Terror en Bélgica: un hombre mata a tres personas y toma rehenes en un colegio
Apuñaló y baleó a dos policías y a un civil antes de ser abatido. Para el gobierno, fue un acto terrorista.
El terrorismo vuelve a golpear Bélgica. A las 10 de la mañana de ayer en Lieja, al este del país, un hombre identificado como Benjamin Herman, de 36 años y que había salido de prisión el domingo con un permiso penitenciario de dos días, atacó por la espalda y con un cuchillo a dos agentes de policía: Soraya Belkacemi, de 53 años y madre de un joven de 25 años, y Lucile García, viuda de 45 años y madre de gemelos de 13 años.
Herman les robó una pistola y disparó a ambas hasta matarlas. El fiscal de Lieja, Philippe Dulieu, dijo ayer que las apuñaló varias veces. Poco después disparó contra Cyril Vangriecken, un joven de 22 años que pasaba en ese momento en su auto. En su huida entró en el colegio Athénée Léonie de Waha y tomó como rehén a una mujer, con la que se atrincheró.
Una unidad de élite de la Policía lo acorraló y, tras un intercambio de tiros que dejó cuatro agentes heridos (uno de extrema gravedad), acabó con su vida. Los alumnos del colegio pudieron ser evacuados sin sufrir daños y fueron atendidos por un equipo de psicólogos.
Algunos testigos dijeron a la televisión pública belga RTBF que el atacante había gritado “Alá es grande”, pero la Fiscalía no pudo confirmar la veracidad de esa información. El dossier está a cargo de la fiscalía federal belga y de un juez antiterrorista porque la Justicia sí considera ya que se trata de un acto de terrorismo.
El diario La Libre Belgique contaba anoche que el atacante es el principal sospechoso de la muerte a martillazos de un hombre cuyas iniciales son M.W. Tras salir el domingo de prisión, Herman y ese hombre habrían robado en una joyería. Tras el asalto Herman habría asesinado con un martillo a su cómplice. Ayer fue encontrado ese cuerpo.
La prensa belga señalaba que los compañeros de prisión de Herman lo consideraban “marginal y violento”. Había pasado varias temporadas en prisión por robos y tráfico de drogas. La revista Paris Match destacó que el individuo se habría convertido al Islam y radicalizado en prisión.
Herman estaba desde 2017 en la listas de radicales a vigilar por los servicios de seguridad belgas. El ministro de Justicia, Koen Geens, dijo ayer que Herman “se beneficiaba de salidas de prisión para preparar su reinserción”. Su condena acababa en 2020. Geens confirmó que Herman había tenido 11 permisos de salida de un día y 13 de dos días y que no se había notificado ningún problema.
Un periodista de la radio televisión pública belga RTBF fue testigo de los hechos. “Escuché al menos cinco disparos. Dos personas empezaron a correr, desde un café hacia el Parque de Avroy. Vi a un hombre con un arma que apuntaba a la gente que corría. Llevaba una gorra negra, iba vestido de negro y cargaba un bolso”, contó.
Después de los atentados del 22 de marzo de 2016 que dejaron 32 víctimas mortales, Bélgica ha sufrido varios ataques terroristas dirigidos principalmente contra agentes de policía. El 25 de agosto del año pasado, un hombre de origen somalí agredió con un cuchillo a dos militares que patrullaban por una céntrica calle de Bruselas.
El 6 de abril de 2016, un argelino residente en Bélgica atacó con un machete a dos policías delante de una comisaría de la ciudad de Charleroi. Los agentes fueron heridos antes de que otro policía matara al atacante. El grupo terrorista ISIS reivindicó un día después el ataque.
En septiembre de 2016, en otro ataque en Bruselas, dos policías fueron atacados por un hombre con un cuchillo pero salieron indemnes y el sospechoso fue detenido. Bélgica mantuvo ayer el nivel de alerta antiterrorista en el nivel dos en una escala que va de cero a cuatro y que llegó a más alto tras los atentados de París de noviembre de 2015.
Lieja ya sufrió un atentado en 2011 cuando otro hombre en libertad condicional, armado de un fusil y granadas, atacó indiscriminadamente a la multitud en el centro de la ciudad y dejó cuatro víctimas mortales. ■