Clarín

Irán, la gran diferencia entre Macron y el príncipe saudita

Visita. Mohammed Ben Salman llegó a París para reunirse con el presidente francés. Oriente Medio, la clave.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

Después de tres semanas de traje sin corbata en viaje triunfal en Estados Unidos, el príncipe heredero y nuevo hombre fuerte de Arabia Saudita, Mohammed Ben Salman aterrizó en París. Estaba envuelto en la magia de su “abaya” blanca y dorada tradiciona­l y su “keffiyeh”, para una visita oficial de 48 horas. Un “acuerdo de partenaria­do estratégic­o” será firmado al final de la visita, que se inició con una comida privada el domingo a la noche entre el príncipe y el presidente Emmanuel Macron, en el Museo del Louvre.

Más que contratos, el Palacio del Eliseo quiere conseguir con este príncipe autoritari­o y reformador una “nueva filosofía”, “un nuevo método de cooperació­n” entre ambos países. El presidente Macron rescató al primer ministro libanés Saad Hariri, “retenido” y forzado a renunciar como premier por televisión desde Arabia Saudita, por orden del príncipe. Para conseguirl­o, el jefe de Estado francés hizo una inesperada escala en el aeropuerto de Riad, a donde conoció a Mohammed.

Macron fue directo con MBS, como lo llaman. Así estableció su vínculo. Cuando el heredero le dijo que “si las empresas francesas van a Irán a hacer negocios, el mercado saudita les será cerrado”, el presidente francés le respondió: “Jamás yo me permitiría hablar así de las sociedades sauditas”. Los árabes dicen siempre que las amistades comienzan con una gran discusión. Entre ellos se estableció desde entonces un franco diálogo. Hariri fue liberado y reasumió como primer ministro de Líbano.

Se comunican por Whats Up y discuten las reformas sauditas, donde el príncipe se ha rodeado de tecnócrata­s y una nueva generación de jóvenes para conseguirl­as. Con métodos cuestionab­les, como el de detener a sus 11 primos príncipes en el hotel Ritz y otros ricos hombres sauditas y forzarlos a entregar parte de su fortuna, a cambio de su libertad.

Francia lleva más de 10 años sin firmar grandes contratos con los sauditas. Esperan conseguir, más que grandes negocios, “una visión común del Medio Oriente”.

Irán es la obsesión de MBS. El gobierno de Macron quiere frenar el interés del príncipe de reformar el acuerdo con Irán y los países occidental­es sobre el plan nuclear. Como su aliado Donald Trump e Israel, el príncipe quiere reabrirlo y forzar a los iraníes a la mesa de negociacio­nes. Otra tema que los diferencia es la guerra “proxy” que MBS inició en Yemen, como joven ministro de defensa, que es una encubierta confrontac­ión con Irán. MBS intentará convencer a Macron de que Irán es una amenaza para Medio Oriente y el presidente francés se ofrecerá como mediador para encontrar un equilibrio regional. Macron insistirá con que Qatar, un aliado francés, no es un enemigo, como cree el príncipe.

La decisión presidenci­al francesa es apoyar al príncipe en su idea reformador­a con proyectos culturales, en los que Francia puede participar ampliament­e. ■

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AFP Saludo. El premier fancés Edouard Philippe recibe a Ben Salman.

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