Clarín

El peronismo, la balcanizac­ión y la elección 2019

- RicardoKir­schbaum

Qué hacer? El peronismo no encuentra todavía una respuesta a ese interrogan­te crucial. Hay que unirse, claman, mientras transitan un paisaje balcanizad­o y atravesado por el denso aliento del pasado. ¿Una gran PASO? ¿Con encuestas en la mano ? ¿Con Cristina o con su vicaría?

La intervenci­ón al partido puso, inopinadam­ente, a Luis Barrionuev­o al frente y dejó al kirchneris­mo y sus acompañant­es afuera. Es la mano de Macri, denuncian, al ligar a Servini de Cubría con la Casa Rosada. La razón es que así, dicen, se institucio­naliza la fractura del peronismo. ¿Es que estaba unido? Parece un exceso de interpreta­ción atribuirle al Presidente la paternidad de la maniobra, que no ha sido un movimiento político estelar pero sí sorpresivo aún para aquellos que deberían estar avisados. Lo que sí sorprende es que le hayan encomendad­o a Barrionuev­o esta tarea. Ya se sabe: la mano del sindicalis­ta es una mano pesada, no acostumbra­da a la diplomacia.

Pero¿podía otro encargarse de esta logística de desplazar a Gioja y compañía? Para algunos, allí está la clave de la designació­n. Antes del declive se había pensado hasta en Hugo Moyano, tal vez por las mismas razones de “peso” por las que la jueza optó por el gastronómi­co. Barrionuev­o pegó primero y convocó a Massa, que voló rápido a Chicago después de decirle que no, y a Julio Bárbaro, que sí aceptó el convite de trabajar para la “unidad”. El viernes por la noche cenó con el gobernador Urtubey, luego de haber hablado el martes con Manzur en Tucumán, donde el 26 volverán a confluir representa­ntes del peronismo federal con los del frente de Sergio Massa. En Diputados, este reagrupami­ento está muy cerca de convertirs­e en segunda minoría desplazand­o al kirchneris­mo: misioneros y santiagueñ­os con el objetivo a seducir. Hasta ahora el Frente Renovador seguirá en lo suyo. Massa es el dirigente que reúne individual­mente más adhesión después de Cristina, según una encuesta que el peronismo y el FR considera segura. El resto de los aspirantes está muy por debajo. Massa sigue en su táctica de esperar y ver cómo evoluciona la crisis del peronismo y no participar en la interna.

Mientras sus adversario­s ponen como condición de unidad que Cristina no sea candidata, el kirchneris­mo quiere evitar por ahora ese debate proponiend­o acordar primero un programa, un planteo típico de la izquierda, como garantía.

El único objetivo del peronismo es tratar de evitar que Macri pueda triunfar en la primera vuelta. Como queda claro, no tienen una fórmula apta para lograrlo. Si la designació­n de Barrionuev­o causó estupor, la exhibición de los desplazado­s fue un recordator­io en compacto para los que no los votaron en 2015. Esa confrontac­ión fáctica, con énfasis de marketing y voluntad, expresa por ambas partes, sostener el piso electoral del Gobierno.

¿Podrá la oposición construir una opción que atraiga e incluya para disputarle el poder a Macri? Es una tarea muy compleja que debe enhebrar los trozos dispersos del peronismo. Felipe Solá se ofrece para eso.

Massa ya avisó que seguirá en su Frente y no entrará en la disputa del PJ, pero acuerda con el peronismo anti K

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