San Valentín, tabla de salvación para los venezolanos en Colombia
Muchos de los venezolanos que emigraron a Colombia en medio de la grave crisis que atraviesa el país lograron conseguir trabajo en centros de cultivos de flores con motivo del Día de los Enamorados. La actividad es frenética en esta enorme planta enclavada en medio de invernaderos en Tabio, en el centro de Colombia, el segundo exportador mundial de flores detrás de Holanda, y el principal al mercado de Estados Unidos.
“La situación en Cúcuta está muy difícil. Nadie quisiera volver allá por- que no hay trabajo, pero yo tengo que volver porque tengo a mi hija allá”, comenta Rubiela Méndez, mientras arma ramos de doce rosas en una bodega a más de 500 kilómetros de su natal Cúcuta, en la deprimida frontera con Venezuela. Hasta Cúcuta fueron los floricultores en busca de mano de obra ante la elevada demanda de exportación en San Valentín, y lo que encontraron fueron multitudes desesperadas.
Después de que se cortan las rosas, se conserva una estricta cadena de frío, de manera que los obreros que pululan clasifican, arman ramos y empacan a ritmo de bachata a menos de 10 grados. Méndez es una de ellos. Después de que perdió el empleo en un restaurante donde ganaba 20.000 pesos al día (unos siete dólares), se dedicó a contrabandear con combustible hasta que pudo cambiar la gasolina por los pétalos.
Para esta temporada, la empresa Sunshine Bouquet echó a andar un plan de reclutamiento en la zona de frontera con la expectativa de contratar migrantes venezolanos, pero hallaron también una enorme necesidad entre cucuteños. A mediados de enero transportaron en 14 colectivos a 600 elegidos para instalarlos en tres fincas de la Sabana de Bogotá, donde adecuaron campamentos y contenedores con calefacción y agua caliente. Reciben el salario mínimo, cerca de US$ 300, además de alojamiento y alimentación. En Cúcuta hay “una población muy necesitada, sufrida, pero con muchas ganas de trabajar”, explicó Felipe Gómez, gerente general de la compañía.
El desempleo “se concentra en Cúcuta por ser la zona de frontera que recibe esta presión migratoria”, lo que acentúa una tendencia hacia la informalidad, explica Iván Daniel Jaramillo, del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario. El trabajo estacional no es el ideal, apunta, pero se ha convertido en un salvavidas para muchos.
Después de Navidad, San Valentín es la celebración en la que los norteamericanos gastan más dinero, y el mes previo al día de los enamorados, el 14 de febrero, es el mayor pico del año para los floricultores colombianos, que satisfacen el 74% de esa demanda. Un lucrativo sector que movió US$ 1.306 millones entre enero y noviembre.
Venezuela, país con las mayores reservas de petróleo del mundo, ingresó en hiperinflación a mitad del año pasado, esto hace que los precios fluctúen en cuestión de días y hasta horas. El FMI proyecta un aumento generalizado del 13.000% para este año. A la dramática situación se suma la escasez de alimentos y medicinas. Empujados por la grave crisis política, económica y social, más de 600.000 venezolanos están en Colombia de forma regular o irregular, informó en enero la autoridad migratoria colombiana, que proyecta que la cifra superará el millón para mediados de año. A ellos se suman los colombianos que se han visto obligados a retornar a su país de origen. ■