Clarín

La familia que albergó a Cruz no sabía que vivía con un “monstruo”

Los Snead. Nikolas era amigo de su hijo. Aceptaron abrirle las puertas de su casa en noviembre pasado, después de que su mamá murió por una neumonía.

- ¿ PENA DE MUERTE? Nueva York, ANSA.

“Teníamos ese monstruo en casa y no lo sabíamos”, dijo Kimberly Snead al periódico Sun Sentinel. Junto con su marido James, acogieron en noviembre a Nikolas Cruz, el joven autor de la matanza en Parkland, cuando su mamá biológica falleció.

Kimberly es una enfermera de 49 años. Su marido, James, de 48 años, es veterano del ejército estadounid­ense y experto en inteligenc­ia militar. Ellos aceptaron albergar a Nikolas, amigo de su hijo, después de que su madre muriera por una neumonía en noviembre del año pasado. Cuando se instaló, “le dije que había reglas” en casa “y las siguió a rajatabla”, explicó James. Una de las condicione­s que puso Snead para abrirle la puerta de su casa al joven fue que debía comprar una caja fuerte para guardar sus armas y darle la llave. El ex militar contó que desde que Cruz vivía con ellos, sólo le pidió permiso en dos ocasiones para abrir esa caja. Una vez fue para limpiarlas, a lo que él accedió, y en otra ocasión rechazó la idea. Lo que James no sabía es que Nikolas tenía una copia de la llave.

El pasado miércoles, Cruz asesinó a 17 personas en la secundaria Marjory Stoneman Douglas de la ciudad de Parkland, en el sur de Florida. James se ha mostrado furioso y dijo sentirse “traicionad­o”, principalm­ente porque su hijo estaba en la escuela al momento del ataque. El año pasado había sido expulsado de ese mismo instituto “por razones disciplina­rias”. Cruz, de 19 años, usó un fusil semiautomá­tico que había adquirido le- galmente y poseía otras armas, entre ellas dos fusiles de asalto y varios cuchillos, según los Snead, que también tiene armas en su casa.

El FBI recibió en enero una advertenca detallada explicando que Cruz portaba armas, que tenía un comportami­ento inestable y publicaba mensajes en las redes sociales hablando de provocar una matanza en el instituto. A pesar de ello, la agencia no tomó ninguna medida. Ni siquiera dio aviso a su sede en Miami.

Según la familia Snead, Cruz era so- La fiscalía no excluye pedir la pena de muerte para Nikolas Cruz, el joven de 19 años autor de la masacre en Florida. Cruz fue imputado por 17 homicidios premeditad­os, y le cabe la pena capital. Pero su abogado informó que podría evitarla si se declara culpable. litario y tenía un comportami­ento “extraño”. Dijeron que si bien parecía socialment­e inadaptado, no mostraba signos de violencia y era muy educado. “Era inocente, pero no tonto”, recordó James Snead. También contaron que Cruz no sabe cocinar, ni lavar la ropa u ordenar sus cosas. Que le gusta mezclar queso y galletitas en un bocado, y que siempre se acostaba a dormir a las 8 de la noche. El “monstruo” soñaba con tener una novia, y estaba deprimido por la muerte de su mamá. Los Snead dijeron, además, que el joven había hablado con un reclutador militar porque quería alistarse en el ejército.

Kimberly llevó a Nikolas a hablar con un psquiatra cinco días antes de la masacre y el joven dijo que estaba dispuesto a seguir una terapia. El día del ataque, Cruz le envió un mensaje a su amigo y “hermano adoptivo”, que estaba en la secundaria Marjory, diciendo que tenía algo que decirle. Sin embargo, poco después le dijo que no se trataba de nada importante.

El mismo día de la matanza, Kimberly y James Snead vieron a Cruz en el despacho del sheriff del condado de Broward, donde está Parkland. Iba vestido con una bata de hospital, tenía las muñecas esposadas y estaba rodeado de policías. Cuando Nikolas los vio, les dijo: “Lo siento mucho”. “Parecía absolutame­nte perdido. Es la última vez que lo vimos”, aseguró James. Y ambos aseveraron que no quieren volver a verlo. Kimberly confesó que al verle comenzó a gritarle y que “lo que realmente quería más que a nada era estrangula­rlo”. En entrevista conel programa Good Morning America, los Snead explicaron que todavía viven en una “montaña rusa de emociones” y que están pasando por un momento “duro”.

El joven compareció ayer ante la corte, en su primera aparición pública desde que fue detenido sin derecho a fianza por 17 cargos de asesinato premeditad­o. Vistiendo el típico uniforme anaranjado de la prisión estadounid­ense, Cruz se sentó con la cabeza inclinada durante la audiencia ante la jueza Elizabeth Scherer, en Fort Lauderdale, Florida. En la audiencia, se trató si se debe desbloquea­r una moción de la defensa relacionad­a con el acceso a su cliente, un asunto menor en lo que se prevé que será un juicio y proceso largos.

La masacre de Parkland es la más grave en una escuela de EE.UU. desde la matanza en el liceo Sandy Hook en 2012, donde murieron 26 personas. Los estudiante­s que sobrevivie­ron abrieron un amplio debate en todo el país y le exigieron al gobierno una regulación más aguda en la venta de armas. Cruz no podía tomar una cerveza, pero sí comprar tres fusiles. ■

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REUTERS Audiencia. Nikolas Cruz compareció ayer ante la corte por 17 cargos de asesinato premeditad­o.

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