Clarín

Cayó “Cable”, un “tira tiros” de la familia Camino: mató a dos hermanos Funes

Creen que es un sicario clave de la guerra narco entre los dos clanes de Rosario. Lo acusan de los asesinatos de “Bam Bam” y de Ulises Funes, ocurridos entre enero y principios de febrero.

- Andrés Actis mail@clarin.com

Su nombre figuraba en el primer renglón de la lista de prioridade­s que las fuerzas de seguridad armaron ante el recrudecim­iento de la violencia narco en los barrios del sur de Rosario. Era intensamen­te buscado por la Policía de Santa Fe y por los agentes federales que recorren los territorio­s más calientes de la ciudad. Sin embargo, Adrián “Cable” Solís (31 años) cayó casi por casualidad. Caminaba solo de madrugada por un calle desolada de Tablada, una zona jaqueada por el fuego cruzado entre los Funes y los Camino, dos clanes familiares que desde 2016 dirimen el negocio del narcomenud­eo a los balazos. Tres oficiales le cortaron el paso en un procedimie­nto de rutina. Enseguida lo identifica­ron a simple vista, lo esposaron y se lo llevaron detenido, acusado de dos crímenes clave.

En el croquis que armaron quienes investigan los movimiento­s de estas dos bandas, el “Cable” aparece en una segunda línea de mando de los Camino. Es un ladero de confianza de Alexis Camino (hijo de “Pimpi”, el ex líder de la barra brava de Newell’s asesinado en 2010), el capo de la organizaci­ón que hoy maneja los hilos desde la cárcel. Cumple una condena por un hecho que desató la actual guerra: el crimen de Mariela Miranda, la mamá de los hermanos Funes.

En el barrio Municipal, dominado desde hace dos décadas por los Camino, a “Cable” se lo conoce como un “tira tiros” de la banda. Su apodo apareció mencionado a a principios de año por un doble homicidio que conmovió a Rosario: se sospecha que fue él quien disparó a mansalva contra un grupo de veinte personas que el 1º de enero cenaba en la vereda. El blanco era un integrante del bando contrario, que había salido hacía poco de la cárcel de Coronda. Pero las balas impactaron en los cuerpos de Sofía Barreto y Luis Tourn (ambos de 26 años), la mejor amiga y el novio de la dueña de la casa.

Las pruebas en su contra en este caso son bastante endebles. No así en dos de los crímenes más resonantes de la guerra de clanes narco, los de Jonathan y Ulises Funes (hermanos de Alan y Lautaro, los jefes delictivos de esta banda, detenidos ambos en la cárcel de Piñero).

Jonathan, apodado “Bam Bam”, fue emboscado y ejecutado el 5 de febrero cuando regresaba de una visita a sus hermanos en el penal. Viajaba junto a su novia, una chica de 18 años que salió ilesa del ataque. “Te dejamos viva para que cuentes lo que pasó”, fue la frase que escuchó la joven en la huida de los agresores. Tras ese día, los apodos de “Cable” y de “Jija”, peso pesado de la barra brava de Newell’s, empezaron a circular.

El otro crimen sensible adjudicado al “Cable” Solís ocurrió un mes antes. Se sospecha que fue el sicario que terminó con la vida de Ulises Funes, a quien también acribillar­on delante de su novia. Lo encontraro­n lejos de los puntos geográfico­s en disputa: la

víctima trabajaba como marino mercante y nunca estuvo bajo sospecha por las actividade­s ilícitas atribuidas a sus hermanos. Pero las balas no fueron por sus actos, sino que su apellido fue su cruz. Lo mataron de dos balazos en la cabeza y el tórax en la noche del domingo 7 de enero.

“Jija”, de 25 años, aún está prófugo. El muchacho heredó un lugar de liderazgo en la barra de Newell’s en octubre de 2016, cuando cayó preso Ariel “Tubi” Segovia (socio de Alexis Camino), quien sufrió la muerte de su hermana en esta última saga de venganzas cruzadas. Entre sus credencial­es figura una estrecha amistad con Ariel “Guille” Cantero, uno de los líderes de Los Monos. “El ‘Guille’ ordena y ‘Jija’ ejecuta”, describier­on las voces de la tribuna cuando se asignaron los nuevos mandos.

Aquella sucesión interna también se dirimió a los tiros. La disputa por el negocio del paravalanc­ha (entradas, drogas, trapitos, etc,) dejó tres barras asesinados y dos ataques a balazos contra dos dirigentes.

La semana pasada, la Justicia ordenó allanamien­tos simultáneo­s para atrapar a “Cable” y a “Jija”, sobre todo en casas usurpadas para guardar armas y acopiar droga. La Policía Federal identificó catorce domicilios donde podían estar escondidos los sospechoso­s, ubicados en diferentes zonas de la ciudad.

No los encontraro­n. Pero se secuestrar­on 400 gramos de cocaína, un Audi, una lancha, una moto de agua, una Ford F100, casi 233 mil pesos, 9 mil dólares y cuatro cheques por 20 mil pesos, además de armas y medio centenar de celulares.

Ayer, “Cable” Solís se descuidó y cayó mientras caminaba por la calle. Su detención, sin embargo, está lejos de apaciguar unos ánimos que siguen muy caldeados en algunos barrios de Rosario. ■

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Final. Adrián “Cable” Solís tiene 31 años. También lo señalan por la muerte de una pareja de novios.
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Hermano 1. Jonathan Funes, muerto el 5 de febrero.
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Hermano 2. Ulises Funes, asesinado el 7 de enero.

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