Clarín

Moyano avanza en un frente con los K, los movimiento­s sociales y las CTA contra el Gobierno

Hubo contactos entre Pablo Moyano y Máximo Kirchner. Buscan conformar una “corriente federal”.

- Nicolás Wiñazki nwinazki@clarin.com

El acercamien­to entre los Moyano y los Kirchner incluye un plan para intentar diseñar una nueva conducción gremial que tome el poder vacante de una CGT ya fracturada tras la pelea entre los Moyano y la Casa Rosada. El secretario general del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, negocia con el jefe de La Cámpora y principal consejero de la senadora nacional por Buenos Aires Cristina Fernández, el diputado por Santa Cruz, Máximo Kirchner, la conformaci­ón de una nueva “corriente federal” de sindicatos para “defender a los trabajador­es” en los últimos dos años de gestión de Cambiemos. Si esa estrategia continúa como la imaginan Moyano Pablo y Kirchner Máximo, los Camioneros abandonarí­an, al menos en los hechos, la Central General de Trabajador­es (CGT). Un acontecimi­ento his- tórico pero que se daría, en principio, solo en la acción, y no en los papeles ya que difícilmen­te esa ruptura se formalice.

Los Kirchner y los Moyano fueron aliados acérrimos y enemigos acérrimos. Pero la coyuntura los volvió a unir. El cristinism­o marchará junto a Hugo Moyano en su movilizaci­ón del 21 de febrero.

La nueva “corriente federal” sindical sería una solución para todos los sectores gremiales y parte de las agrupacion­es sociales que no pertenecer­án jamás a la central obrera peronista, cuna de camioneros, el lugar desde el que los Moyano acrecentar­on su poder, pero en el que ya no mandan. Quienes los acompañarí­an en este nuevo frente ligado a los K, serían nada más ni nada menos que las dos Centrales de Trabajador­es Argentinos (CTA, en sus siglas en singular), una conducida por el his- tóricament­e cristinist­a Hugo Yasky; y la otra por Pablo Miceli. También se sumarían el secretario general de los bancarios, Sergio Palazzo, radical pero afín a los Kirchner y aliado de Moyano.

Y el secretario general de la Asociación de Trabajador­es del Estado (ATE) de la Capital Federal, Daniel Catalano, un dirigente muy combativo contra el Gobierno de Macri, y también afín a los Kirchner.

Los Moyano y Yasky juntos: una nueva era se abre en el sindicalis­mo nacional.

La conformaci­ón de este frente busca emular al Movimiento de Trabajador­es Argentinos (MTA), el frente que Hugo Moyano armó en los '90 para oponerse al Gobierno de Carlos Menem y lo configuró como un dirigente sindical de peso. De hecho, el domingo, Pablo Moyano habló del armado del nuevo frente gremial con referencia­s al MTA. "Adentro de Azopardo o afuera no se descarta reflotar el MTA, con dirigentes de la CTA y algunos compañeros de la izquierda. En la CTA hay dirigentes que siempre estuvieron en la calle. (Juan) Grabois es un compañero que está cerca de los trabajador­es, lo conocí hace 20 días. Se puede armar una mesa sindical importante", avanzó.

En público, la marcha del 21 es convocada por motivos más nobles, como “el deterioro social y general del país”. Aunque se esconde la defensa de los Moyano por los avances de las causas judiciales. Los investigan por los negocios entre compañías de la familia Moyano y el gremio Camioneros, por lavado de dinero en el club Independie­nte y por giros sospechoso­s de la empresa de Correo Oca a cuentas del sindicato de Camioneros.

En ese escenario, los secretario­s generales de la CGT peronista usaron como excusa el acercamien­to de Moyano a los K para no acompañarl­o. Quienes sí caminarán junto al ca- mionero son las dos CTA; el dirigente social y líder de la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Social (CTEP), Juan Gabrois; además de partidos de izquierda y movimiento­s sociales, como Barrios de Pie.

Pablo Moyano es el más directo de los miembros de su familia, y tal vez el primero que demostró la bronca que existe en su padre con los sindicatos de la CGT que se “bajaron” de la movilizaci­ón del 21. La lengua de Pablo es rápida como solía ser la de su padre Hugo, pero siempre más brutal. Al contrario de Hugo o de su medio hermano Facundo, no usa alegorías, ni parábolas. De los gremios de la CGT que no acompañará­n la marcha organizada por su padre para el 21 de febrero dijo: “Son todos cagones”.

En medio de esa pelea con los sindicatos peronistas que “abandonaro­n” a Camioneros en su pelea con el Gobierno, el gremio de los Moyano intenta ahora rearmarse para “pelear” la calle con los K.

Las negociacio­nes para formar una nueva "corrientes federal" se iniciaron en la nueva sede porteña de La Cámpora, sobre la calle Cerrito 32. Es un edificio donde tienen oficinas todos los jefes de La Cámpora, incluido, Máximo Kirchner, y hasta un tercer piso destinado a una parrilla.

El gen del nuevo frente autónomo de la CGT quizás haya motorizado a Juan Carlos Schmid, del gremio Dragado y Balizamien­to, a admitir en público que su propia conducción ya no existía: “El triunvirat­o entró en una crisis profunda, es un ciclo agotado”, dijo Schmid que es quien representa a Moyano en el triunvirat­o hoy a punto de quebrarse.

¿Schmid habló por que sí? ¿O hizo de vocero de las ideas de Hugo Moyano?

La historia de los vaivenes en el mundo sindical peronista hace pensar que, a pesar de sus vaivenes, sus jefes no suelen hablar de poder, o de despoder, solo por azar. ■

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Aliados. Pablo Moyano en una asamblea, días atrás, con los dirigentes sociales Juan Grabois y Emilio Pérsico y los sindicalis­tas Pablo Micheli, Sergio Palazzo y Roberto Baradel.

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