Reabren la avenida La Rábida y harán un estacionamiento bajo tierra para colectivos
Es la que corre detrás de la Casa Rosada. Ahora tiene una curva menos pronunciada. La playa para el transporte estará debajo del ex helipuerto. Y servirá para los autos oficiales.
Desde la terraza del CCK, a 60 metros de altura, el centro de la Ciudad parece un paisaje para armar. A la izquierda, se ve Puerto Madero vallado por la construcción del Paseo del Bajo, una autopista subterránea que unirá ese barrio con Retiro. Abajo, en el centro, bajo los pies del ex Correo hay retroexcavadoras que sacan tierra que se vuelca en camiones, en lo que antes era el helipuerto presidencial. Y, más lejos, de espaldas a la Casa Rosada, se divisan obradores y montañas de arena. En el medio de esa infraestructura en construcción, asoma la avenida La Rábida, que modificó su traza y desde hoy recuperará su circulación.
Los cambios en la avenida, que co- rre detrás de la Casa Rosada, son el primer paso para crear el Parque del Bajo, una obra que promete renovar la fisonomía del Microcentro porteño y sumar 35.000 metros cuadrados de verde. Esa transformación está en proceso y la altura es indiscreta. Desde la terraza del CCK se ven dos caminos de La Rábida: el anterior y el actual. Pero sólo uno, con curvas menos pronunciadas y un hormigón más reluciente, es el que desde hoy estará habilitado. El viejo será tapado con vegetación.
La Rábida es una avenida de doble mano de recorrido semicircular. Pese a tener pocos metros, es una vía muy utilizada, al conectar Paseo Colón con Leandro N. Alem. Ahora su línea se acercó a la Casa Rosada y se le achicaron los bordes, volviéndolos más sutiles. En cuanto a la disposición, tanto hacia el Norte como hacia el Sur quedó con tres carriles para autos y taxis, y uno exclusivo para el Metrobus del Bajo. Además su distancia con la avenida Huergo se amplió: antes las separaban 40 centímetros; ahora entre una y otra hay 40 metros.
Modificar la avenida era necesario para los planes del Gobierno de la Ciudad. Es que sólo corriéndola -explican- podían ganar una franja de espacio verde que vinculará el CCK con las plazas De las Armas Ejército Argentino (Ministerio de Defensa) y la Presidente Juan Domingo Perón. Esos terrenos formarán el Parque del Bajo, que se extenderá desde la avenidas Belgrano hasta Corrientes, entre edificios como el del Ejército, la Aduana y la Casa Rosada, vinculando una serie de plazas y plazoletas que en la actualidad están desconectadas entre sí por calles u estacionamientos oficiales.
“Va a ser un gran jardín público de 14 hectáreas y de ellas casi cuatro exclusivas de verde. Lo defino como el parque con mejor transporte público de América Latina, con conexión de tres líneas de subte, Metrobus y nuevas ciclovías ya proyectadas”, di- ce el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Franco Moccia, a cargo de la obra. Está en el Casco Histórico de la Ciudad, camina sobre tierra recién abierta y señala los cambios que se hicieron para mover la avenida La Rábida y empezar a darle forma al Parque del Bajo como nuevo pulmón verde. No fueron pocos.
Primero se removieron y trasladaron los monumentos a Juana Azurduy, a Juan de Garay y el mástil de la Casa Rosada: sólo este último movimiento costó más de $ 5.000.000.
Con este proyecto, habrá 14 hectáreas parquizadas entre Belgrano y Corrientes.
También se mudó el helipuerto presidencial, que pasó a estar dentro del perímetro de la Casa Rosada. Hoy, sobre los terrenos del ex helipuerto una retroexcavadora con una cabina del tamaño de un Fitito muerde el suelo y camiones con acoplados llenos de tierra entran y salen. Días atrás, la ex torre de control se redujo a chatarra. Todavía, sobre el suelo se ve la H mayúscula de la antigua pista de aterrizaje.
“Acá, debajo de donde estamos pisando, se está construyendo un estacionamiento subterráneo de dos plantas”, dice Moccia. El primer nivel será usado por 46 colectivos de cuatro líneas (74, 146, 159, 105) que en la actualidad esperan el inicio de sus re-
corridos sobre la avenida Rosales y la calle Perón, en las inmediaciones del CCK. El segundo piso, más profundo, tendrá 300 cocheras para vehículos oficiales de las dependencias y reparticiones de la administración pública nacional. “Así, vamos a absorber a los estacionamientos de Casa Rosada, Ministerio de Defensa y Adua
na que hoy están en superficie y los vamos a transformar en lugares para los vecinos. Además, vamos a parquizar arriba del estacionamiento, sumando más verde y superficie de absorción”, agrega Moccia. La construcción de la playa subterránea prevé una inversión $ 451.531.032.
Como tareas complementarias, se trasladaron 50 árboles que estaban afectados por la obra a la traza del Metrobus del Bajo. El traslado estaba previsto en un estudio de impacto ambiental publicado en julio en el Boletín Oficial de la Ciudad. Mientras que otros cinco no estuvieron aptos, por lo que se extrajeron y deberán ser compensados con otros ejemplares.
Este proyecto fue el que motivó que en septiembre fuera relocalizada la estatua a Juana Azurduy, que pasó de estar detrás de la Rosada a ubicarse a las puertas del CCK. Esta imagen había reemplazado, a su vez, al monumento a Cristóbal Colón.
Resta el corrimiento de la reja del Ministerio de Defensa, que sumará más espacio público, y recién el Parque del Bajo quedará delimitado en abril de 2019. Antes, el entorno de la Casa Rosada, el CCK, la Aduana y el Edificio Libertador serán un borrador, un paisaje para armar.