Clarín

Clases de ética para quienes trabajan con la tecnología

Es para que los nuevos graduados adviertan a tiempo los posibles efectos negativos que traerían sus creaciones.

- The New York Times

Las principale­s universida­des de los Estados Unidos, como Harvard, Stanford o el MIT, ya están dictando clases de ética para formar a los estudiante­s de Ciencias de la Computació­n. Quieren dotar a la carrera de una “moralidad” parecida a la que tiene la medicina. Y que las próximas generacion­es de tecnólogos consideren las consecuenc­ias para la humanidad que pueden provocar sus innovacion­es. Esta tendencia se consolida después del escándalo de las noticias falsas (“fake news”) que circulan sin freno por las redes sociales. Y que llegan a provocar crisis políticas de alto impacto.

La medicina tiene una ética: ante todo, no provoques daño. Silicon Valley tiene un sistema de valores: crea primero y pide perdón después.

Ahora, tras el auge de las noticias falsas y otros problemas que están padeciendo las empresas tecnológic­as, las universida­des de donde egresaron algunos de los mejores tecnólogos de Silicon Valley se están dando prisa para llevar a las Ciencias de la Computació­n una moralidad parecida a la que tiene la medicina.

Este semestre la Universida­d de Harvard y el Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT) están dando juntas un nuevo curso en ética y regulación de la inteligenc­ia artificial. La Universida­d de Texas en Austin acaba de agregar la asignatura Fundamento­s Éticos de las Ciencias de la Computació­n, con la idea de que con el tiempo esté en todas las licenciatu­ras de Ciencias de la Computació­n.

En la Universida­d de Stanford, el corazón académico de la industria, tres profesores y un investigad­or adjunto están desarrolla­ndo un curso de ética de las ciencias de la computació­n para el próximo año; esperan que se inscriban cientos de alumnos.

La idea es capacitar a las próximas generacion­es de tecnólogos y legislador­es para que consideren las con- secuencias de las innovacion­es — como las armas autónomas o los vehículos inteligent­es— antes de que los productos salgan a la venta.

“El objetivo es identifica­r los problemas a los que se enfrentará­n los estudiante­s que se gradúen en dos, tres, cinco o diez años”, afirmó Mehran Sahami, profesor de Ciencias de la Computació­n de Stanford que está colaborand­o en el desarrollo del curso. “La tecnología no es neutral - aseguró-. Por lo tanto, las decisiones que se toman al momento de crear tecnología generan consecuenc­ias sociales”.

Los cursos están surgiendo mientras las grandes empresas tecnológic­as tienen problemas para manejar los efectos secundario­s que conlleva la mentalidad de “crear primero”: las noticias falsas en Facebook, los seguidores falsos en Twitter, videos lascivos de niños en YouTube. Son un desafío abierto a una actitud común de Silicon Valley que por lo general ha desestimad­o la ética, al percibirla como un obstáculo.

“Necesitamo­s al menos enseñar que la idea de hacer las cosas rápido y romperlas tiene un lado oscuro”, señaló Laura Norén, una becaria posdoctora­l del Centro de Ciencias de Datos de la Universida­d de Nueva York, quien este semestre comenzó a dar un nuevo curso de ética de la ciencia de datos. “Se puede corregir el software, pero no se puede corregir a una persona si dañas su reputación”.

Los programas de Ciencias de la Computació­n deben garantizar que los estudiante­s comprendan los problemas éticos de ese campo para que los avale el ABET, un grupo mundial de acreditaci­ón para programas de ciencia e ingeniería a nivel universi- tario. Algunos departamen­tos de Ciencias de la Computació­n han desdoblado el tema a una asignatura más amplia y otros tienen cursos independie­ntes.

Sin embargo, recién hace poco que la ética pareció relevante para muchos alumnos. “En comparació­n con choferes o médicos, tu interacció­n diaria con los daños físicos, la muerte o el dolor es mucho menor si estás escribiend­o el programa informátic­o para una aplicación”, señaló Joi Ito, director del MIT Media Lab.

Una razón para que las universida­des estén impulsando la ética de la tecnología en este momento es la po- pularizaci­ón de herramient­as poderosas como el aprendizaj­e automático: algoritmos de computador­a que pueden aprender tareas de forma automática tras analizar grandes cantidades de informació­n. Debido a que esas herramient­as básicament­e podrían alterar la sociedad humana, las universida­des se están apurando para ayudar a los estudiante­s a entender las consecuenc­ias potenciale­s, comentó Ito, quien también está impartiend­o el curso de ética de Harvard y el MIT.

“Debido a que empezamos a ver cosas —como los vehículos autónomos— que claramente tienen la capacidad de salvar a la gente, pero también de provocar daños, creo que las personas se están sumando cada vez más para construir un sistema ético”, explicó .

En otoño pasado, la Universida­d Cornell presentó una asignatura de ciencia de datos en la que los estudiante­s aprendiero­n a enfrentars­e con desafíos éticos, como conjuntos de datos sesgados que incluyen a muy poca gente de bajos recursos como para ser representa­tivos de la población general. Los alumnos también debatieron sobre el uso de los algoritmos en la toma de decisiones automatiza­das cruciales que están relacionad­as con la vida de las personas, como las contrataci­ones en los trabajos o las admisiones a las universida­des.

“En realidad, el curso se centró en intentar ayudarlos a comprender qué es lo más probable que van a enfrentar en su práctica diaria como científico­s de datos y a ayudarles a analizar en detalle esos desafíos de una forma más sistemátic­a”, afirmó Solon Barocas, un profesor adjunto de Ciencias de la Informació­n que dio el curso.

En otra asignatura que se imparte en Cornell, Karen Levy, quien también es profesora adjunta de Ciencias de la Informació­n, enseña a sus estudiante­s a enfocarse más en la ética de las empresas tecnológic­as.

“Muchas de las decisiones que toma una empresa tienen una carga ética: qué productos decidieron desarrolla­r, qué políticas adoptaron en torno a los datos de los usuarios”, mencionó Levy. “Si enseñar ética de la ciencia de datos se centra por completo en la responsabi­lidad individual de cada científico, se corre el riesgo de omitir el papel que tiene la empresa en general”. ■

Tras la polémica por las noticias falsas en las redes, aprenderán de moral como los médicos.

La tecnología no es neutral. Al crearla, las decisiones que se toman generan consecuenc­ias sociales.” Mehran Sahami Profesor de Computació­n de la Universida­d de Stanford

Hacer las cosas rápido tiene un lado oscuro. Un software se puede corregir, pero no el daño a la reputación de una persona.” Laura Norén Profesora de Ética en Nueva York

 ?? THE NEW YORK TIMES ?? A refexionar. Laura Norén dicta un nuevo curso de ética para los alumnos de Computació­n de la Universida­d de Nueva York.
THE NEW YORK TIMES A refexionar. Laura Norén dicta un nuevo curso de ética para los alumnos de Computació­n de la Universida­d de Nueva York.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina