero las personas están tan preocupadas por sí mismas que no les importa, y al parecer el método más fácil es ese. Siempre el peor camino. El que no nos haga pensar demasiado. El camino por el cual el beneficio es para uno solo y no para más,... va a ser el más fácil. En cambio, el camino con Dios, en el cual se nos presentan situaciones de lucha día a día, en el que caminamos de a muchos, es el más largo y cansa,... pero es el mejor.
En lo que respecta al diálogo interreligioso, estoy de acuerdo con el papa Francisco, y creo que es muy cierto que para poder establecer un vínculo verdadero es necesario tener en mente lo que cada uno piensa y sin miedo poder afirmar nuestras creencias. No obstante, es importante aclarar que esto no es obligar o imponer nuestros pensamientos, sino que significa poder conocerse a uno mismo para poder aceptar lo que los demás piensan, y sacarle provecho a la diversidad que se nos presenta, ya que esa misma nos diferencia, y además nos da la oportunidad de aprender más”.