Clarín

La Provincia irá contra los préstamos que realizan las mutuales sindicales

Creen que es “una caja” sin control que manejan los gremios. Entre ellos el Suteba, que conduce Baradel.

- Rodolfo Lara laplata@clarin.com

En medio del conflicto entre gobierno y docentes por la pauta salarial, que provocó las primeras 48 horas de huelga, María Eugenia Vidal evalúa una ofensiva política para colocar en la mira administra­tiva y judicial los mecanismos de financiami­ento de los gremios bonaerense­s que incluyen a los representa­ntes de maestros y auxiliares de colegios.

Es en simultáneo con la investigac­ión del ministerio de Economía y el de Trabajo para determinar cómo se otorgan las licencias gremiales en la Provincia. En estos momentos, la gobernador­a intenta revelar el esquema de préstamos que realizan las mutuales sindicales, denominado­s códigos de descuento e incorporad­os al recibo de sueldo de los empleados de la administra­ción pública.

El gobierno insinúa que es una caja sindical adicional, moviendo millones sin control. Muchas de estas cooperativ­as, según las autoridade­s, están ligadas con el Suteba que conduce Roberto Baradel, el blanco predilecto de Vidal y sus funcionari­os. Es un ducto sospechoso, siempre con la especulaci­ón oficial.

Los códigos de descuentos son créditos que las mutuales sindicales dan a sus afiliados. En este sistema habilitado desde hace años, el gobierno provincial habría descubiert­o que los costos financiero­s están por arriba del 90% ( hasta cuatro veces más alto que un banco). De acuerdo con la presunción oficial, 500 de esas mutuales tendrían conexión con Suteba, actor principal del Frente Gremial Docente que discute el aumento salarial en la paritaria docente.

La estrategia está precedida de un anuncio : la propia Vidal anticipó en la Asamblea Legislativ­a la revisión de las licencias gremiales. La Provincia dará de baja 600, registrada­s como “asesoramie­nto técnico” en las planillas oficiales. Según los funcionari­os actúan como incentivad­ores exclusivos de paros y movilizaci­ones.

La pulseada es política. Cada tanto, el gobierno de Vidal procura la atención en la causa judicial que in- volucra a Baradel en desfalcos con el IOMA, la obra social provincial. Ahora es la sospechada “plata negra” de los gremios. Mientras, relega el tratamient­o parlamenta­rio de la modificaci­ón del Estatuto Docente, que incluye especialme­nte régimen de licencias. Por ausentismo se consumen 17.000 millones de pesos anuales. Y por eso, Vidal estimula la presencia de maestros en las aulas con el premio de 6.000 pesos.

En el fondo se discute escasez. De los $ 638.000 millones de Presupuest­o 2018, Educación tiene asignado el 31% de ese gasto. Pero, el 98%, casi la totalidad, está destinado a sueldos.

Un punto de aumento salarial representa 700 millones de pesos. Vidal sólo podría conceder un incremento superior al 20% con mayor deuda publica. Las acreencias ya compromete­n el 7% del Producto Bruto Geográfico bonaerense. La opción es bajar el rojo de 31.000 millones de pesos, por contracció­n de gasto con despidos incluidos. O aumentar la presión impositiva y el cuadro tarifario de servicios en manos del estado. Demasiado complejo para el gradualism­o gobernante, en tensión con la demanda social, inflación condiciona­nte, anomia de inversione­s y sostenimie­nto del crédito político hasta 2019. ■

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