ENRIQUE IGLESIAS EN GEBA
Tras dos años de espera, el hijo más famoso de Julio recorrió sus grandes hits. Entre los invitados, Lali Espósito.
Ante más de 14 mil personas, el español recorrió todos sus éxitos. Hacía dos años que sus fans lo esperaban en el país.
Tras su paso por Hungría, Alemania, Noruega y Brasil, Enrique Iglesias (42) finalmente llegó a Buenos Aires con su tour 2018 y recompensó largamente a sus fans argentinas. “Si fuera por mí tocaría todos los días en Buenos Aires. Además, tengo muchísimas ganas de estar con mis fans argentinos que hace ya un tiempo largo que no veo”, le había confiado el artista a Clarín al finalizar su recital en Oslo, Noruega, el pasado 17 de marzo. Este show marcó su regreso al país tras dos años de espera.
Y esa nostalgia de Enrique para con sus fans argentinos fue lo que más se destacó este sábado. Pese a que el parte meteorológico no era favorable, el cielo dio tregua y el cantante desplegó toda su energía ante más de 14.000 personas en el Estadio GEBA.
“Muchísimas gracias por estar aquí esta noche. Yo sé que he tardado mucho tiempo en regresar para Argentina”, fueron las primeras palabras que el también compositor y productor discográfico le dijo a sus fans locales, quienes no pararon de filmar y tomar fotos con sus celulares durante toda la velada.
El vínculo de la estrella y sus admiradoras regionales no es casual. Es que muchas de ellas son las mismas que comenzaron a seguir su carrera cuando apenas comenzaba, hace ya 23 años, y que el viernes último también fueron hasta Aeroparque para recibirlo.
Con un look descontracturado y bien urbano, como el que le gusta llevar desde hace tiempo, la salida a escena del Rey del Pop Latino se demoró casi una hora y media. Finalmente, a las 22.40 salió triunfal y lo que vino después fueron sólo emociones a flor de piel.
Durante dos horas Enrique logró satisfacer las ganas de sus seguidoras -y seguidores- de poder tocarlo y hasta permitirse entonar con él algunas de sus canciones, como le pasó a un chico llamado Sebastián que viajó en moto desde el partido de San Fernando para ver a su ídolo.
Fueron 19 éxitos de todos los tiempos, comenzando por Experiencia religiosa, pasando por El Perdón, Súbeme la radio y Bailando hasta llegar a su más reciente hit, El Baño.
Había fans de Capital Federal, el GBA, el Interior del país y hasta de países vecinos como Uruguay y Chile. “Me pongo esta camiseta porque amo Argentina. Sé que a veces parece que desaparezco pero mis mejores recuerdos pasaron aquí”, dijo Enrique enfundado con la remera de la Selección y visiblemente emocionado, mientras el show transcurría con un despliegue aún mayor que el de fechas anteriores, con suelta de globos, fuegos artificiales, y unas cuantas sorpresas para el público.
Por empezar, antes de que él saliera a escena se presentaron Eloy, cantante de reggaeton puertorriqueño, y Paulo Londra, la revelación de hip hop argentino, que acumula 40 millones de vistas en sus videoclips.
Pero hubo más. El hijo más famoso de Julio Iglesias e Isabel Preysler también interpretó una de las canciones más conocidas grabadas en inglés, Heartbeat, junto a Lali Espósito (26), quien hizo gala de su soltura y su potente voz.
Como si todo eso fuera poco, Enrique se prestó a jugar con el público, a brindar por Argentina, a cantar Escape, la balada que hace 16 años le permitió conocer a su pareja y madre de sus hijos, la ex tenista rusa Anna Kournikova (36), quien protagonizó el videoclip del tema con él, y hasta expresar sus sentimientos más profundos sobre su rol como padre.
Es que, para sorpresa de muchos, el artista con más de 100 millones de descargas musicales -tanto en español como en inglés- también se permitió hablar de sus hijos mellizos hacia el final del show.
“Los últimos tres meses para mí han sidos significativos y me he dado cuenta de que nunca imaginé que podía querer a dos seres humanos como os quiero a vosotras y a vosotros. De todo corazón les digo mil gracias por estar hoy aquí”, expresó el ídolo pop y padre de los pequeños Nicholas y Lucy Iglesias.
Cerca de la una de la mañana el show concluyó con un fantástico juego de luces realzado por el humo que lanzaban varias máquinas dispuestas en todo el campo, y un Enrique agradecido que se despedía con lágrimas en los ojos y con promesa de pronto regreso. Su público lo estará esperando. Seguro. ■