Ya piensa en su revancha olímpica en Beijing 2022
Faltaban menos de dos semanas para los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018 cuando Verónica Ravenna recibió la noticia de su clasificación, que la tomó por sorpresa. Es que ella había quedado 39ª en el ranking que otorgó 30 plazas para la cita, pero otros países liberaron cupos y ella se ganó un lugar.
“Estaba en Alemania en el Mundial Junior y pensando en volver a Canadá. Teníamos pensado ir a Argentina a visitar a la familia y a disfrutar del calor en Miramar. Y de repente me llegó el mail con la confirmación de los atletas. Primero pensé que me lo habían mandado por error, hasta que mi papá me dijo que me tocaba ir”, recuerda.
En esa ciudad surcoreana tuvo su debut olímpico y aunque en lo deportivo no le fue tan bien como ella esperaba -terminó 24ª tras tocar una de las paredes en la tercera bajada-, la experiencia fue inolvidable.
“Estaba muy nerviosa. Tenía el objetivo de quedar en el top 20 para hacer la largada final, pero es una carrera y no todo sale como vos querés. Igual después volví a la Villa y todo el equipo me felicitó. Lo que viví con el resto de la delegación argentina fue increíble. Nos llevábamos re bien, nos hicimos muy amigos y nos apoyábamos. Fuimos como una familia chiquita”, cuenta.
Y ya se ilusiona con tomarse revancha: “La próxima vez me irá mejor. Para los Juegos de Beijing 2022 voy a estar más preparada, con más experiencia, y voy a tener un trineo mucho mejor. Eso me puede ayudar mucho”. ■