“Las madres de los caídos en Malvinas... casi 36 años de silencio”
Para quien vivió la historia y nadie se la relató imponiéndola, ha llegado la visibilización de nuestros héroes. Los verdaderos héroes de la Argentina que dieron su vida en una guerra injusta, quedado su sangre en una tierra deseada. La mayor cantidad de esos soldados eran jóvenes conscriptos de 18 años que no sabían pelear, no habían tenido suficiente instrucción de armas. Pero dentro de su corazón sabían que iban a luchar por una recuperación con final predecible. Sabían que iban a resistir una loca quimera y que tal vez allí morirían. Quizás, con sus cuerpos expuestos a los disparos entre la muerte y la libertad, sus ojos registraron a esas tierras bañadas por grandes olas blancas dentro de un mar azul, que les decía: Esta tierra es argentina. Mal vestidos para los fríos australes y mal alimentados por quienes eran responsables de sus vidas, no abandonaron la sagrada esperanza de triunfar. Y sus cuerpos quedaron ahí, indefensos y expuestos en la dura piedra de la tierra malvinense, sin identificación alguna con el reconocimiento único de Dios.
Aquí quedaron sus familias, las madres de legítimos héroes que esperaron años para saber de ellos. Llevaron un luto durante casi 36 años en silencio, escondiendo sus lágrimas en un respetuoso reclamo, sin estridencias, sin manifestaciones ni marchas. Porque nunca pudieron saber el destino final de sus hijos, nadie se preocupó por darles una respuesta. Ni los gobiernos ni el Ejército se preocuparon por estas Madres, Hijos, Hermanos, que deseaban angustiosamente conocer su paradero. No las vimos vestidas de negro, tampoco exponiendo su dolor. Madres valientes de corazón fuerte que vieron partir sus hijos en una gesta que hoy sabemos gloriosa por la entrega heroica de sus vidas. Al fin pudieron saber de ellos, agradecer el respetuoso trato de sus restos al “enemigo”. El Ejército reparó su acción y condecoró a las Madres de los Caídos porque las Madres de Malvinas existieron, existen y existirán en la historia argentina.
Al fin, la vida puso en un lugar destacado a estos soldados porque ellos fueron con un verdadero sentido de Patria. Ellos no fueron a luchar porque odiaban, sino porque amaban a su país. Era hora que su país rindiera honores y sacara del anonimato y de la indiferencia a estos valientes y sus familias. Mirta Rivero mirlirivero@gmail.com