El sentido del silencio
Hay momentos en los que prevalece en las sociedades una especie de aversión por el silencio. Se incrementa el ruido, todos hablan, muchos hablan de cualquier cosa, inclusive de lo que ignoran y la superficialidad impera. La administración de la palabra se vuelve tempestuosa y brota la suposición de que el que calla no existe. El silencio sin embargo tiene sentido. A veces es mejor callar que vociferar .
El significado del silencio es múltiple. De pronto exhibe prudencia, y la prudencia siempre es necesaria.
En éstos tiempos de redes y palabrería es útil escuchar a los que no dicen nada, porque en silencio dicen mucho.
La aptitud para oír parece ser reemplazada por una tendencia a repetir lo que enuncian los charlatanes. Entonces no solo se habla de más, la palabra se multiplica en ecos de lo que propalan los que hablan y hablan, de tal manera que la profusión de voces no implica mayor riqueza de significados sino un encuadre a repetición de lo que se dice con altisonancia. Es una Babel que se vuelve impersonal. Nos enajenamos en palabras ajenas que tienen pregnancia por su grandilocuencia o por su condición escandalosa.
El sigilo no está moda. Y con tanto ruido perdemos más de lo que ganamos.