ANTECEDENTES
● La madre que se disfrazó de hombre.
El 4 de junio pasado, Lucía Bernaola (14) caminaba junto a un grupo de amigas por la costanera en Playa Chica -Mar del Plata- cuando un auto fuera de control las embistió. Lucía murió aplastada contra un murallón. El conductor, Federico Sasso (19) fue detenido: manejaba su Renault Clio con 1,23 gramos del alcohol en sangre, más del doble de lo permitido. Desde entonces, cumple prisión preventiva en la Estación Comunal de Balcarce. Sin embargo, a principios de este año se conocieron los privilegios con los que contaba en su encierro: no compartía el menú con los demás detenidos, mataba el tiempo jugando a la Play Station en el departamento del primer piso que le prestaba el comisario, y cuando quería, salía a dar una vuelta. Lo descubrió la madre de Lucía, Verónica Borelli, quien se disfrazó de hombre y lo vio cuando salía de prisión. Ante estas irregularidades, el Ministerio de Seguridad desafectó a siete policías, incluidos dos comisarios, a quienes se les atribuye que “dejaban salir a los presos por unas horas a cambio de dinero”.
● La mujer que buscó al asesino de su hijo durante siete años.
El 22 de diciembre de 2005, Octavio Gómez (16) fue asesinado de un balazo en el barrio Rivadavia I, al sur de la Capital Federal. La madre del chico, Nélida Sérpico, recorrió ese sitio y la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, disfrazada y con el pelo teñido de otro color para que nadie pudiera reconocerla. En abril de 2014 localizó al homicida a metros del lugar del crimen y avisó a la Gendarmería, que lo detuvo. En agosto de ese año, Facundo Caimo fue condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 . “Cuando empecé a buscarlo al asesino, le pedí a Dios y a mi hijo que me guiaran. Ahora Octavio descansa en paz”, resumió Sérpico, cuya historia recorrió los diarios de todo el mundo. ■