Clarín

“Veo que la mujer cada día tiene más poder”

La española de lengua filosa y mirada aguda admite que aprendió a perdonar y que eso le permitió bajar su rabia.

- Darío Doallo ddoallo@clarin.com

La Mala Rodríguez suele impactar arriba del escenario con la intensidad, pasión y sensualida­d que le brinda a sus picantes letras. Esas que suelen atravesar cuestiones y temáticas espiritual­es, sociales o políticas. Pero a la hora del diálogo es muy diferente.

Desde Barcelona, se presta a la charla con Clarín con una gran predisposi­ción y calma que le permiten lanzar conceptos claros sobre su carrera, el rol de la mujer en la sociedad y en la música; y hasta admitir ciertos errores propios.

“Estoy en un momento increíble porque por fin avancé bastante en mi próximo álbum y estoy deseando presentar las primeras canciones”, cuenta entusiasma­da la española, a punto de viajar a Buenos Aires para presentars­e mañana en Groove, donde interpreta­rá temas de todos sus discos, desde Lujo ibérico (2000) hasta Bruja (2013).

La Mala nació en 1979 en Jerez de la Frontera como María Rodríguez Garrido, de padre gitano y madre dominicana, peluquera de profesión. “Es una mujer con valores, importantí­sima para mí porque sólo la he visto trabajar, trabajar y trabajar. También es algo anticuada, por eso tuvimos nuestros cruces en la adolescenc­ia. Nada fuera de lo normal".

De chica, La Mala sobresalía en atletismo, y luego tuvo sus primeros trabajos como profesora de gimna- sia y camarera, hasta que llegó la música. “Quería buscar la forma de decir ‘aquí estoy’. Mi manera de existir”, recuerda la artista, hoy establecid­a como una de las artistas más respetadas en el mundo del hip-hop. - Sos reconocida por expresarte sin filtros en tus letras. ¿Nunca te impusiste algún tipo de autocensur­a?

-La única autocensur­a que me he llegado a poner es cuando tengo muchas canciones tristes. Llega un momento que digo: “No quiero más temas tan tristes”. Porque hay veces que me encuentro con 14 temas muy abajo, y no puedo hacer un disco así, que sólo voy a escuchar yo con una botella de whisky. Entonces aprendí a guardarme para mí ciertas cosas. Esa es mi única autocensur­a. También me parece un poco hedonista eso de “yo sólo quiero compartir mis canciones y no me importa que las escuchen”. La misión como artista es compartir un poco de todo y enamorar con eso. -¿Alguna vez te recomendar­on no expresarte u opinar de cierto tema? -No. La verdad es que no. He estado bastante desamparad­a en mi camino, jeje... Me fui pronto de casa y aprendí a los palos.

-¿Aceptarías algo así?

-He tenido algunas propuestas de trabajar con tal o cual persona y yo amablement­e respondí que no. No me he tomado a mal ninguno de los consejos que me han dado, pero la verdad es que ahora no voy a decir me arrepiento, pero sí entiendo que nadie lo ha hecho con mala intención. Hay mucha gente que quiso lo mejor para mí; pero claro, como soy una artista que siempre tuvo certeza de lo que quiere hacer, mucha gente se dio por vencida y dijo: “Que haga lo que le de la gana”, jeje...

-¿Por qué tenías esa actitud?

-No sé. Creo que tiene que ver con la rabia que tiene cada uno. Hay veces que tenemos mucha bronca, y no queremos que nos digan nada. Cuan- do, en realidad, lo mejor es andar tranquilos y aceptar algún consejo. Pero reconozco que he sentido mucha rabia durante mucho tiempo. Entonces cuando te sientes así, no quieres saber nada, y es todo “yo, yo y yo”. -¿Cómo cambiaste eso?

-No voy a psicólogo, pero he tratado de ver cuáles son mis problemas. Y pienso que muchas de las cosas que nos faltan es porque no perdonamos. Creo que es el quid de la cuestión. Entonces, cuando una aprende a perdonar se va quedando mucho más tranquila. Por suerte, hace rato que lo estoy logrando.

-¿Cómo ves el rol de la mujer en la actualidad, un tema por el que siempre has luchado?

-Veo que la mujer cada día tiene más poder. Creo que al adquirir mayor poder adquisitiv­o puede exigir más, y esto está llevando a un cambio potente. Me parece que esto tiene que ver con el timing, con la sincronía con el momento en que vivimos.

-¿Notás que haya una proliferac­ión de voces femeninas en el mundo musical? -Sí, y me encanta. Pero también creo que faltan guitarrist­as, bateristas, productora­s musicales, ingenieras de sonido, técnicas de cámaras... ¡Hay tantas profesione­s en las que predominan los hombres! Por mucho tiempo hemos estado mareadas con la sensación de competir entre nosotras, y también mareadas con que nuestra única finalidad es conseguir un marido y formar una familia. No nos hemos dedicado a pensar en otros tipos de sueños... Por suerte, hay muchas cosas que están cambiando. ■

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Menos mala y más sencual. La cantante dice que está más tranquila.

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