UNA GUERRA INTERMINABLE Y CON MÚLTIPLES INTERESES
● El conflicto en Siria comenzó en 2011 con un levantamiento popular contra el régimen de Bashar al Assad, cuya familia gobierna el país desde hace 40 años, y se transformó en una guerra interna con la intervención de diversos grupos armados constituidos por laicos, islámicos moderados y ultraislámicos.
● En un principio se caracterizó por ser un conflicto regional, pero luego adquirió carácter mundial por la intervención de las potencias globales. Se estima que los muertos superan los 500.000. Los desplazados son millones.
● Hay dos bandos bien diferenciados. Por un lado está la coalición internacional liderada por EE.UU. e integrada por las potencias europeas y las monarquías árabes del Golfo Pérsico, especialmente Arabia Saudita. Buscan la caída de Assad y para ello apoyaron a los grupos rebeldes, varios de origen ultraislámicos.
● El otro sector, que defiende la continuidad de Assad en el poder, está integrado por Rusia e Irán. Moscú aportó apoyo aéreo y asesores militares. Teherán, combatientes de Hezbollah y de la Guardia Revolucionaria. Ambos tienen bases en Siria.
● El conflicto interno adquirió rasgos de terror cuando los yihadistas del ISIS se expandieron en la región creando un gran califato. Al ser combatidos en forma unánime por todos los bandos, pudieron ser derrotados y eliminados de la zona.
● Rusia, Siria e Irán quedaron como los ganadores de la contienda porque dominan casi todo el territorio. Sólo quedaba un pequeño grupo rebelde ultraislámico instalado en Gutha Oriente, llamado Jabhat Fatha al-Sham, pero acaba de ser desarticulado.
● En el norte del país, Turquía tomó una pequeña franja fronteriza para combatir a las milicias kurdas instaladas en Siria. Los kurdos son respaldados por EE.UU., quien tiene unos 2.000 soldados de fuerzas especiales en la región. Trump había dicho que iba a retirar esas tropas.