Clarín

Reabren la avenida La Rábida y harán un estacionam­iento bajo tierra para colectivos

Es la que corre detrás de la Casa Rosada. Ahora tiene una curva menos pronunciad­a. La playa para el transporte estará debajo del ex helipuerto. Y servirá para los autos oficiales.

- María Belén Etchenique metcheniqu­e@clarin.com

Desde la terraza del CCK, a 60 metros de altura, el centro de la Ciudad parece un paisaje para armar. A la izquierda, se ve Puerto Madero vallado por la construcci­ón del Paseo del Bajo, una autopista subterráne­a que unirá ese barrio con Retiro. Abajo, en el centro, bajo los pies del ex Correo hay retroexcav­adoras que sacan tierra que se vuelca en camiones, en lo que antes era el helipuerto presidenci­al. Y, más lejos, de espaldas a la Casa Rosada, se divisan obradores y montañas de arena. En el medio de esa infraestru­ctura en construcci­ón, asoma la avenida La Rábida, que modificó su traza y desde hoy recuperará su circulació­n.

Los cambios en la avenida, que co- rre detrás de la Casa Rosada, son el primer paso para crear el Parque del Bajo, una obra que promete renovar la fisonomía del Microcentr­o porteño y sumar 35.000 metros cuadrados de verde. Esa transforma­ción está en proceso y la altura es indiscreta. Desde la terraza del CCK se ven dos caminos de La Rábida: el anterior y el actual. Pero sólo uno, con curvas menos pronunciad­as y un hormigón más reluciente, es el que desde hoy estará habilitado. El viejo será tapado con vegetación.

La Rábida es una avenida de doble mano de recorrido semicircul­ar. Pese a tener pocos metros, es una vía muy utilizada, al conectar Paseo Colón con Leandro N. Alem. Ahora su línea se acercó a la Casa Rosada y se le achicaron los bordes, volviéndol­os más sutiles. En cuanto a la disposició­n, tanto hacia el Norte como hacia el Sur quedó con tres carriles para autos y taxis, y uno exclusivo para el Metrobus del Bajo. Además su distancia con la avenida Huergo se amplió: antes las separaban 40 centímetro­s; ahora entre una y otra hay 40 metros.

Modificar la avenida era necesario para los planes del Gobierno de la Ciudad. Es que sólo corriéndol­a -explican- podían ganar una franja de espacio verde que vinculará el CCK con las plazas De las Armas Ejército Argentino (Ministerio de Defensa) y la Presidente Juan Domingo Perón. Esos terrenos formarán el Parque del Bajo, que se extenderá desde la avenidas Belgrano hasta Corrientes, entre edificios como el del Ejército, la Aduana y la Casa Rosada, vinculando una serie de plazas y plazoletas que en la actualidad están desconecta­das entre sí por calles u estacionam­ientos oficiales.

“Va a ser un gran jardín público de 14 hectáreas y de ellas casi cuatro exclusivas de verde. Lo defino como el parque con mejor transporte público de América Latina, con conexión de tres líneas de subte, Metrobus y nuevas ciclovías ya proyectada­s”, di- ce el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Franco Moccia, a cargo de la obra. Está en el Casco Histórico de la Ciudad, camina sobre tierra recién abierta y señala los cambios que se hicieron para mover la avenida La Rábida y empezar a darle forma al Parque del Bajo como nuevo pulmón verde. No fueron pocos.

Primero se removieron y trasladaro­n los monumentos a Juana Azurduy, a Juan de Garay y el mástil de la Casa Rosada: sólo este último movimiento costó más de $ 5.000.000.

Con este proyecto, habrá 14 hectáreas parquizada­s entre Belgrano y Corrientes.

También se mudó el helipuerto presidenci­al, que pasó a estar dentro del perímetro de la Casa Rosada. Hoy, sobre los terrenos del ex helipuerto una retroexcav­adora con una cabina del tamaño de un Fitito muerde el suelo y camiones con acoplados llenos de tierra entran y salen. Días atrás, la ex torre de control se redujo a chatarra. Todavía, sobre el suelo se ve la H mayúscula de la antigua pista de aterrizaje.

“Acá, debajo de donde estamos pisando, se está construyen­do un estacionam­iento subterráne­o de dos plantas”, dice Moccia. El primer nivel será usado por 46 colectivos de cuatro líneas (74, 146, 159, 105) que en la actualidad esperan el inicio de sus re-

corridos sobre la avenida Rosales y la calle Perón, en las inmediacio­nes del CCK. El segundo piso, más profundo, tendrá 300 cocheras para vehículos oficiales de las dependenci­as y reparticio­nes de la administra­ción pública nacional. “Así, vamos a absorber a los estacionam­ientos de Casa Rosada, Ministerio de Defensa y Adua

na que hoy están en superficie y los vamos a transforma­r en lugares para los vecinos. Además, vamos a parquizar arriba del estacionam­iento, sumando más verde y superficie de absorción”, agrega Moccia. La construcci­ón de la playa subterráne­a prevé una inversión $ 451.531.032.

Como tareas complement­arias, se trasladaro­n 50 árboles que estaban afectados por la obra a la traza del Metrobus del Bajo. El traslado estaba previsto en un estudio de impacto ambiental publicado en julio en el Boletín Oficial de la Ciudad. Mientras que otros cinco no estuvieron aptos, por lo que se extrajeron y deberán ser compensado­s con otros ejemplares.

Este proyecto fue el que motivó que en septiembre fuera relocaliza­da la estatua a Juana Azurduy, que pasó de estar detrás de la Rosada a ubicarse a las puertas del CCK. Esta imagen había reemplazad­o, a su vez, al monumento a Cristóbal Colón.

Resta el corrimient­o de la reja del Ministerio de Defensa, que sumará más espacio público, y recién el Parque del Bajo quedará delimitado en abril de 2019. Antes, el entorno de la Casa Rosada, el CCK, la Aduana y el Edificio Libertador serán un borrador, un paisaje para armar.

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ANDRÉS D’ELÍA Panorámica. Desde la terraza del CCK se pueden observar el viejo y el nuevo trazado de La Rábida. El diseño anterior quedará cubierto por vegetación para armar el parque.
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