Clarín

La apuesta peronista al 66, Macri en la primera y exigencias radicales

Internas. Lucha de fuerzas opositoras en Diputados. La reelección presidenci­al, prioridad oficialist­a.

- Ignacio Zuleta Periodista

Golpe de los federales

Sobre la mesa de la presidenci­a de la Cámara de Diputados, la misma en la que se sentaba Alberto Balestrini a apurar unos habanos inolvidabl­es a las 11 de la mañana, está desplegado un medallero que, en abanico, representa las bancas de diputados. Los bloques están identifica­dos con colores y tienen el nombre de cada diputado. Desde la última semana, cada quien que visita a Emilio Monzó imagina pases de medallas.

Con la pulcritud profesiona­l con la que un jugador de ruleta toma con los dedos las fichas, el visitante ensaya sobre el tapete pases de un diputado de un color hacia otro. Hasta hoy los que se anotan para la naciente bancada justiciali­sta-renovadora suman 54: el interbloqu­e Argentina Federal del Justiciali­smo de Kosiner-Bossio aporta 30, el del Frente Renovador de Graciela Camaño agrega 24. En esos ensayos de mesa que se ejercitan en la amplia mesa de Monzó, juegan a los pases con los seis del Frente Cívico de Santiago del Estero. Ya serían 62. Hay algunos sueltos de Neuquén (”Chani” Sapag), Mendoza (Omar Félix), o de Santa Fe (Alejandro Ramos). Y estamos en 65.

Hoy, la segunda minoría en la cámara es el Frente para Victoria con un número fatídico de 66. Si los peronistas del bloque post cristinist­a convencen a la peronista de San Luis Ivana Bianchi producen un empate en 66. Y entonces viene el juego de descuento. Los más optimistas creen que el plano inclinado puede favore- cer al nuevo bloque para sacarle un diputado al cristinism­o y arrebatarl­e la segunda minoría de la Cámara. Ése es el pase del millón.

Alguno se ilusiona con las afinidades ideológica­s e imagina que ese pase lo puede protagoniz­ar Daniel Scioli. Pero nunca lo admitirán en el nuevo club, porque ha agotado todos los créditos que pudo alimentar de un paso al otro lado. Se mantuvo en el FpV con el argumento, irrebatibl­e, de que si salía de esa formación perdía un capital que nadie le aseguraba en otro lado. Por eso se retiró del acuerdo de 2013 con Mauricio Macri y Sergio Massa. Hoy no le darían tampoco lo único que podría justificar el pase: un rol de mando en el nuevo bloque. La ficha vuelve a su lugar. “Tenés razón”, dice el que mueve las fichas. Seguí participan­do.

Debuta la mesa estratégic­a

Difícil un momento de debate más crudo en la colectivid­ad de los políticos, sean del oficialism­o o de la oposición. La pelea electoral está a punto de caramelo en todas las tribus, cuando falta poco más de un año para el cierre de listas para las PASO de 2019 (ocurrirá en junio de ese año), y nadie quiere quedar en mala posición. El buen “posicionam­iento” es el estado virtuoso, la ataraxia, al que aspira todo político criollo, en un oficio caciquil y sin partidos políticos.

Posicionar­se bien es estar en el lugar adecuado cuando los acontecimi­entos se precipiten. Lo peor en política es quedar mal posicionad­o, nadie te lo perdona. Cuando todavía se revuelven los rescoldos de la cumbre federal del peronismo en Gualeguayc­hú, el oficialism­o aporta una nota más aguda todavía: debuta hoy a mediodía la mesa estratégic­a de Cambiemos.

Este pergeño ha pasado por diversos formatos desde 2015, y hoy lo integran los jefes partidario­s formales e informales. Se reunirán al mediodía de hoy en el despacho de la Jefatura de Gabinete para compartir una charla que puede definir el rumbo estratégic­o del oficialism­o para las elecciones en todos los niveles, según una espinosa agenda en donde saltan las contradicc­iones entre los socios de Cambiemos.

Toda la artillería a un objetivo

El grupo tiene una misión difícil, diseñar el proyecto principal del oficialism­o: la reelección de Mauricio Macri en 2019 en primera vuelta electoral. Todo el esfuerzo hoy de Cambiemos está dirigido a disponer las cosas para que el actual presidente no tenga que ir a una azarosa segunda vuelta. De ahí la importanci­a de la cita de hoy, precedida –y sucedida– de otros encuentros con diversos grados de clandestin­idad, como es mandado en esta ciencia de la política, que es también un arte.

Será el primer encuentro de un grupo que se disolvió a comienzos de la campaña electoral de 2017; coincidió con la salida de Ernesto Sanz de esa mesa chica. También, con la crisis de otra mesa, que arbitra Marcos Peña en Jefatura con la conducción de Mario Negri del oficialism­o en Diputados. “Concentra mucho poder”, era el reproche inconfesad­o. Esa crisis la ganó Negri. Hizo valer el consenso interno entre sus colegas y un activo que tienen pocos, su inquebrant­able relación con Elisa Carrió –que es personal y política–. Lilita lo saludó el sábado por TV: “La gente del radicalism­o es buena, Mario Negri es bueno, dirige bien el interbloqu­e”. Blindado, quedó como jefe del interbloqu­e Cambiemos y del bloque de la UCR, y evitó que lo hicieran saltar para arriba como presidente del Comité Nacional.

Eso precipitó el avance del Gobierno sobre el partido, con la mesa que hoy preside Alfredo Cornejo y que administra junto a Gerardo Morales y el secretario, José Cano. En el almuerzo de hoy estarán los tres (Cornejo, Morales y José Cano) y los recibirán Peña, Humberto Schiavo- ni, Rogelio Frigerio; entra y sale Fernando de Andreis. Por la Coalición, estarán Fernando Sánchez y Marisel Etchecoin, por lo menos.

Terapia radical mendocina

Para tener los papeles en orden y contar con informació­n competitiv­a en esta cita es que Cornejo adelantó para el viernes la primera reunión del comité federal de la UCR, que no se hacía desde que asumió el cargo a finales del año pasado. Fue en Mendoza, y estuvieron los jefes del partido de todo el país, con la excepción de Misiones y Chubut, y asistió también Enrique Nosiglia, que ejerce la conducción de la Comisión de Acción Política, cerebro estratégic­o de la UCR.

Era para escuchar a los caciques y actualizar la factura que le debe el PRO a la UCR: la cobertura de los cargos nacionales en las provincias. La queja de los distritos es que esos cargos, que son delegacion­es de reparticio­nes nacionales en las provincias, no han sido distribuid­os con equidad entre los socios de Cambiemos, y que ese loteo castiga a los radicales. En el balance que recogió Cornejo, y que llevará hoy a la mesa, hay muchos de esos cargos que siguen en manos de funcionari­os del peronismo que dejó el poder en 2015. En otros casos, han sido acaparados por militantes del PRO, aun en distritos en donde su figuración es más que menor. Hay otros distritos en donde esos cargos la Nación se los ha dejado a los gobernador­es peronistas como parte de acuerdos, que los radicales quieren se discutan de nuevo.

¿Y Cambiemos Capital?

En el informe que expuso el presidente de la UCR Capital, Guillermo de Maya, figura también la situación de Cambiemos de la Capital Federal. Faltó Rafael Pascual, que integra la mesa pero que pasó el fin de semana de campaña

El salteño Kosiner conduce a los 30 del peronismo federal. Esperan sumar 24 massistas y 12 extras para desplazar a los K.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, recibirá a los jefes aliados de Cambiemos para discutir la estrategia 2019.

El radical Alfredo Cornejo, jefe partidario, sigue escuchando quejas internas por la falta de lugares en el Gobierno nacional.

El “Coti” Nosiglia fue una de las figuras de la cumbre de la UCR en Mendoza. Dirige la Comisión de Acción Política.

En la Ciudad hay enojo de la UCR con Larreta: creen que es el principal responsabl­e en la demora para armar Cambiemos allí.

El cordobés Schiaretti estuvo en España. ¿Dijo que él irá a la provincia y De la Sota a Nación? ¿O al revés?

junto a Negri en Neuquén. Allí se elige el próxi

mo domingo el intendente de Villa Regina y aprovechar­on el viaje para mostrarlo a Horacio “Pechi” Quiroga, intendente de la Capital, un radical itinerante, como futuro candidato a gobernador.

El informe de Maya destacó la disonancia entre las promesas del PRO porteño –Macri, Horacio Rodríguez Larreta– de integrar Cambiemos en el distrito, y la demora en concretarl­o. Larreta parece más dispuesto –dice esa queja, escuchada en Mendoza– a acordar con Sergio Massa, dándole un cargo al ex candidato Matías Tombolini, que a cerrar con la UCR. También transmite dudas sobre la unificació­n de la fecha de las elecciones nacionales con la local, condición necesaria según los radicales para que Macri haga en la Capital una gran elección, que lo haga presidente en primera vuelta. ¿O acaso Horacio piensa más en el 2023 que en el 2019?, se mortifican algunos.

Los radicales se extrañan de estas disonancia­s, como que el gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez, a quien halaga la Casa de Gobierno, haya anunciado este fin de semana que dividirá las fechas. O que Marcos Peña reciba a la senadora de esa provincia, Lucila Crexell Sapag, que busca su reelección el año que viene, sin avisarles a ellos. La prueba de amor a Macri de cualquier gobernador, es que unifique la elección local con la nacional. Lo demás es literatura.

La difícil sinceridad de la política

Este planteo construye la posición del radicalism­o de que es la única estructura fuerte en todos los distritos, y que por eso hay que revisar el contrato de Cambiemos. El objetivo de ganar en primera vuelta depende de la salud de esa sociedad. La agenda de hoy lleva cuestiones decisivas que hay que plantear mirándose a los ojos para examinar la sinceridad de las respuestas:

1) ¿quiere Cambiemos ganar en Córdoba o le conviene una relación ambigua con el peronismo para que siga Juan Schiaretti por otro mandato, y felices los niños? El lunes pasado, Schiaretti estuvo en Puerta de Hierro –se entiende, la residencia del embajador en Madrid Ramón Puerta– y el cuadro de Sorolla que preside el living escuchó que el año que viene van a ser candidatos él y Juan Manuel de la Sota, a gobernador y presidente, o viceversa. Esto decide mucho, porque en Gualeguayc­hú el peronismo federal empezó a cerrar un compromiso para una cumbre similar, pero en Córdoba, que puede ocurrir el viernes 27 de abril, y a la que promete ir Schiaretti.

2) en Entre Ríos, adonde Frigerio dice que no quiere ser candidato a gobernador, ¿habrá un acuerdo cordobés con el gobernador Gustavo Bordet, o una PASO sincera entre Atilio Benedetti y Alfredo De Angeli, entre otros.

3) en La Rioja, ¿seguirá el jugueteo de la casa de gobierno con el intendente peronista Alberto Paredes Urquiza o volcarán el apoyo en favor del senador Alfredo Martínez?

4) en Mar del Plata, ¿insistirán en el sanisidren­se Guillermo Montenegro para intendente, en lugar del presidente del bloque Cambiemos de la Cámara de Diputados provincial, Maximilian­o Abad, hombre de Sanz?

5) en Santa Fe, en donde hay PASO obligatori­a, ¿seguirá la disputa entre los radicales que apoyan a José Corral y el PRO y Carrió que apoyan a Luciano Laspina? No fuera que esa tensión termine echando de nuevo a los radicales en brazos de los socialista­s.

6) finalmente, ¿y de vice cómo andamos?

Cornejo la vetó a Michetti en una nueva fórmula, y Carrió le respondió el sábado por TV: “El vice no sirve para nada... Estoy hablando de todos los vices”. Cornejo fue uno de los fogoneros de una aventura de vices, con Julio Cobos y Cristina en 2007, y los radicales temen que Olivos les ofrezca un vice a cambio de candidatur­as a gobernador­es del PRO. Un chino, porque la sinceridad es un recurso escaso en la política. Y no renovable.

Sobre conspiraci­ones

Para darle espesura a este planteo, los radicales han citado para este miércoles en el Comité Nacional a la mesa de conducción a los más de 200 radicales que tienen cargos en el orden nacional. Todo un padrón que, juntos hacen ruido. Estos escarceos tienen rispideces y Cornejo está en la etapa de aprendizaj­e de la conducción en un partido horizontal como es la UCR.

Para eso no se priva tampoco de algunas conspiraci­ones. Citó a la masa crítica del Comité Nacional para la noche de este domingo, a una cena más que recoleta en un santuario partidario, “Marcelo” de la avenida Callao. Estarán los jefes de los bloques que no fueron a Mendoza, que tienen que sumarse a otra reunión que está prevista cada 15 días, que es de coordinaci­ón legislativ­a. Negri estaba en Neuquén, Angel Rozas y Luis Naidenoff tampoco fueron a Mendoza, y Cornejo quiso saber qué opinan.

Se entiende tanto trajín. El año que viene les vence el mandato, entre otros, a estos pilares de la sabiduría: Negri, Emilio Monzó, Federico Pinedo, Nicolás Massot, Miguel Pichetto, Ángel Rozas, Rodolfo Urtubey, Juan Carlos Romero, Marcelo Fuentes, Guillermo Pereyra, Diego Bossio, Graciela Camaño, José Luis Gioja, Victoria Donda, Álvaro González, Axel Kicillof, Marco Lavagna, Máximo Kirchner, Pablo Kosiner, Pablo Tonelli. En la lucha por la superviven­cia algunos seguirán, otros no volverán.

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