Clarín

“Sabía que Mariana fumaba, pero no que consumía droga”

Su hija murió por sobredosis y fue abandonada.

- Gabriel Bermúdez bahiablanc­a@clarin.com CORRESPONS­AL

El sol da de lleno en la habitación más chica de la casa. En la mesa de luz, hay peluches y en el piso, un par de ojotas. Al pie de la cama, en una caja de zapatos, maullan un par de gatitos oscuros recién nacidos. “Mi hija los quería mucho”, recuerda Gloria Bruna. “Acabo de limpiar y ordenar todo, como cuando ella llegaba. Y como si fuera a venir. La más chica, de 12 años, me sacude y me dice que Mari no va a venir. Pero yo la espero”, dice.

Esa espera se extiende desde hace nueve días, cuando Mariana Sol, su hija de 15, llegó de Monte Hermoso , se cambió y salió apurada. Días antes habían discutido porque no la había dejado salir, pero la excusa de que iba al “cumpleaños de una amiga” habilitó la excepción.

“Le dije que la acompañaba, pero me dijo que no, que estaba la mamá de la amiga afuera en el auto. Alcancé a verlo, vi que era blanco, pero no quién estaba adentro. Si sabía que se iba sola con alguien más grande, no la hubiera dejado. Ese fue mi error”, se lamenta la mujer, enfermera del hospital municipal. Fue la última vez que vio con vida a su hija.

"Yo sabía que ella fumaba a escondidas, pero no que se drogaba", dice con dolor. Y recuerda que esa noche la esperó despierta hasta las 4.15: "Preparé un mate para tomar juntas. 'Va a venir', me decía. Nunca pasaba una noche afuera sin avisar”. Pero más tarde un llamado la sacudió: su hija estaba muerta en el hospital Español de esta ciudad.

Nicolás Martínez, un joven de 28 años, había abandonado allí su cuerpo al mediodía en la guardia y se había fugado. Luego fue detenido. En su declaració­n, admitió que había pasado a buscar a Mariana, tenido relaciones con ella en el auto y después ido a un pub. Dijo que ella se levantaba e iba al baño, según él, a drogarse. Minutos antes de las 4, le pidió que la llevara a un departamen­to del barrio Universita­rio, donde habrían comprado más droga. Hasta que, cerca de las 6, Mariana colapsó dentro su auto.

Los investigad­ores siguen cotejando sus dichos luego de que la justicia de Garantías lo liberara, al considerar que no había pruebas del abandono de persona. “¡Cómo va a decir que una criatura de 15 años le daba droga! Y si fuera cierto, ¿no te das cuenta de que es una nena?”, pregunta Gloria, que dice no entender por qué el juez lo dejó en libertad.

“Me la pasaron de droga, me la mataron”, había dicho el sábado que murió Mariana. Hoy lo sigue sosteniend­o porque cree que, además de Martínez, hay más involucrad­os. Como el docente vinculado a la vivienda en la que, según Martínez, le dieron droga.

Gloria recibe a Clarín frente a su vivienda. Adentro, aún estaba todo lo que sus cuatro hijos habían llevado a Monte Hermoso el Viernes Santo. Todos volverán a la habitación de Mariana, donde su madre sigue esperándol­a. De allí, sólo algo se movió: la cruz de madera que hizo su hermano carpintero y que ayer la familia llevó al cementerio.erio. ■

 ??  ?? “Aún la espero”. Gloria Bruna, en el cuarto que era de su hija de 15 años.
“Aún la espero”. Gloria Bruna, en el cuarto que era de su hija de 15 años.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina