La bicampeona argentina de ajedrez que soporta la tensión gracias al gimnasio
“Mi rutina diaria fue clave para las rondas dobles y me sirve como descarga”, dijo quien irá a su quinta Olimpíada.
Hace once meses, todo era felicidad para María Florencia Fernández. Era lógico. Había ganado su tercer Campeonato Argentino de ajedrez de manera invicta, con 8 puntos sobre 9 posibles, incluyendo victorias ante Carolina Luján y Claudia Amura, las dos mejores del ranking nacional. Y encima se clasificó para jugar su quinta Olimpíada en Batumi 2018. Todas buenas. Pero llegó el bajón profundo y los malos torneos. ¿Rendirse? Nunca. Perseveró, enderezó el rumbo y acaba de consagrarse bicampeona argentina, nuevamente invicta, pero esta vez con 7,5 en 9.
“Después del Argentino de 2017, tuve una racha malísima, la peor de mi vida. Jugaba muy mal, estaba redesanimada y lo peor es que no sabía por qué me estaba pasando eso”, le cuenta a Clarín luego de su victoria en Ushuaia. ¿Cuál fue el camino para regresar a un buen torneo? Concentrarse. Estudiar. Y no claudicar.
“Me puse las pilas en serio y estudié ajedrez como nunca antes en mi vida. Incluso estuvimos estudiando juntas unos días con Ayelén (Martínez, a la postre subcampeona) y todo salió redondo”, explica como receta de su éxito en la ciudad del fin del mundo.
“No puedo creerlo todavía. No me esperaba que terminara sin perder partidas. Jugué bastante razonablemente y no cometí tantas imprecisiones”, explica sobre su victoria en el Sur. Sabía que al no estar Luján ni Amura tenía más chances. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho en el ajedrez también.
La perseverancia la acompaña desde pequeña. Desde que a los 8 años le pidió a papá Orlando que la llevara a un torneo escolar en el que participaría su hermano de 9, el ajedrez la atrapó. Del taller en el colegio Mariano Moreno de Balvanera pasó a tener un profesor particular en su hogar y luego al Club Argentino, cuna de talentos, donde maduró para consagrarse campeona nacional en 2009 y en 2013, en este caso con un histórico 9 sobre 9.
Una dificultad extra tuvo el cam- peonato para Florencia: jugar nueve partidas en seis días, incluyendo tres jornadas de rondas dobles. Estar horas y horas sentada frente al tablero, con tensión y adrenalina para las “batallas”, repercute en el cuerpo. Pero ella está preparada.
“Mi rutina de gimnasio me ayudó muchísimo a soportar sobre todo las rondas dobles. Se siente el cansancio, pero lo aguanté. Me encanta todo: el spinning, los aparatos y los ejercicios. A veces me zarpo y estoy dos o tres horas por día. Pero me sirve también como descarga”, explica.
Para la previa de la Olimpíada de Batumi, la representante de la Universidad Nacional de Tres de Febrero está armando a pulmón una gira europea para sumar roce internacional antes de la cita en Georgia.
“Espero que nos vaya muy bien al equipo y a mí. La Olimpíada es el torneo que todas queremos jugar siempre porque competís para tu país”, argumenta.
El tetracampeonato le permite a María Florencia Fernández arañar los 2.200 puntos en el ELO con el que se ordena el ranking mundial. Está lejos de su objetivo de llegar a los 2.300 y buscar tres normas de gran maestra. Pero no dejará de intentarlo. Está en su ser. ■