Una extraña alianza
El dirigente de centroizquierda estuvo cerca de ser presidente en 2006 y en 2012 cuando perdió en elecciones muy reñidas con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Este año insistirá, pero con la llamativa alianza electoral que formó con el Partido del Encuentro Social, formación ultracristiana, homofóbica y conservadora.
Las campañas de los cuatro candidatos presidenciales mexicanos arrancaron en pleno Viernes Santo con miras a las elecciones del 1 de julio próximo. EL centroizquierdista Andrés López Obrador aparece primero en los sondeos. Este dirigente de perfil populista sorprendió con una alianza con el Partido del Encuentro Social, una formación ultracristiana, homo- fóbica y conservadora.
Solo hay una mujer entre los aspirantes, Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, ex militante del liberal Partido Acción Nacional (PAN), postulada por la vía independiente.
Aunque comenzaron formalmente las actividades proselitistas, solo dos candidatos presidenciales lo hicieron: la propia Zavala, que estuvo en el emblemático monumento co- nocido como Ángel de la Independencia, en el céntrico Paseo de la Reforma de la capital mexicana, y el aspirante del PAN Ricardo Anaya.
Anaya, que lidera una coalición que incluye también al izquierdista Partido de la Revolución Democrática y a Encuentro Social ( derecha evangélica) comenzó en Santa Fe, oeste de la capital, una especie de “ícono de la burguesía” Los otros dos candidatos decidieron dejar pasar la fecha y comenzar el próximo domingo, bajo la convicción de que millones de mexicanos están más concentrados en el descanso por el feriado de Semana Santa.
En los comicios que se celebrarán dentro de tres meses unos 87 millones de mexicanos han sido convocados para votar además por nueve gobernadores, 500 diputados, 128 senadores, entre los 3.400 cargos en disputa en 30 de los 32 estados del país.
El oficialista José Antonio Meade, un tecnócrata de 49 años, doctor en Economía por la Universidad de Yale, que ha sido cinco veces ministro en carteras clave de los dos últimos gobiernos, uno del PAN y otro del gobernante Partido Revolucionario Institucional, optó por arrancar ese día su campaña en Mérida, en el estado de Yucatán, sureste del país.
Yucatán es un viejo baluarte del PRI, el partido de Meade, aunque él se declarara ajeno a cualquier formación, y encabeza una coalición que abarca también a los centristas Partido Verde y Nueva Alianza. En cambio, López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una formación nacionalista y de centroizquierda eligió comenzar en Ciudad Juárez.
Las elecciones del 1 de julio se perfilan como las más grandes de la historia de México, tanto por el número de cargos en disputa (3.404) como por la cifra de votantes (88,3 millones) y su exorbitante costo financiero, situado en alrededor de 1.217 millones de dólares, el presupuesto más grande de la historia solicitado por el Instituto Nacional Electoral (INE) para la organización de los comicios. ■