Lalo Mir y su vuelta a la radio
Después de un año sabático estrena ciclo con humor y poca actualidad.
Tras su salida de La 100, el locutor de 65 años eligió descansar durante más de un año. A medio siglo del debut, mañana regresará con “Circo Súper Pop”, por Pop, de 9 a 13.
No es metáfora. El micrófono dibujado en la piel. Se levanta la remera y, a un costado del pecho, tatuada La Catrina, calaverita popular mexicana. Al lado de la Parca, un micrófono “tallado”. No hace falta pensar demasiado para encontrar la alegoría. Lalo Mir, animal de radio hasta el último suspiro.
En su año sabático, Lalo no abandonó a su oyente. Desarrolló una suerte de “Instarradio”, desde su casa y para Instagram. Protagonizó videos en corpiño para hablar de la censura de Facebook a los pezones. Mostró a su gato comiendo yogur en San Pedro y registró excentricidades de su expedición por Camboya y Laos.
Después de más de 365 días, Mir vuelve a “habitar” el aire. Pasó de La 100 a Pop (FM 101.5), en el lugar de Beto Casella, quien emigró a Rock & Pop. Hasta el grabador más precario puede hoy registrar con intensidad ese vibrato “lalomirneano” descansado. La voz matrícula 2150 del ISER vuelve mañana con la garganta recargada y con un personaje que apechugará la cuestión política. “El payaso” conducirá Circo Súper Pop, de 9 a 13. -¿Sentiste abstinencia de radio? -Ninguna abstinencia. Si hubiese sido millonario, hubiera podido seguir sin hacer radio. Toda la vida así. Podría haberme ido para siempe.
-¿O sea que no tenés esa vieja necesidad desesperante por el aire?
-Tal vez desde el descanso hubiera vuelto a hacer radio, pero de otra manera que no implicara levantarse siempre a la misma hora. También es cierto que tenía metido en midisco duro la confianza de que iba a volver. -¿Cómo es tu relación con el silencio? ¿Tenés incontinencia verbal o atravesaste un tiempo en que no tuviste ganas de hablar?
-Paso muchos momentos en los que no tengo ganas de hablar. Puedo estar callado. No sé si ahora callo más. Tengo más tendencia a escuchar que a hablar últimamente.
-En tu última entrevista con “Clarín”, decías: “El tipo que quería llevarse el mundo por delante sólo aparece de vez en cuando. Cuando te das contra el mundo, hay que hacer un alto”. ¿Estabas cansado de qué?
-El cansancio es el cansancio. Uno puede estar cansado de una cosa específicamente o de una generalidad. Mi cansancio era global. Era muy exigente tener que ir a la radio cuatro horas. Más los programas de Encuentro. Años antes había hecho, además, Vivo en Argentina, todo ese compendio de atareamiento me cansó.
-¿Te asusta volver un día tan complicado a nivel político? El día de la marcha convocada por Moyano... -No. Íbamos a empezar un lunes, pero dije: “El lunes es un pelotazo”. Y quedó el miércoles. No me asusta porque el programa está concebido desde otro lado.
-¿Desde qué lado?
-Salud. Es como una cura. Como una medicina alternativa. Trabaja niveles de información bajos, elementales, básicos para el funcionamiento, para no negar lo que pasa, pero lo pasamos por un filtro de ironía, metá- fora y humor. Y catalizamos. Es un programa para sanar. Pum para arriba. Para destrabar, acompañar. Tal vez la actualidad esté, pero desde el personaje de un payaso de circo. El circo es la “Argentimba”.
-¿Te vas a pronunciar políticamente? -No. Habla el circo. Es ficción. El payaso que no me gusta es el que baja línea. Todos los que bajan una línea en la tele son payasos. No se lo creen ni ellos. Acá hay que subir un escalón o no subimos más de la discusión. -¿Pero estás enojado con la cuestión política? Hay mensajes tuyos en los que se te nota como furioso...
-Esa es la parte que tengo que tranquilizar, para no subirme al circo que veo en la tele. Me parece más sensato trabajar con un poco de humor, ironía. Sátira. Desparpajo. No me interesa hacer un programa de actualidad. No aporta nada. Como pienso que no aporta el 90 % de las cosas de política que se hace en los medios. No
Hay un factor que es nacional. Hay 7 mil pymes en el horno. Una radio es casi una pyme. Hay un problema. No sé cómo se soluciona”.
Tengo más tendencia a escuchar que a hablar últimamente”.
voy a meter el dedo en la llaga. Me parece bajo.
-¿Creés que es más “sano” no involucrarte con la opinión política?
-Sí. Es que hoy no entiendo la política. Todo es de un ombliguismo... El “ismo” era una cosa que se usaba para el arte. Hoy sube Mastronardi y ya hablamos de Mastronardismo. ¿Y cuál es la propuesta?
-¿De La 100 te fuiste en buenos términos?
-Perfecto.
-¿Qué te atrajo de la oferta de un grupo en crisis, como Indalo, teniendo en cuenta los conflictos como el atraso de los pagos?
-No había mucho más. Tuve un llamado de Rock & Pop y una charla con gente de Continental. Y esta propuesta de Carlos Infante y Willy Bray me parecía la más interesante. Una radio popular con mucha audiencia. Después, se dio que se fue Beto, yo iba a ir de 6 a 9, no estaba claro todavía, y tomé la franja de 9 a 13. “La Negra” Vernaci después. Tiene sentido. -Hablando de “La Negra”. ¿Qué opinás de su enojo? (protestó en vivo en solidaridad con un operador de su programa).
-Respeto lo que haga y diga “La Negra”. Nada más.
- ¿Pesó que estuviera en esta emisora ella, tu gran amiga?
-Claro. Somos muy amigos. Viejos compañeros de trabajo. Cuando yo hice 9 PM y abrí la ventana a la conducción, fue como nuestro bautismo de aire importante.
-¿Sentís que hay que evolucionar tecnológicamente a cualquier precio en la radio? ¿O sos de los románticos que se plantan y dicen: “Hasta acá, porque esto ya no es radio”? -Paso por todos los estados. Tengo momentos románticos y conservadores. Y otros en los que me parece maravilloso lo que está pasando. Depende de cómo me levante con el nervio crítico. Pero es irreversible. Adáptate o muere.
¿Qué te pasa ante este momento crítico de la radiofonía, con tantas emisoras en quiebra, despidos y sueldos atrasados en cuotas?
-No tengo elementos para evaluar, porque en realidad es una suma de factores. Hay un factor que es nacional. ¡Hay 7 mil Pymes en el horno! Una radio es casi una Pyme. Habría que preguntarse: ¿Por qué tienen problemas económicos las radios? ¿Hicimos las cosas mal? ¿O no hay negocio ya para tantas radios? ¿Entre cuántas radios se va a repartir la torta publicitaria que cada vez se reparte en más cosas? Además, en épocas de vaca flaca la publicidad es lo primero que se corta. Lógico: sacá la publicidad de tu empresa para fortalecer áreas. Yo haría lo mismo. ¿Tendremos que encontrar maneras sencillas y baratas? ¿Radios personales? -¿Radio Lalo, por ejemplo?
-Tal vez en el futuro yo no necesite antena, esté en una aplicación, te la bajás, y me escuchás en cualquier lugar del mundo. Ese día, tal vez, puedo hacer la radio que quiero, desde el lugar que quiera, y con una pequeña inversión. Hay un problema. Pero no sé cómo se soluciona. Vivo fluctuando entre el escepticismo más profundo y el optimismo. Pero ya no en la radio, en cuanto al ser humano. Todo es una locura. Pienso: ¿A dónde vamos a parar? ■