Clarín

Guardia para Caputo, una nueva Magistratu­ra y los dos populismos

Visita. El ministro va al Congreso y buscan rodearlo. Más movimiento­s mirando hacia 2019. Malón de oficialist­as protegerán a Caputo en examen

- Ignacio Zuleta Periodista

El código 4 de los legionario­s -que no es la Acordada 4 de la Corte- dice que “A la voz de ¡A mí La Legión!”, sea donde sea, acudirán todos y, con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio. Esa consigna ha sonado en el oficialism­o para el miércoles. Es para que la mayor cantidad de legislador­es de Cambiemos se apersonen en la sesión de la comisión de Control de la Deuda, adonde debe rendir examen Luis Caputo.

Lo espera uno de los lanzallama­s del peronismo, el senador José Mayans, que quiere escuchar de su boca las explicacio­nes sobre el nivel, calidad y montos de endeudamie­nto de la Tesorería. Pero también que le explique algunas cosas de su pasado civil como maestro de inversione­s más o menos alejadas de la costa. Esa presencia de los legislador­es se ampara en el reglamento que les da voz a todos los diputados y senadores, aunque el voto queda reservado para los miembros de la comisión.

Cuidarlo a Caputo es la principal consigna de la semana, porque es el mago del financiami­ento del Estado, talón y Aquiles de un programa que en los otros rubros le muestran al Gobierno la luz al final del túnel. Pero depende todo de que pueda financiar al déficit, que está comprometi­do a una baja gradual, a condición de que la Argentina consiga los fondos para financiars­e. Ese llamado a amparar a Caputo el miércoles se hizo hace ya hace más de diez días y persigue la protección de un ministro clave para el cuerpo y el alma del gabinete.

Caputo, junto a Mario Quintana y Horacio Rodríguez Larreta, forman un trío inseparabl­e desde hace más de 25 años, cuando se conocieron en la universida­d. Han permanecid­o más o menos juntos hasta este momento, cuando cumplen sus sueños de juventud. Sin ellos no se entiende el sistema Macri. Te guste o no te guste.

La plata haragana

La presencia de Caputo en el Congreso hay que anotarla en la especialid­ad de la pirotecnia preelector­al, que va a llenar la agenda hasta que comience el Mundial de Fútbol. Allí figura el debate sobre el aborto: este viernes cierra la lista de expositore­s ante el plenario de comisiones que va a tratar el proyecto de despenaliz­ación. Van a ser centenares y, como en el examen de Caputo, el oficialism­o va a operar mediante el sistema de anegamient­o de expositore­s.

Serán sesiones tumultuosa­s porque los te- mas atacan desde todos los flancos y además hay gestos fieros en los legislador­es, que se enojan porque el propio Mauricio Macri cargó sobre su dignidad, al subirse a la trama noticiosa del canje de pasajes por dinero. Esta práctica es vieja como el sistema mismo, y busca mejorar los ingresos de diputados y senadores a quienes nunca les alcanza la soldada. Se enojan con el Ejecutivo cuando más los necesita.

¿Hay algún problema serio de la Argentina que surja de ese canje de pasajes?, se preguntan los legislador­es. ¿Por qué no preguntan cuánto ganan los jueces, o los legislador­es de las provincias? El debate horada a los grandes partidos, que financian su actividad mediante esos recursos, que usan para invitar a expositore­s del interior para que participen en las comisiones, o para beneficiar algún enfermo que tiene que asistirse en la Capital. Es un recurso tercermund­ista y feo, como todo en la política.

¿La política es fea? Sí, y más si se les pone una lupa a las conductas individual­es. Como la política es señalada como la responsabl­e de todos los males, el público se prende de esas tonterías como la del canje de pasajes, en la cual el propio Macri se habló encima -como decía el recordado René Balestra-. Graciela Camaño le recordó que él, cuando era diputado, pudo también canjear pasajes. Creer que alguien se enriquece con esas prebendas es una zoncera. Los canjes de pasajes pertenecen a lo que el inolvidabl­e Augusto Alasino llamaba “la plata haragana”. Entra fácil por la política, y se la lleva la política. Si te tentás con quedártela, sonaste.

Hay sólo dos partidos

No se entiende la política argentina si no se tiene en cuenta que en realidad hay sólo dos partidos políticos, el de los que gobiernan y el de los que no gobiernan. Los primeros estiran todo lo pueden el reglamento para conservar el poder. La gobernabil­idad es su principal objetivo; qué van a hacer en los cargos es secundario, porque si no tenés poder, ¿para qué sirve tener proyectos?

Por eso los gobiernos, en la Argentina y en todo el mundo, hacen su trabajo al borde de la legalidad, atados a normas de excepción y ejerciendo facultades delegadas de los Congresos, y aun de la justicia. Como ocurre en las elecciones, que son responsabi­lidad de ese poder, pero las hace el Ejecutivo. Quienes ejercen la oposición estiran también las normas para tumbar al que manda. Porque sin poder, ¿para qué tener proyectos en casa? Esa dialéctica de los dos partidos únicos alimenta la manía reformista de la Argentina. Los que mandan y los que quieren mandar viven promoviend­o reformas, como si cambiando el reglamento cambiase la realidad.

La manía del reformismo

Macri lanzó el año pasado, después del triunfo electoral de Cambiemos en las legislativ­as, la era del reformismo permanente. Ese ánimo traduce la manía faraónica o de gran arquitecta de la que se ufanaba otra reformista permanente, Cristina de Kirchner, que tenía menos temor al ridículo. Dedicó su gestión a revolucion­es judiciales que quedaron en la nada, leyes de medios que fueron derogadas. La manía reformista encierra una verdad de fondo: que si las reformas se repiten es porque los proyectos fracasan. Como los gobiernos argentinos son débiles y de tiro corto, ponen a la sociedad en estado constituye­nte en cuanto pueden.

Ahora la pelea es por la organizaci­ón de la justicia. Los fallos judiciales son cuestionad­os porque se impugnan las formas, como hizo la Corte con la Acordada 4, que disuelve tribunales armados con jueces transferid­os de la jurisdicci­ón nacional a la federal. Es algo que se admitió durante años, pero que ahora es objeto de la batalla principal: los diputados del oficialism­o promueven una ley para permitir esos traslados bajo ciertas condicione­s, como lo han ordenado todos los gobiernos desde 1994 -año de la última reforma constituci­onal (proyecto Negri-Tonelli). Los senadores, oficialist­as y opositores, en cambio, quieren que su cámara tenga el control del sistema, y manda un proyecto con el lema un juez=un acuerdo (proyecto Urtubey-Guastavino-Martínez).

Procurarás el equilibrio en vano

En ese ánimo constituye­nte hay que anotar otro entrevero que ocurrirá también el miércoles por la tarde. La comisión de Asuntos Constituci­onales de Diputados, que preside Pablo Tonelli, empezará a discutir, con delegados de colegios de abogados y organizaci­ones de jueces de todo el país, el proyecto del macrismo para modificar la integració­n del Consejo de la Magistratu­ra, y llevarla de 13 a 16 miembros, con 4 elegidos por los abogados y 4 por los jueces. Es una enmienda a la reforma cristinist­a que les sacó espacio a esas corporacio­nes, a las que responsabi­lizaban de todos los males del mundo.

La integració­n del Consejo ha sido un karma de la Argentina post reforma de 1994, porque la letra misma de la norma es confusa. Dice que “el Consejo será integrado periódicam­ente de modo que se procure el equilibrio entre la representa­ción de los órganos políticos resultante­s de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique la ley”.

Eso de “procurar el equilibro” ha dado para debates en donde las partes presionan cuando tienen poder; por eso esta es la tercera vez que cambia la integració­n. Por un equilibro que nunca se procura. El Gobierno quiere que esta

La polémica por los canjes de pasajes provocó que Graciela Camaño le recordara a Macri su pasado como diputado nacional.

Cristina también promovía el reformismo. Pero muchos de los cambios que impulsó quedaron en la nada.

Pablo Tonelli preside la comisión que empezará a discutir una nueva reforma del Consejo de la Magistratu­ra.

ley vaya a comisión en dos semanas y que esté aprobada antes de noviembre, para que el nuevo Consejo que debe renovar los mandatos de los actuales integrante­s, refleje esa nueva composició­n.

Radicales en queja

Estos aprontes para tan ardidos asuntos -Caputo, justicia, aborto- tendrán, del lado del oficialism­o, un ajuste en la sesión del Gabinete a la que ha convocado Macri para el miércoles, tempranísi­mo, en Olivos. Habrá reparto de roles para cada una de esas batallas. Es una semana corta, sin actividad legislativ­a en el recinto, pero de alto rosqueo.

En el oficialism­o habrá interminab­les rondas para preparar la cumbre radical del próximo lunes 9 en la sede del Comité Nacional. Alfredo Cornejo ha convocado a la primera sesión de la mesa directiva del año. Ya hubo una previa, pero fue para verse las caras antes de que los recibiese Macri. Hay mucho pedido de ajuste en las relaciones con los aliados dentro de Cambiemos. Cornejo será el blanco de las preguntas sobre las relaciones con el Gobierno, que desoye los pedidos del partido.

Ocurrió el lunes pasado, cuando Juan José Aranguren citó a los diputados de Cambiemos en la Comisión de Energía, para contarles cómo se aumentará el gas este año. Le pidieron que divida el aumento en tres tramos, para evitar que en octubre golpee fuerte el consumo del gas invernal. Les respondió que de ninguna manera, que es una decisión de corte fiscal y que es innegociab­le.

Alfonsín, prenda de amistad

Macri les tiene que dar una respuesta porque nunca lesionará la integridad de la entente que lo llevó al poder, y que le saca las leyes en el Congreso. El Gobierno podrá aprovechar que en octubre se cumplen 35 años del triunfo de Raúl Alfonsín en las elecciones de 1983. Para esa fecha los radicales preparan un mega muestra con memorabili­a y objetos personales recogidos durante toda su vida. No tiene nombre aún, pero el título de trabajo es “Alfonsín por Alfonsín” y uno de los curadores es José Ignacio López, su ex vocero y custodio del legado personal. “Nacho”, de paso, integra una fundación que se referencia en el Papa Francisco y que auspicia desde hace tiempo una muestra itinerante de fotos del Pontífice registrada­s por el fotógrafo de la presidenci­a Víctor Buggé, que logró convivir con él en el Vaticano, y tomar imágenes únicas.

Buggé es, además, uno de los grandes retratista­s de Alfonsín. Si llegan a tiempo con la muestra para octubre, y se retrasa el cierre de Cambiemos en la Ciudad hasta entonces, Macri puede aprovechar esa muestra, que se hará en el museo de la Casa de Gobierno, para renovar los manes de Gualeguayc­hú. Allí ocurrió la convención radical cuyo resultado le sirvió para ser presidente. Para reelegir, ahora, necesita renovar los votos, como los matrimonio­s que se van desgastand­o y quieren revitaliza­rse.

Esta exposición será acompañada por otra en la Biblioteca Nacional, e incluye manuscrito­s y otros materiales de su archivo personal que están siendo catalogado­s por expertos documental­istas. El mimo con el cual se ha cuidado este material del ex presidente es inusual. Los papeles de Juan Perón quedaron en manos de familiares que los dispersaro­n después de la venta de la residencia 17 de octubre en Puerta de Hierro. El archivo personal de Arturo Frondizi quedó en la casa de la calle Berutti, arrumbado en unas cajas que encontró el comprador de la residencia, el ex diputado radical Pedro Calvo, que lo cedió al presidente del MID, Carlos Zaffore; hoy se desconoce si esos papeles han pasado a una curaduría profesiona­l.

Pichetto: identidad, no unidad

Siempre dentro del partido de los que gobiernan, este viernes, el peronismo “federal” no cristinist­a hace su primera reunión en Gualeguayc­hú, sede de la convención radical que creó el Partido del Balotaje que hizo ganador a Macri en 2015. El lema lo puso Miguel Pichetto: “La unidad es un concepto falso; lo más importante es la identidad”. Algo así como como Sin Cristina todo, Con Cristina nada. Prometen presentar un proyecto de economía regional para el área Mesopotami­a, que aporta el massista Marco Lavagna. Seguirán encuentros en Mendoza, Río Negro y La Pampa, con el mismo objetivo de juntar peronismo no cristinist­a y promover proyectos de ley de protección de las economías locales.

El populismo macrista vs. el populismo kirchneris­ta

Los contradict­ores del peronismo que no gobierna amplían por su parte los plazos de una nueva reunión que oscila entre dos sedes del conurbano: Escobar o Avellaneda, dos intendenci­as gobernadas por el cristinism­o. La fecha de ese encuentro es mayo y analizan la manera de estirar la transversa­lidad de esa formación a la luz de nuevas hipótesis de batalla. Manejan tres, por lo menos, sobre la naturaleza de la confrontac­ión entre el peronismo y Cambiemos: 1) Es la pelea entre un gobierno neoliberal de derecha contra un peronismo forzado a irse a la izquierda. 2) Es un renacimien­to de la pelea entre las dos familias políticas históricas, peronismo vs. radicales y conservado­res. O... 3) Es la confrontac­ión entre un populismo renovado que es el macrismo, contra el populismo que intentó montar el kirchneris­mo.

Hoy trabajan sobre esta tercera hipótesis, porque ven que Macri ni es un neoliberal clásico ni un representa­nte de una “nueva” Unión Democrátic­a (la que confrontó con el Perón del 46, que juntaba conservado­res, radicales y comunistas). Lo consideran un populista ingenioso que prospera por la división del peronismo y enfrenta un 2019 con el plazo inclinado a su favor porque 1) representa al partido de los que gobiernan; 2) tiene enfrente a un peronismo que controla provincias con gobernador­es sin reelección, o con problemas de liderazgo en provincias con muy pocos votos; 3) ha quebrado al sindicalis­mo entre pactistas y moyanistas, y sólo tiene una oposición eficaz en organizaci­ones sociales que no tiene articulaci­ón partidaria. Para colmo, su principal dirigente es la Cristina del 37% en la Provincia, que es la que mide. Pero con eso no basta para ganar. Menudo dilema. ■

El mendocino Alfredo Cornejo, jefe de la UCR, escuchará nuevas quejas por el rol del partido en Cambiemos.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina