Clarín

“Lluvia de cuchillazo­s”: el brutal asalto por el que habían condenado al asesino de Nadia

En 2001 Néstor Montiel fue a cenar a lo de su tía, sacó un puñal y atacó a los cuatro miembros de su familia. A su prima de 16 años la violó. En 2014 le dieron la condiciona­l y el jueves mató.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

“Una lluvia de cuchillazo­s”, fue la frase que eligió una de las víctimas de Néstor Maximilian­o Montiel (38) para describir el ataque a su familia. Igual que el día en el que asesinó a Nadia Arrieta (31), a la casa de esta otra víctima llegó con un bolso en el que llevaba cinta adhesiva y un cuchillo. Con esos elementos, aquel 4 de octubre de 2001 apuñaló a un matrimonio y a sus dos hijos, abusó de la mayor (de 16 años) y les robó 1.800 dólares. Por esto fue condenado a 18 años de cárcel, pero no cumplió con el total de la pena: le dieron la libertad condiciona­l en 2014 y quedó libre para volver a atacar el jueves pasado.

Aquella noche de octubre de 2001, Montiel tenía 22 años. Fue a la casa de su tía a cenar y, de un momento a otro, amenazó a un matrimonio y a sus dos hijos de 14 y 16 años. Los apuñaló a todos.

Montiel es adoptado y por aquellos años había encontrado a su padre biológico. Empezó a vincularse con él y con el resto su familia. Así fue como conoció a su nueva tía, entró a lsu casa de Wiliams Morris y cenó con su familia. Esa noche no fue el primero encuentro: hubo otros y hasta un asado en la casa de Montiel.

El 4 de octubre comieron una tarta y miraron VideoMatch. Alrededor de las 22 Montiel pidió ir al baño. Tenía una riñonera y no tardó más de tres o cuatro minutos, según declararon los testigos devenidos en víctimas. Cuando salió, era otro: tenía un cuchillo, estaba nervioso, amenazó a la hija mayor de la pareja y empezó a pedir dinero. Su abogado diría luego que había tomado cocaína, algo que nunca se comprobó.

La familia pensó que era una broma, pero tardó segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando.

El padre entregó el dinero que te- nía, pero como eran dólares Montiel dijo que no le “servían”, que se “había metido con gente pesada” y que por eso necesitaba “plata argentina”. Igual tomó los dólares y 25 pesos.

Al nene de 14 años -su primo- lo obligó a tomar la cinta de embalar de su bolso para atar a sus propios padres. A la chica la sujetó del cuello y le apoyó el cuchillo en la garganta.

Luego la adolescent­e tuvo que atar a su hermanito y Montiel fue llevando a cada uno a su cuarto. El padre intentó que dejara a la chica con él, pero no lo logaró. Dos horas estarían como rehenes.

Cuando llevó a la chica a su cuarto, Montiel prendió el ventilador y puso música fuerte para tapar los gritos. En las dos horas que siguieron, abusó de la adolescent­e en reiteradas oportunida­des mientras la amenazaba. Después la quiso matar: le puso una almohada en la cabeza y la apuñaló en la “región cervical”. Ella simuló estar muerta para que se fuera. Funcionó: el violador la dejó y se fue.

En el living atacó al chico de 14 años y lo apuñaló en el pecho. Su madre, desesperad­a, quiso ayudarlo y se interpuso. También sufrió heridas en la cabeza, la cara y las manos.

El padre se desesperó ante los gritos y quiso defender a su familia: furioso, Montiel también lo acuchilló, pero con tanta fuerza que se le rompió el puñal. La hoja quedó clavada en la cabeza del hombre, que ahora tiene 56 años.

Después de apuñalar a todos, Montiel se fue. Su tía corrió a buscar ayuda y el marido pensó que la habían secuestrad­o. “Papá, me muero”, le dijo el más chico. “Te quiero mucho pero me quiero morir”, le dijo la joven.

Según el expediente, al que tuvo acceso Clarín, el hijo menor del matrimonio (que ahora tiene 31 años) nun- ca recuperó la movilidad de un brazo. Y estuvo en silla de ruedas durante meses, igual que su hermana, por la gravedad de las heridas.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Morón condenó a Montiel a 18 años de cárcel por “robo agravado por el uso de arma, privación ilegal de la libertad agravada por violencia, abuso sexual agravado por el uso de arma y tentativa de homicidio calificado por alevosía reiterado”.

La defensa intentó hacer pasar al acusado como inimputabl­e y adjudi- có el ataque a su adicción. En el juicio, Montiel dijo “no recordar nada desde que salió del baño”.

En 2012, con los dos tercios de la pena cumplida, sus abogados pidieron que le dieran salidas transitori­as. En 2014, la libertad condiciona­l. El TOC 2 se la negó, la fiscalía se opuso y apeló ante la Cámara de Apelacione­s de Morón. Fue en esa segunda instancia que la Sala I le otorgó el beneficio, pese a que la pena vencía el 21 de octubre de 2019 y que la jueza de Ejecución Penal se oponía, informó Télam.

El último jueves Montiel volvió a atacar: mató a Nadia en su local de Villa Tesei. La ató, como a sus primeras víctimas, con cinta adhesiva, después la degolló. Lo identifica­ron por las huellas en la escena del crimen. Escapó cuatro días hasta que lo atraparon el lunes. Lo acusan de homicidio agravado por tratarse de un crimen de género, y se cree que el móvil fue una agresión sexual. ■

A la víctima del abuso la apuñaló y ella simuló estar muerta: eso le salvó la vida.

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Traslado. Néstor Maximilian­o Montiel el lunes, al ser trasladado por la Policía Bonaerense tras su arresto.
 ??  ?? Víctima. A Nadia Arrieta la mató a puñaladas en Villa Tesei, Hurlingham.
Víctima. A Nadia Arrieta la mató a puñaladas en Villa Tesei, Hurlingham.

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