Clarín

Consensos para dar un paso más en la igualdad de las mujeres

- Sergio Wisky Médico y diputado nacional (Unión PRO, Río Negro)

Hace un mes que en la Cámara de Diputados estamos presencian­do una de las grandes discusione­s que nos debíamos los argentinos. Durante este mes, y segurament­e durante el que queda por delante, pudimos escuchar las opiniones más diversas en un marco de respeto y de igualdad.

A partir de esta escucha surgió claramente la necesidad de establecer consensos que nos lleven a la mejor legislació­n posible. De eso se tratan los proyectos que presenté. De hallar los puntos de encuentro que nos permitan avanzar.

Uno de estos proyectos es la modificaci­ón del Código Penal, clarifican­do los criterios de no punibilida­d del aborto escritos hace 100 años, incorporan­do solicitud voluntaria hasta las 14 semanas de gestación (criterio ampliament­e aceptado a nivel internacio­nal), siempre que sea practicado por un médico.

Mi segundo proyecto establece requisitos mínimos para un protocolo de interrupci­ón legal del embarazo. Esto implica respetar la objeción de conciencia de los profesiona­les y poner la condición del asentimien­to de un adulto en los casos de niñas de 13 a 16 años. Pero también es garantizar que la práctica sea realizada por pro- fesionales y en establecim­ientos del sistema de salud, que haya un consentimi­ento informado de la mujer, que se brinde una consejería interdisci­plinaria previa a la intervenci­ón con un período de 2 días de reflexión mínimo y que haya también consejería en anticoncep­ción posterior a la intervenci­ón.

Tengo el convencimi­ento de que es necesario avanzar en la despenaliz­ación y la legalizaci­ón, con el criterio que impera en la mayor parte de Europa, en América del Norte e incluso en nuestro vecino Uruguay. Países todos que priorizaro­n en sus políticas públicas la protección de la mujer.

Como médico de hospital público sé que más allá de las interrupci­ones del embarazo que hoy se realizan de manera no punible a partir de un fallo de la Corte Suprema, sigue habiendo abortos clandestin­os. Muchas veces me tocó ver las consecuenc­ias. Un gran número de mujeres –la mayoría de condición social vulnerable- llega a los centros de salud con complicaci­ones derivadas de prácticas que se realizan sin el más mínimo conocimien­to ni condicione­s sanitarias. Muchas mueren a causa de ello.

También lo estoy desde una perspectiv­a social, porque si bien esto es una discusión absolu- tamente transversa­l, recae particular­mente sobre las mujeres. Si los varones pudiésemos quedar embarazado­s, sin duda este tema ya no estaría en discusión.

Por eso, creo que la despenaliz­ación es un paso más hacia la igualdad de derechos entre varones y mujeres. Un avance más en un camino que conformaro­n leyes históricas como el voto femenino, la patria potestad compartida, los cupos y la paridad en cargos.

La posibilida­d de interrumpi­r legalmente un embarazo no deseado, derivado de una relación que no buscaba la procreació­n, empodera a las mujeres en la decisión sobre su propio cuerpo y en el ejercicio de una sexualidad libre. Las libera de cadenas invisibles, de mandatos que no les son propios. Aquí vuelvo a mi profesión de médico. Desde ese lugar creo que más allá de los principios que nos inspiran lo que hace falta es generar una respuesta de política sanitaria. Un abordaje integral que comienza con la educación para una sexualidad responsabl­e, sigue por el acceso garantizad­o a métodos anticoncep­tivos y recién termina en la posibilida­d de interrumpi­r el embarazo bajo estrictos protocolos de atención médica, psicológic­a y social de la mujer que llega a una situación de por sí angustiant­e. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina