Una campaña necesaria contra un tabú aún vigente
“Juana, la colorada” (Colombia). “Andrés, el de cada mes” (México). “Me cantó el gallo” (Puerto Rico). “Sinal vermelho” (Brasil). “Falling off the roof” (Estados Unidos). “Estar con Andrés Rojas, o con el mes” (Perú). “Got the painters in” (Inglaterra). “Estar en esos días” (Argentina). Los eufemismos y dichos populares que desde el lenguaje “disfrazan” la menstruación cruzan latitudes y culturas. En enero se viralizó el tuit de una chica que le dijo a su padre que se había ido temprano del trabajo por “cuestiones de mujeres” (“ladies issues”) y él pensó que se había peleado con una compañera: las “indirectas” aíslan y generan más vergüenza. No son más que un síntoma de lo oculto que aún se mantiene este proceso fisiológico que, lo que tiene de universal, lo tiene de invisibilizado: es lo innombrable. Las mujeres se indisponen -en promedio- alrededor de 450 veces a lo largo de su vida, pero les (nos) enseñaron a hacer de cuenta que no existe. A simular que no sucede.
Hace unos días se popularizó una iniciativa que busca contradecir este tabú: #LetsTalkAboutPeriods (hablemos del período) surgió en India, primero para promocionar la película Pad Man, que cuenta la vida de Arunachalam Muruganantham, un hombre que trabajó para hacer llegar toallitas higiénicas de bajo costo a mujeres en zonas rurales de ese país. Si bien resulta llamativo que se ensalce la labor de un varón en una problemática que tiene a tantas mujeres trabajando activamente, la campaña rebasó su objetivo inicial y tomaron la posta algunas modelos y otras referentes, quienes llegaron a sacarse fotos con una toallita en la mano.
La psicóloga y doctora en Ciencias Sociales del CONICET, Eugenia Tarzibachi, volcó sus años de investigación sobre el tema en el reciente libro Cosa de mujeres: menstruación, género y poder. Consultada por Clarín, propuso traducir la consigna al español y difundirla como #HablemosSobreLaMenstruación. “Este tipo de campañas son un recordatorio de ese tabú -aún vigente- construido durante décadas, pese a que a muchos les parezca un tema ridículo”, dice, y recuerda que, en situaciones de pobreza o catástrofes, se juntan pañales, pero no se les da a las mujeres productos para la gestión menstrual, así como se sabe que en determina- dos contextos hay niñas que faltan o dejan la escuela porque no tienen cómo gestionar su período. Eugenia insiste en que, mientras la provisión de preservativos está prevista por ley, no está contemplado entregar este tipo de productos gratuitamente a mujeres en situación de vulnerabilidad social, ni se los contempla dentro de la canasta básica como bienes de primera necesidad. En nuestro país existen varios proyectos de ley que buscan sacarle impuestos a los productos de gestión menstrual, así como su provisión gratuita en distintos ámbitos.
Visibilizar el silencio que rodea a este asunto no es sencillo porque crecimos con esa lógica, la de esconder las toallitas y el “que no se note”. Hay artistas “menstruales” que transgreden los límites de lo público y lo privado y trabajan con su sangre menstrual para hacer arte y, así, mover esquemas. “Hay una construcción en relación con ese sangrado muy vinculado a la emoción de la vergüenza; uno suele pensar que las emociones son vivencias estrictamente individuales, particulares y privadas, pero cuando la mitad de la sociedad vive con tal tensión la posibilidad de haberse manchado en un lugar público, se entiende que ahí hay una regulación social sobre el cuerpo”, comenta Tarzibachi. “No tengo intención de hacer apología de la sangre, o que andemos manchadas por la vida como si fuera ésa la única forma de conmover un tabú. Pero que a algunos les resulte asqueroso o falto de decencia ver una mancha en público, expresa que el tabú todavía existe, que ese sangrado fue construido como una ‘cosa de mujeres’ y que, justamente porque es una construcción cultural, las cosas podrían ser de otra manera”.
#HablemosSobreLaMenstruación es la versión en español de una movida originada en India.