La casa de la empresaria asesinada de 52 puñaladas había sido marcada
Tenía una flecha y las iniciales de la mujer. Detuvieron a dos nuevos sospechosos y buscan a otros.
Tunuyán, el tranquilo departamento ubicado a 80 kilómetros de la capital mendocina, aún no sale del shock por el brutal crimen de la empresaria Norma Carleti, asesinada en la madrugada del lunes de 52 puñaladas. La investigación avanzó y ya tiene tres detenidos. El primero que cayó fue un joven que tenía arresto domiciliario, mientras que ayer quedaron a disposición de la Justicia dos nuevos sospechosos.
Serían dos hermanos que tendrían vínculos con el primer detenido. Uno de ellos fue interceptado en un allanamiento y el otro se entregó voluntariamente tras conocer que se había emitido una orden en su contra. De todas ma- neras, el fiscal Adrián Frick anticipó que “en el devenir de estos días puede haber más detenidos”.
“Participaron varias personas del crimen, lo que no quiere decir que la haya asesinado una persona o más”, afirmó el fiscal.
Los investigadores aún no tienen confirmado si se trató de un asesinato en ocasión de robo o por encargo. Las dudas se generan porque en la vivienda de Carleti, quien estaba sola cuando los delincuentes ingresaron tras forzar una puerta lateral, había dinero y otros elementos que no fueron sustraídos. Además, la alevosía del crimen llama la atención. “Hay más de una línea de trabajo y más de una línea de sospecha”, indicó Frick.
Otro detalle que no pasó desapercibido por el fiscal es que en una pared exterior de la casa de la mujer de 59 años (iba a cumplir 60 en agosto) se encontró una marca que, a primera vista, aparenta una flecha y las letras NC (iniciales de Norma Carleti). Por eso no se descarta que el domicilio haya sido señalado con anterioridad al crimen para cometer un robo.
Algunos testigos indicaron que vieron al primer detenido del caso, de 22 años, manejando un Fiat 600 en el que escaparon los agresores. Ese vehículo, que había sido vendido a través de Facebook la semana pasada, fue encontrado totalmente calcinado horas después del crimen en una zona rural, a 7 kilómetros de la casa de Carleti.
La mujer tenía tres hijos y se había separado hace menos de un año de Leonardo Hisa, un empresario y ex legislador del Partido Radical. Su familia es la principal productora de cerezas en la zona y tenía negocios inmobiliarios. Temía ser víctima de un robo y, por ese motivo, había creado un grupo de WhatsApp con vecinos de su barrio. ■