“Un guardavidas salvó a un tiburón en peligro de extinción”
Un guardavidas de La Caleta, no dudó, tomó el extremo de la cuerda y enfiló hacia el mar arrastrando los más de 50 kilos del tiburón para tratar de salvarle la vida. Le dicen el El “Negro” Javier. No tuvo miedo; en la otra punta de la cuerda un cazador temible, dotado de tres hileras de afiladísimos dientes se dejaba arrastrar, agotado, tras luchar media hora con un pescador local y pasar otro tanto, tirado en la playa, hasta que consiguieron sacarle el anzuelo. Fue la joven guardavida de Mar de Cobo quien llamó al “Negro” para pedirle ayuda. Cuando Javier llegó se agarró la cabeza: el tiburón era un escalandrún, una especie en peligro de extinción que se encuentra protegida en el territorio argentino. El pescador insistió con la idea de llevarse su presa, pero la respuesta que recibió fue contundente: “Usted no se lleva nada y este bicho vuelve al agua”. No conforme con retornarlo al mar, el guardavida siguió observando la costa mientras se desplazaba en el sentido de la corriente. Unos quinientos metros más adelante, el inmenso cuerpo del tiburón moribundo volvía a la playa empujado por el oleaje. El “Negro” Javier no se dejó vencer; con la ayuda de sus compañeros/as, consiguió un kayak, ató al tiburón por la cola y enfiló nuevamente hacia las olas. Dos veces la rompiente dió vuelta su embarcación y quedó “mano a mano” con las temibles mandíbulas del escalndrún; finalmente llegó a mar abierto, liberó al tiburón y regresó sano y salvo a la playa, donde fue recibido con aplausos.
El “Negro” se llama Javier Aguilar, vive en La Caleta (Partido de Mar Chiquita) y trabaja de guardavidas. Hizo honor al nombre de su oficio, arriesgó su cuerpo para salvar una vida, en esta oportunidad la de un tiburón.
Vaya este reconocimiento para él y sus compañeros/as por esta acción tan valiente y tan noble.