Clarín

La verdad está en su mirada

Esta gran serie francesa pinta sin concesione­s el perfil de una auténtica psicópata. En un mix de géneros, la historia gira en torno a una asesina serial que, con el correr de los capítulos, levanta temperatur­a. Brilla Carole Bouquet.

- Silvina Lamazares slamazares@clarin.com

Esos ojos hablan aún cuando ella está callada. A tal punto, que la serie no podría titularse El secreto de sus ojos (obra maestra de Juan José Campanella) o Lo que escondían sus ojos -interesant­e ficción española que emitió DirecTV-, o con una frase asociada al misterio. Porque esa mirada que sostiene a la perfección una brillante Carole Bouquet pone de manifiesto, sin pudores, el manual de la psicópata. Fría y aterradora. Bestial, monstruosa, implacable. Así se presenta Jeanne Deber en La Mantis, un policial francés con toques de drama y suspenso que se ganó un lugar en el poblado catálogo de Netflix. Y no merece perderse en el pelotón.

Creada por Alice Chegaray-Breugnot y Grégorie Demaison, entre otros, la historia cuenta que la protagonis­ta fue encarcelad­a hace 25 años por una serie de crímenes que tenían su sello inequívoco. La misma Policía que la encerró es la que ahora la necesita de su lado, porque ha aparecido un asesino que recrea a la perfección su modus operandi. Y nadie logra descubrir quién es. Por eso se resuelve recurrir a los servicios de La Mantis,

la de mujer Bouquet, que la permite misma el que lucimiento fue una chica tus ojos. Bond hace 37 años, en Sólo para

ra Elegida trabajar por junto Luis a Buñuel Angela en Molina 1977 pa- en Ese oscuro objeto del deseo, la actriz hilvanó muy buenos trabajos, para llegar a La Mantis con un exquisito dominio de su gestualida­d, clave para darle vida a este oscuro personaje que hipnotiza. Que desorienta. Que perturba. Que lleva las riendas a lo largo de los seis capítulos. Si bien uno de los puntos más altos de esta ficción estrenada por el canal francés TF1 -y luego adquirida por Netflix- sea la actuación de Bouquet, otro de los méritos es el ping pong narrativo entre lo policial y lo personal. Porque uno de los hombres que investiga los nuevos asesinatos es precisamen­te el hijo de La Mantis, Damien Carrot (Fred Testot), que creció entre rencores y aroma a abandono.

Pero como una de las condicione­s que pone Jeanne para colaborar con la causa es que su interlocut­or sea su hijo, Damien debe volver a tratar a esa mujer que le dio -y le complicóla vida. El no quiere revivir su pasado, pero el presente lo obliga a tirar de la memoria y viajar a un tiempo que él creía haber olvidado. Pero nota que no. Y los sentimient­os vuelven y la serie crece.

Se torna fascinante la interacció­n de los dos planos. La reconstruc­ción del vínculo madre/hijo enriquece el relato de la investigac­ión, que de a ratos queda en el terreno de lo anecdótico. Lo vincular se impone. Y los franceses saben bucear en ese registro, aunque el género que mande sea otro. En este caso, otros.

El molde preparado para La Mantis es el de un monstruo, pero tanto personaje como actriz se las ingenian para ir quitando capas de esa dura piel, dejando que otros rasgos afloren. No se vuelve buena, se muestra humana.

Con el correr de los episodios se van conociendo datos que permiten entender qué la llevó a mutilar, torturar, matar, hacer sufrir. En ningún

momento se la justifica, sólo se la explica. Y, en esa explicació­n, su hijo también redescubre a su madre. Amén de algunos lugares comunes del registro policial y de cierto guiño a Hannibal Lecter, la serie recorre un camino propio que cautiva. Tanto, como la mirada sostenida -que se vuelve escalofria­nte en un puñado de escenas- de su protagonis­ta.

 ??  ?? Carole Bouquet. La actriz, que se lleva todos los laureles de “La Mantis”, también brilla en otra gran serie francesa, “Les hommes de l’ombre”.
Carole Bouquet. La actriz, que se lleva todos los laureles de “La Mantis”, también brilla en otra gran serie francesa, “Les hommes de l’ombre”.

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