Clarín

Faltan frutas, verduras, pescados y sobran hidratos

Análisis. Clarín pidió a dos nutricioni­stas que evaluaran los menús que ofrecen 15 colegios privados.

- Rosario Medina

Para intentar conocer la calidad nutriciona­l de los menús de los colegios privados, Clarín le propuso a dos especialis­tas en nutrición analizar los menús de unos 15 establecim­ientos, la mayoría de la Ciudad de Buenos Aires. Entre las primeras conclusion­es que sacaron los especialis­tas se destacan tres puntos: en todos faltan frutas y verduras, falta pescado y hay un exceso de hidratos de carbono.

“Uno sabe lo que es trabajar con chicos, y lo difícil que es. Pero, por otro lado, es la edad indicada para incorporar hábitos más saludables. Los chicos son esponjas y si uno les va explicando y dando las razones de por qué conviene comer determinad­os alimentos, ellos lo entienden. Uno intuye que el menú se hace así porque los chicos no comen cualquier cosa”, afirma la nutricioni­sta Silvina Tasat, de la Sociedad Argentina de Nutrición.

“En general los menús son muy desbalance­ados, no coinciden con las Guías Alimentari­as para la Población Argentina (GAPA), que dice que la mitad de lo que se come deben ser frutas y verduras (ver infografía), y en algunos directamen­te no hay fruta y verdura”, coincide la doctora Mónica Katz, especialis­ta en nutrición.

La experta destaca que la escuela es un espacio fundamenta­l para crear nuevos hábitos en los chicos, como complement­o con lo que ocurren en los hogares. “No solo respecto de fruta y verdura. Hábitos de estilo de comida, de perfil de variedad y todos ofrecen lo mismo: tirabuzone­s, milanesas; creativida­d cero, salvo algún que otro caso”, añade Katz.

“Falta fruta en prácticame­nte todos los menús. El pescado es un alimento que no está. Que se encuentra con suerte una vez cada tres semanas”, observa Tasat.

“De ninguna manera en los colegios se facilita la presencia del pesca- do, no existe”, coincide Katz y añade: “Abunda el hidrato de carbono por doquier. En la ensalada predomina lechuga y tomate, que los chicos lechuga no comen. Y si comen, en la casa van a comer, precisamen­te, lechuga y tomate”.

En el otro extremo a la falta de frutas y verduras, está la abundancia de fideos y las milanesas. “Hay cualquier cantidad de fideos y de milanesas. Hay que tratar de no encubrir tanto. En el sobretodo del empanado, tratar de que los chicos puedan identifica­r un pedazo de carne o de pollo”, dice Tasat. Con los postres pasa algo parecido: “Faltan frutas y en cambio hay mucho postrecito y helado”.

Tasat también observa que en muchos colegios ofrecen jugos como bebida para acompañar el almuerzo. “Que la bebida que se ofrezca sea agua. Un chico tiene que tomar agua. Demasiada poca agua toman en general, encima les ofrecen jugos de distintos sabores. En un comedor tienen que tomar agua, no ofrecer jugos”, insiste el nutricioni­sta.

“No ves un objetivo nutriciona­l o saludable. Es más bien una organizaci­ón de menús diversos, ni siquiera muy variado”, fue la conclusión de Katz. ■

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Fuente MINISTERIO DE SALUD

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