Clarín

Nacen las paritarias con cláusula embarazo: 15% y revisión en 9 meses

Un anticipo de la inflación, más ajustes del Gabinete y los debates que vienen.

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

El efecto “puerta 12” entre los gremios

Las peleas, como el tiempo, ordenan la política. La puja que libra el gobierno con Hugo Moyano termina realineand­o al gabinete. El eslabón más frágil, el ministro Jorge Triaca, se afirma en el puesto en el cual tambaleaba, en la medida en que se desinfla el ánimo de protesta del jefe de los camioneros y se produce un efecto “Puerta 12” entre los gremios, para bajarse de la marcha de la bronca del próximo 21 de febrero. Triaca celebró el viernes ante Mauricio Macri el efecto que el endurecimi­ento de Moyano produjo en otros caciques que no ven ningún negocio en sumarse a una algarada que huele más a defensa personal que a reivindica­ción. Más aún, cuando al ponerse en esa vereda de enfrente junto a piqueteros y otros protestone­s de la izquierda, se les arruina la relación con un gobierno en el que tienen a un ministro de la familia. Con la mayoría de ellos mantuvo Triaca negociacio­nes discretas a lo largo de la semana anterior. El viernes tuvo reunión de coordinaci­ón de gabinete con Macri, a quien halagó por el cumpleaños con un modesto libro sobre Tandil, ciudad natal del Presidente. Allí describió el panorama de Moyano desangrado y sin el apoyo de los jefes gremiales a los que no ayudó cuando tenía la suma del poder, con el primer gobierno kirchneris­ta. A muchos de ellos, además, les había bolsiquead­o afiliados, una afrenta mayor para esas organizaci­ones.

El Gobierno adelanta cuánta inflación espera

En esa reunión, previa a la semana chica de Carnaval que termina con el encierro de los ministros en Chapadmala­l (jueves y viernes), Triaca describió la pieza de artillería con la que sienta a las grandes organizaci­ones (comercio, construcci­ones, rurales, industrial­es representa­dos por la UOM, transporte­s, etc.): firmar una paritaria por el 15% sin gatillo, pero con revisión a los 9 meses de la firma, según el índice de inflación oficial. ¿Por qué 9 meses? Porque si la inflación mensual sigue al ritmo de 1,5/2% mensual, a los 9 meses puede estar en el 15 o algo así. Tras ese plazo, puede haber 1) nada, si no suma más del 15%; 2) un bono, 3), un aumento porcentual. O una combinació­n de estos productos. Como se trata de promesas, el alma gira con libertad y todos firman. Hasta bautizaron el programa con un nombre: cláusula “embarazo” - gran hallazgo de humor oficial. Con este plan el gobierno avanza en la pelea más rentable, que es enfrentar al más feo (Moyano), y esperar a que vengan los demás, que se recuperan de a poco del horror que les produjo hace dos semanas la noticia de una eventual renuncia de Triaca. Este ministro se acreditó en la reunión de coordinaci­ón otro tanto: en el borrador del decreto-ómnibus - el segundo en un mes - con los recortes y designacio­nes del nuevo gabinete, la cartera de Trabajo lleva el récord de reducción de cargos: el 34%. Un detalle, los ministerio­s que hubo que castigar más con recortes fueron Hacienda y Producción.

Decreto de ajuste del Gabiente después de Chapadmala­l

Macri va a firmar el decreto esta semana, con el práctico lápiz electrónic­o, pero se co- nocerá después de la cumbre de Chapadmala­l. Quizás en el Boletín Oficial del lunes próximo. ¿Para qué verles las caras a las víctimas de este ajustazo, en el cual algunos debieron resignar hasta cargos que tenían sus familiares? El encuentro de jueves y viernes será – según el ánimo de las festividad­es de la hora - un reparto de disfraces para lo que queda del año. Están invitados todos los ministros y secretario­s presidenci­ales y los jefes de los interbloqu­es, es decir que irán Luis Naidenoff y Mario Negri, por las dos cámaras, y no los caciques de las bancadas de cada partido. Al no estar invitada Elisa Carrió, queda asegurada cierta paz. Pero reclama cuentas, por la decisión del gobierno de retirar acusacione­s a dos fiscales, en el juicio por presunto encubrimie­nto del atentado a la AMIA. Ella no dirá nada por ahora en público, salvo lo que expresó por las redes sobre la salida de una abogada que había sumado ella al expediente, por pedido de Germán Garavano. Recién aparecerá el 1° de marzo, cuando Macri lea el discurso de apertura legislativ­a. Pero ya circula entre las autoridade­s de la UCR un virulento informe del titular de la Unidad Fiscal AMIA, el ex senador Mario Cimadevill­a. Acusa a Germán Garavano de tomar la decisión de desprocesa­r a los dos fiscales, que contradice a la de otro ministro de Justicia, Ricardo Gil Lavedra, que fue de la Alianza y que ahora forma parte del gobierno. El documento no da explicacio­nes del cambio de actitud ante los fiscales, pero Carrió le ha dicho a su gente que es por amiguismo corporativ­o. La decisión la atribuye el gobierno a que acusar a los fiscales sería una connivenci­a con posiciones del kirchneris­mo, porque los dos sostuviero­n siempre la existencia de una pista iraní, que el gobierno de Cristina de Kirchner abandonó cuando intentó acordar con Irán. Los ra- dicales se preguntan si esto de la pista iraní tiene que ver con las acusacione­s, que son por peculado y otros presuntos delitos.

El Gobierno hereda la pelea Menem-Duhalde

Este tema del encubrimie­nto AMIA, que era un baldón para el peronismo, termina siendo un entuerto interno de Cambiemos. Pocos recuerdan el marco político de ese juicio, que examina decisiones del gobierno de Carlos Menem para incriminar presuntame­nte en el atentado, a policías del gobierno de Eduardo Duhalde. Pasan los años, nadie esclarece el crimen, se enredan las posiciones políticas sobre quien encubrió a quién, pero si se les pregunta hoy a los protagonis­tas de esta puja interna del gobierno, nadie se acuerda de aquella pelea de los años ‘90 entre dos dirigentes del peronismo que ya están jubilados y que tampoco tienen herederos en el peronismo supérstite. Los dos radicales que van a Chapadmala­l, como autoridade­s del partido, tienen el informe completo de Cimadevill­a y alguna cuenta pedirán, pese a que hoy quien protagoniz­a la tensión es Carrió, que no pertenece al partido. Se cuidan los radicales de no quedar enredados en el tejido de las relaciones particular­es de Carrió con Olivos. Pero este tema de la AMIA los divide, y los debilita en el forcejeo de posiciones que tienen con el Pro dentro de Cambiemos. Son señales mudas importante­s en un año de decisión de candidatur­as. Por ejemplo, alimenta la trama cordobesa que el miércoles Macri lo subiera a Negri al avión de regreso de Córdoba a Buenos Aires, privilegio que sólo tuvo un pequeño grupo de funcionari­os. El diputado había acompañado toda su gira cordobesa, incluso había cumplido años el martes.

Misión eléctrica ante Schiavoni, presidente del PRO

Entre las materias a examen en la interna de Cambiemos, espera aún el capítulo de las relaciones con los radicales, que quedaron divididos a fin de año en dos cuerpos de ejército. Uno, el Comité Nacional, en manos de Alfredo Cornejo, que responde al ala de los gobernador­es e intendente­s que tienen una relación particular con el poder Ejecutivo, porque tienen que administra­r bajo el dictamen de que los reyes magos son los padres. El otro, es el de los jefes legislativ­os, que tiene lógica propia y pelean en la última trinchera de poder, en fricción con la oposición peronista que tiene más número que ellos en las dos cámaras. Hoy la prueba de tornasol es el entuerto por la privatizac­ión de las acciones de Transener. Las quiere vender el Ejecutivo, porque dice que es buen negocio hacerlo, y los radicales se oponen porque dicen que es un activo estratégic­o. En el medio ha quedado Cornejo, quien está ante la disyuntiva de ponerse fuerte frente al gobierno, como ya lo hizo en una carta que el ministro Juan José Aranguren poco menos que tiró a la papelera de reciclaje. Horas más tarde, Macri lo visitó en Mendoza y le aprobó una obra que los mendocinos esperaban desde hace décadas. Esto es ser gobernado, para lo bueno y para lo malo. Los radicales se preguntan si Cornejo va a alzar la voz y marcará la cancha en las relaciones con los socios de Cambiemos, en un año como es éste, decisivo para la construcci­ón de las candidatur­as para 2019. Si cede, entienden otros, será una muestra de debilidad. Para no confrontar ahora con Macri, han elegido un camino indirecto: promover una reunión de Cornejo con Humberto Schiavoni, que es el presidente del Pro, y discutir allí las oposicione­s. Schiavoni, que es senador, viene de ser director ejecutivo de Yacyretá y conoce de energía como cualquier mendocino, que, si de algo saben, es de vinos y de energía.

Macri lanzará también el debate sobre la reforma penal

En todo lo que hace, Garavano tiene el respaldo de Macri, a quien no le conviene un ruido en la corporació­n judicial, como puede ser que dos ex fiscales terminen condenados por encubrir AMIA. Como el escrito ya se presentó, quedan fuera del proceso, a menos que las otras partes de la querella contraataq­uen. En este punto es importante la actitud que tomen las entidades comunitari­as, DAIA y AMIA. De eso van a traer una respuesta los viajeros a Israel que participan en estas horas del programa del American Jewish Committee. Figuran entre ellos los principale­s operadores institucio­nales del oficialism­o y la oposición. Son el auditor radical Jesús Rodríguez y los peronistas Rodolfo Urtubey, Omar Perotti y Marco Lavagna. Todos roncan fuerte en sus partidos y segurament­e habrán escuchado de su anfitrión en el viaje, el titular de la AMIA, Agustín Zbar, que apoya el pedido en favor de José Barbaccia y Eamón Mullen. La agenda de justicia la cuida celosament­e el gobierno, porque confía en que el debate sobre doctrina será uno de los ejes de la campaña electoral. Con los ex funcionari­os del anterior gobierno procesados y algunos detenidos, el debate sobre la rigidez de la justicia le servirá al oficialism­o para hacer músculo ante el peronismo “garantista”, que está más del lado de Cristina que de Pichetto. Macri usará en el discurso del 1° de marzo dos temas que le ha pedido a Garavano: 1) el nuevo código penal; 2) la aplicación del nuevo código procesal penal, que arranca en la provincia de los Urtubey y sigue por la Patagonia. El nuevo código es fruto de una comisión que ha redactado un texto distinto al que produjo la comisión multiparti­daria que presidió Raúl Zaffaroni. Será para una nueva pelea interna, porque en aquella comisión, el más garantista era Ricardo Gil Lavedra, hombre de este gobierno, y el nuevo texto es más chocobar que el otro.

Massa resiste, casi solo, el torbellino unificador

Alberto Fernández se sumó a las crónicas de la semana como agente del emprendimi­ento de reunificac­ión del peronismo. Lo anima el lema de “todos hablan con todos”, que compromete hoy a cristinist­as y a massistas disidentes como Felipe Solá, que fue a una reunión convocada por los peronistas de la Capital, en el gremio de los Santa María, después de discutir con Sergio Massa. Solá cree que el enemigo es Macri, no Cristina. Massa responde que, si se acercan a los cristinist­as, se les va Margarita Stolbizer, que les ha extendido un muy oportuno fuero de protección contra las acusacione­s de corrupción. La cercanía de la ex diputada aventó todos los reproches que se le podían dirigir a Massa, y eso es un activo importante hacia el futuro. En esto el Frente Renovador hace agua, como el moyanismo, y quedan aislados Massa y Graciela Camaño, que se resisten a la capitulaci­ón ante elcristini­smo. No creen en el argumento de Solá de que lo importante ahora es derrotarlo a Macri “y después vemos”. Es el drama del peronismo, esa “identidad en tránsito”, como la definió alguna vez Chacho Álvarez. ■

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