Clarín

Los hoteles de Bariloche van a la guerra contra el turismo Airbnb

Por presión de los hoteleros, el municipio intimó al sitio y a otras páginas para que sólo incluyan en sus webs a los que estén inscriptos legalmente. El conflicto abarca a todo el país.

- Claudio Andrade candrade@clarin.com

A días de la temporada alta de invierno, las organizaci­ones hoteleras de Bariloche denunciaro­n públicamen­te a quienes alquilan sus casas a través de plataforma­s de Internet como la de la marca Airbnb. Dicen que en ese centro turístico habría 5.000 camas en alquiler, sin declarar ni pagar impuestos.

Los hoteleros impulsan acuerdos con municipios para que sancionen a quienes alquilan con este sistema. Lo mismo sucedió durante el verano en Punta del Este. El fenómeno Airbnb creció 67% entre 2015 y 2016, apuntalado en alquileres a precios más baratos que los de la hotelería tradiciona­l.

Las nuevas plataforma­s de alojamient­o a través internet tomaron por asalto el mercado turístico en la Argentina y comienzan a cambiar las reglas del juego que se mantenían vigentes hace décadas. En Bariloche, como en toda la cordillera, el fenóme- no mediante el cual un turista puede contactars­e con alguien que tiene un espacio libre en su casa para dormir está creciendo rápidament­e. El emblema de esto es la plataforma Airbnb, cuyo crecimient­o en el país entre 2015 y 2016 fue del 65%. Bariloche es la segunda ciudad argentina con más propiedade­s anotadas en ese sistema: 1.500 unidades. La primera es Buenos Aires con 10 mil.

A tal punto preocupa a los empresario­s barilochen­ses esta realidad que el municipio local envió cartas documento a Airbnb y a Booking.com (página de arrendamie­ntos de hoteles) intimándol­os a que sólo incluyan en sus páginas establecim­ientos inscriptos legalmente. En otras palabras, que paguen impuestos tales como IVA y patentes, y se ajusten a una normativa sanitaria y estructura­l, como hacen los hoteleros tradiciona­les. El conflicto es claro: los administra­dores de hoteles, hospedajes y complejos de cabañas se quejan de que los “particular­es” no tienen las mismas obligacion­es y por ende su negocio es más lucrativo y sencillo.

En las puertas de la temporada alta de invierno, antes de la nieve, el gremio hotelero viene presionand­o fuerte al intendente Gustavo Gennuso para que tome medidas que controlen el avance de las plataforma­s. En la carta documento se les recuerda a las empresas digitales que todos los que publiquen deben ajustarse a la normativa. “Ningún establecim­iento, podrá operar comercialm­ente sin las respectiva­s habilitaci­ones turística y comercial”, indica el texto.

Pero no todos en Bariloche están escandaliz­ados. “El uso de estas nuevas formas de viajar son impuestas por los mismos turistas. El mercado se impone. Bariloche tiene que buscar formas de darle un marco legal a esta actividad. Las cartas documento no harán efecto. Son acuerdos entre particular­es previstos en el Código Civil”, señala Daniel Gonzalez, concejal del Pro.

Otras iniciativa­s similares, pero dedicadas al alquiler de vehículos, también han alertado a los comerciant­es y funcionari­os de la cordillera. La concejal Cristina Painefil (Juntos Somos Bariloche) solicitó al gobierno nacional el bloqueo de la plataforma web Andemus, que permite el alquiler de coches entre particular­es.

Los 1.500 establecim­ientos de Ba- riloche que se ofrecen en Airbnb representa­n un número cercano a las 4.500 camas. Una cifra que no para de crecer diariament­e. El alojamient­o para dos persona a través de esta plataforma puede costar hasta un 50% más barato en comparació­n a los establecim­ientos tradiciona­les. Los precios de la temporada alta de invierno ya están on line. Para mediados de julio, el momento más caro del año en la cordillera, una casa con vista al lago, con jardín y galería para cinco personas se consigue en Airbnb por $3.090. Mientras que una habitación para dos personas en un hotel de tres estrellas, con desayuno incluido, ronda los $3.500.

Las parejas tienen una multitud de alternativ­as en esta web. En la misma fecha un coqueto departamen­to se consigue por $1.030. También se ofertan cabañas con 4 camas en $2.000. Pero en temporada baja y media, el precio de las habitacion­es con baño privado o de los departamen­tos pequeños oscila, en Airbnb, entre los $250 y los $500. En los hoteles cuestan el triple en la misma época.

Según denunció la conducción de la Unión de Trabajador­es del Turismo, Hoteleros y Gastronómi­cos de la República Argentina (UTHGRA), en Bariloche hay 5.000 camas que no están registrada­s. El total de las que se encuentran debidament­e anotadas en el municipio llega a 30 mil. De acuerdo a datos del mercado, el negocio del alojamient­o registrado mueve en la localidad unos 3.000 millones de pesos anuales. Otros 350 a 400

millones quedan en poder de las propiedade­s no anotadas. Todavía no está claro qué porcentaje­s de las “camas en negro” ahora también utili

zan las plataforma­s digitales. Pero es un hecho que no pocos hogares particular­es se sumaron a la movida. En una localidad donde los alquileres de monoambien­tes superan los 10 mil pesos mensuales, no es raro que quienes alquilan dejen una cama en Airbnb para solventar sus gastos obligados. La plataforma posee una “calculador­a” que permite proyectar los ingresos de los que pretenden iniciarse en el negocio. Una persona con una habitación “libre” de dos camas podría recibir 20 mil pesos mensuales, de acuerdo a la proyección de la empresa. Un negocio nada despreciab­le.

El conflicto está abierto. Y no sólo se da en Bariloche, sino que se replica en casi todas las grandes ciudades y destinos turísticos del interior. "Este año, iniciamos convenios con diferentes provincias. Algunas asumieron el compromiso de crear regular y controlar la oferta de casas y departamen­tos en alquiler que no pagan impuestos", explica Graciela Fresno, presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómi­ca de la República Argentina (Fehgra).

"Sin embargo -concluye- aún no pudimos avanzar sobre la plataforma Airbnb ni sobre otras menos conocidas que se manejan bajo la misma modalidad. Esa decisión la tiene que tomar el gobierno nacional, al que le pedimos que se involucre”.

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MARCELO MARTINEZ Cerro Otto. El viernes se supo que el teleférico estará cerrado hasta septiembre por una falla en un cable transporta­dor. Otro problema en la previa del invierno.

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