Consensuar un presupuesto y “crear riquezas y empleos”
Después del susto por la corrida cambiaria, que agitó en la población los fantasmas de la mega crisis del 2001, la realidad es que debimos recurrir al FMI para que garantice que le vamos a devolver la plata a nuestros acreedores. Los funcionarios que vean nuestras cuentas nos van decir lo mismo que ya sabemos: “No es sustentable una sociedad en donde doce millones de trabajadores subsidien a diez y siete millones de mantenidos”. Ni que con el cuento que somos un país rico, tomemos dinero prestado cuando producimos menos de lo que gastamos.
Es hora de que dejemos de echarle la culpa a los demás, y nos hagamos cargo de lo que somos y lo que hacemos. Dado que desde hace más de 70 años la Argentina tiene un déficit fiscal crónico, es lógico que quienes invierten en nuestros bonos se pongan nerviosos cuando ven que, más allá de sus buena intenciones, el gobierno de Macri se ve desbordado por una mezcla explosiva de crisis externas y errores propios. Y la oposición pro- ponga remedios que son peores que la enfermedad. No deja de ser una ironía que el gobierno de los CEOs tenga problemas de gestión y que los defensores del mercado serán víctima precisamente de ataques especulativos. El populismo lleva a los gobiernos a gastar más de lo que ingresa y esta política tiene patas cortas. Termina en “default”, en hiperinflaciones que nos llevaron a enfrentar situaciones límite, castigando más a los que menos tienen. Por eso a la inflación se la conoce como el “impuesto HoodRobin”, porque al revés del justiciero inglés, le saca el dinero a los pobres para transferírselo a los ricos. Y el Gobierno debe comenzar desde arriba para dar el ejemplo, eliminando los ñoquis de la administración pública y los privilegios de sueldos y jubilaciones astronómicas en los tres Poderes del Estado. Si es verdad aquello que “lo que no mata, hace crecer”, deberíamos aprovechar la experiencia para convocar a los líderes representativos de los diversos ámbitos que integran la sociedad para consensuar un presupuesto que nos permita crear riqueza y multiplicar los oportunidades de empleo.