Londres mira a Moscú por el ex espía ruso y su hija envenenados
Sospecha. El gobierno británico cree que el Kremlin está involucrado en el raro incidente con Sergei Skripal y Yulia, que están graves en un hospital de Salisbury.
La primera ministra británica ha reunido su comité de seguridad para “debatir y analizar el envenamiento” del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, que agonizan en un hospital de Salisbury, tras haber sido atacados con una substancia desconocida en un Shopping Center del condado de Wilshire, donde él vivía bajo otra identidad. Skripal es un ex coronel del ejército de Rusia, que vendió secretos de los agentes rusos infiltrados en Europa al MI6, el servicio secreto británico. Fue condenado en Moscú e intercambiado por los agentes rusos “dormidos”, descubiertos en Estados Unidos, en el 2010. Gran Bretaña le dio refugio y una nueva identidad.
El caso está siendo tratado por los servicios antiterroristas británicos y los toxicólogos del secreto laboratorio de Porton Down, célebre en la Guerra Fría, analizan el veneno utilizado para encontrar un antídoto. Todas las agencias de seguridad y el servicio de salud están trabajando coordinadas. Padre e hija se encuentran en gravísimo estado, en terapia intensiva, desde el domingo a la tarde, cuando fueron encontrados en un banco del shopping. Los miembros de los servicios de emergencia que los atendieron estuvieron internados porque sufrieron “ardor en los ojos y problemas para respirar”. Uno de ellos continúa en el hospital.
El MI6, el servicio secreto británico, busca “una figura de interés” que aparece en los videos de las cámaras de seguridad que filmaron a Skripal y a su hija Yulia, recién llegada de Rusia, caminando desde el restaurante Zizzi hacia el Shopping y pasando por un gimnasio. Todos los que estaban en el gimnasio entre las 3 y las 4 de la tarde del domingo van a ser interrogados por la policía. Su casa, el restaurante, el gimnasio y un pub The Bishop´s Mill en el Shopping The Malting que visitaron han sido aislados por la policía ante el temor a la contaminación.
Rusia expresó su “seria preocupación por las acusaciones que aparecen en la prensa británica” sobre su probable participación en el caso y su relación con el Caso Litvinenko. Se trata de otro ex espía ruso que fue asesinado por agentes de Moscú con Polonium 210 en un bar de un hotel británico y murió tras una atroz agonía de 22 días en noviembre de 2006. Las relaciones con Rusia se congelaron. Moscú ofreció su “cooperación” con Gran Bretaña para resolver este nuevo caso.
Un vocero de la embajada rusa en Londres dijo que la prensa británica está “demonizando” a Rusia y que ni la policía o las autoridades británicas han provisto a la embajada “con ninguna información del incidente”.
“Si bien las agencias británicas no están dando ningún comentario sustantivo sobre este episodio, los informes de los medios crean la impresión de una planeada operación de los servicios especiales rusos, que es completamente falsa”, dijo el vocero ruso desde Londres. La embajada ha pedido “aclaraciones” a la cancillería bri- tánica sobre ese punto.
En una interpelación en la Cámara de los Comunes, el canciller británico Boris Johnson, por su lado, aseguró que su gobierno “debe ciertamente considerar” su participación en la Copa Mundial de Fútbol en Rusia “si las cosas se vuelven como muchos miembros de estas dos Cámaras sospechan que será”. Boris había notado “ecos” de la muerte de Litvinenko en el Caso Skripal.
“Si bien sería equivocado prejuzgar en esta investigación, puedo asegurar a la Casa que si emergen evidencias de la responsabilidad de un Estado, el gobierno de Su Majestad responderá apropiada y robustamente”, aseguró el canciller. Describió el caso en Salisbury como “un incidente perturbador” y dijo que “Rusia desafía los fundamentales bases del poder internacional”.
Johnson advirtió a Rusia que habrá “duras sanciones si se prueba su participación”. “Yo les digo a los gobiernos alrededor del mundo que cualquier intento de asesinar inocentes en tierra de Gran Bretaña va a ser sancionado o castigado”, alertó.
Los comentarios del canciller hacen suponer que el equipo británico no viajaría a Rusia en menos de 100 días a participar en el Mundial de fútbol. Luego, Johnson aclaró que serían los dignatarios y ministros los que no irían y no el equipo de fútbol quien boicotearía el Mundial en Rusia, ante las críticas de no mezclar el fútbol en el caso. El presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes, Tom Tugendhat, dijo que “si se prueba la participación del Kremlin, representaría que Rusia ha iniciado una guerra soft o híbrida contra Gran Bretaña. Si bien es muy temprano para conclusiones, lleva todas las marcas de un ataque ruso”, concluyó.
Los diputados de todos los grupos parlamentarios están exigiendo al gobierno una actualización inmediata en el Parlamento de lo que sucede. “Hay una larga lista de opositores a Putin que han sido eliminados alrededor del mundo. El hecho de que esto pasa antes de las elecciones rusas, no es circunstancial”, dijo Chris Bryant, diputado y presidente del grupo parlamentario sobre Rusia en la Cámara de los Comunes.
Skripal es el sexto caso de asesinato o intento de asesinato de ex miembros del servicio de inteligencia rusos en Gran Bretaña. ■