Evoca al Zoo y le da la bienvenida al Ecoparque
Buenos Aires es una ciudad misteriosa y de contrastes, animada por secretos que esperan ser descubiertos por observadores sensibles, que requiere la detención del habitual frenesí.
Desde su nacimiento, en 1888, terrenos que fueran del prócer Juan Manuel de Rosas, el Zoo Porteño supo mostrar un importante patrimonio paisajista- artístico-arquitectónic o cultural-histórico que debe ser conserva do, valorizado y restaurado; Monumento Histórico Nacional, su variada arquitectura está llena de símbolos que brinda, a quien sabe ver, la presencia de otra dimensión de lo real, de metáforas y misterios, necesarios de contemplación.
Además, guarda historia y belleza, simbiosis apreciada como sublime para un caminante, que alejado de lo rutinario y banal, puede ver los distintos lenguajes y estilos del arte como el neogótico, el hindú, el árabe, el egipcio, el griego, el morisco e indostánico, entre otros; y rescatar el lenguaje de la creación humana de sus obras tanto escultóricas como de sus fuentes y pabellones renacentistas y greco-romanas.
El Zoo, hoy Ecoparque, debe ser un centro accesible que enlaza la investigación, lo educativo, lo cultural-artís tico-arquitec tó nico y lo histórico, en relación con la divulgación, el aprendizaje de la armónica relación hombreambiente y de preservación de la biodiversidad y los recursos naturales.