Jaguares creció en la adversidad, hizo una gira perfecta y sueña con la clasificación
La franquicia argentina vuelve con cuatro victorias del viaje a Australia y Nueva Zelanda. Le quedan cinco partidos para meterse, por primera vez, entre los ocho mejores del torneo.
La derrota como local ante Stormers (14-40, dos tries a favor y seis en contra) presagiaba tormentas en la ex- cursión a Oceanía. Jaguares -con apenas dos victorias en siete presentaciones- no conseguía apoyo, ni siquiera de la propia gente del rugby. Las acciones de marketing no alcanzaban, tampoco la promoción televisiva con los propios jugadores pidiendo respaldo. El José Amalfitani le quedaba grande a un equipo que perdía más de lo que ganaba, que jugaba el mis- mo día que los clubes de Buenos Aires y que recibía críticas de los máximos referentes de este deporte, de Hugo Porta hacia abajo.
La gira a Australia y Nueva Zelanda no empezó bien, con un viaje demorado y una llegada sobre la hora del primer partido. A las noticias negativas se le sumó la lesión del capitán Pablo Matera, porque todo puede ir peor cuando las cosas van mal... Ya había anunciado su retiro Juan Martín Hernández, una voz escuchada en el vestuario, impedido de recuperar el nivel que lo proyectó a la elite una década atrás.
A todas las adversidades se sobrepuso Jaguares, logró su máxima cantidad de victorias consecutivas en el torneo y se ganó el derecho de ilusionarse con una hasta ahora inédita clasificación a cuartos de final. Venció sucesivamente a Rebels (25-22) en Melbourne, Brumbies (25-20) en Canberra, Blues (20-13) en Auckland y Chiefs (23-19) en Rotorua.
Las estadísticas de scrum y lines están lejos todavía de ser satisfactorias, pero hubo progresos en disciplina, concentración defensiva -clave en el éxito de ayer- y seguridad en las situaciones límite, como prueban cuatro éxitos por márgenes mínimos y en finales cerradísimos.
Además, es bueno el promedio de conquistas (casi tres por fecha) y una de las figuras, el wing rosarino Emiliano Boffelli, comparte el primer puesto en la tabla de try men (ambos apoyaron nueve) junto a su colega neocelandés Ben Lam.
El calendario prevé descanso para los argentinos el próximo fin de semana. Volverán a la actividad en Vélez el sábado 19 de mayo, frente a Blues. El viernes 25 recibirán a Sharks, en el último juego antes del receso. Luego habrá tres partidos más (Stormers en Buenos Aires, Bulls en Pretoria y Sharks en Durban) para cerrar la fase regular del certamen.
Otra época, otros hombres, hasta otras puntuaciones, la gesta de la franquicia nacional en el Súper Rugby se asocia a aquella misión bautismal de 1965, la que dio origen a la leyenda de Los Pumas. Sudáfrica fue el destino y, aunque los argentinos tampoco empezaron de manera alentadora, terminaron con un 11-6 ante la formación juvenil de los Springboks que sirvió como plataforma de despegue. Aquella palomita de Marcelo Pascual en el Ellis Park es una de las grandes imágenes del libro dorado del rugby argentino.
Así como aquella vez mucho influyeron Alberto Camardón y Ángel Guastella, dos técnicos luego devenidos en maestros de varias generaciones, ahora también hay que hablar de Mario Ledesma y Nicolás Fernández Miranda. Asumieron a fines de 2017, en sustitución del rosarino Raúl Pérez, con la chapa del bronce conquistado en el Mundial 2007. Si la principal virtud de un entrenador de alto rendimiento es su capacidad de llegada al jugador, ambos sin duda la tienen.
Jaguares, en una etapa de súper profesionalismo, vive su momento más feliz en tres años y puede sacarle rédito a la expectativa que generaron sus victorias. No es fácil el desafío, sobre todo porque este mismo plantel deberá afrontar en junio los compromisos de Los Pumas ante Gales y Escocia, pero los resultados que acaban de obtener en este viaje inolvidable les servirán de combustible para el resto del camino. ■