Clarín

“¿Qué hice?”, se preguntó una mujer policía luego de matar a su hija de 6 años

La sargento detenida por el crimen tenía una licencia psiquiátri­ca. Le dio dos tiros a la nena con el arma de su papá.

- María Laura Balonga mbalonga@clarin.com

El segundo disparo se escuchó un minuto después del primero. Luego, la mujer salió de la casa de Mar del Tuyú donde pasaba sus vacaciones junto a su papá, un hermano de 14 años, un sobrino de 7 y su chiquita de 6 años. Agarrándos­e la cabeza, repetía: “¿Qué hice?, ¿qué hice?”. Los dos varones más chicos le reclamaban a la mujer a los gritos: “¿Qué hiciste?”; mientras su padre volvía desde la playa, distante unos 50 metros de la vivienda, alertado porque algo grave le había sucedido a su nieta.

En el interior de la casa, el cuerpo de Luana Quiroga (6) yacía sobre la cama. Tenía dos heridas de bala en el abdomen: los dos plomos le habían perforado su cuerpo y el colchón, y los peritos los encontraro­n en el piso. Murió desangrada. “Según los testigos, entre el primer disparo y el segundo hubo como un minuto de diferencia. Creemos que la remató”, especularo­n ante la consulta de Clarín fuentes con acceso al expediente.

Su mamá, Rosa Edith Quiroga (31), sargento de la Bonaerense de la comisaría de Turdera de Lomas de Zamora y con licencia médica desde junio de 2017, está detenida por el crimen de su hija. Para matarla usó el arma reglamenta­ria de su padre, efectivo de la Policía de la Ciudad, porque la suya debió entregarla a las autoridade­s no bien se le abrió la carpeta médica.

“Cuando la Policía llegó al lugar, la detenida les refirió: ‘ La maté porque estaba enferma y no quería que sufriera’. Pero no consta que fuera así”, indicaron las fuentes consultada­s. Es más, en la autopsia realizada al cuerpo de la nena en la morgue judicial de Dolores no surgió que padeciera alguna enfermedad.

Según la autopsia, la nena estaba boca arriba sobre la cama cuando recibió los disparos. “Las balas ingresaron cerca del ombligo y salieron a al altura del omóplato, atravesaro­n el colchón y fueron encontrada­s abajo de la cama”, explicaron fuentes con acceso a la pericia. Según la reconstruc­ción realizada por los investigad­ores, la acusada estaba de pie frente a su hija cuando le disparó con la pistola Browning calibre 9 milímetros.

Al momento del homicidio, en el dúplex -ubicado en calle 62, entre avenidas Costanera y 1- que había alquilado la familia para veranear estaban el hermano de la detenida, de 14 años, y su sobrino, de 7. Ambos seguían en shock ayer y no pudieron declarar. El abuelo de la víctima estaba en la playa cuando ocurrió el homicidio. “Deberá dar explicacio­nes de por qué dejó su arma reglamenta­ria cerca de su hija que estaba de licencia psiquiátri­ca”, señalaron fuentes del caso.

El futuro de Quiroga dependerá de los psiquiatra­s. Ayer debía declarar ante el fiscal de la UFI descentral­izada N°2 de La Costa, Martín Prieto, pero el defensor oficial pidió una prórroga de 24 horas. “Alegó que no veía bien a su defendida, que ella le dijo que había estado internada en el hospital psiquiátri­co (Braulio) Moyano y que no estaba tomando la medicación que le habían prescripto”, explicaron a este diario. Y agregaron: “El médico de la Policía que atendió a Quiroga en un primer momento le informó a la Justicia que, si bien la paciente estaba ubicada en tiempo y espacio, la notaba inestable, con una reacción de corte psicótica”.

Ante esto, Quiroga -que fue desafectad­a de la Fuerza por Asuntos Internos de la Bonaerense- fue evaluada por un psiquiatra del hospital de Santa Teresita, quien determinó que la mujer no estaba en condicione­s de prestar declaració­n y debe retomar la medicación que había suspendido. En base a esas pericias, el fiscal Prieto pedirá a la Justicia de Garantías que Quiroga sea derivada a un hospital psiquiátri­co. El tiempo que deberá estar internada dependerá de la evaluación de los especialis­tas, por lo que el proceso penal se suspenderá hasta que esté en condicione­s de afrontar los cargos.

A Quiroga se le imputa el delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y el uso de arma”, que prevé una pena de prisión perpetua.

Clarín pudo averiguar que la sargento, nacida el 14 de febrero de 1987 y en la Bonaerense desde abril de 2010, estaba con carpeta médica desde junio del año pasado por distintas dolencias y enfermedad­es. “El 5 de enero le dieron una licencia psiquiátri­ca por trastornos de ansiedad”, revelaron fuentes con acceso al legajo. En esa fecha fue que le quitaron el arma reglamenta­ria. ■

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Detenida. Rosa Edith Quiroga (31) había ingresado a la Policía en 2010.

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