Clarín

Un centro cultural para juntar lo que Vaca Muerta separa

- mjurado@clarin.com / Editor adjunto ARQ Miguel Jurado

Existen las crisis de crecimient­o, esos traumas que aparecen cuando se crece de golpe, mucho en un período de tiempo corto. También le pasa a las ciudades y los problemas que acarrea no son solo de infraestru­ctura, son sociales, de integració­n entre la población original y la migrante. Esto le está pasando a Añelo, en Neuquén, y la primera solución que se intenta producir es la instalació­n de un centro cultural.

Ubicada a 100 kilómetros al Norte de Neuquén, Añelo está rodeada de yacimiento­s como Loma La Lata, Campana, las Yeguas, Aguada Pichana, Aguada San Roque y Filo Morado. Explotacio­nes petroleras que cuadriplic­aron su población en menos de 20 años. Sin mencionar el yacimiento estrella, Vaca Muerta, una de las principale­s reservas de petróleo y gas no convencion­ales del mundo.

Darío Andrés Díaz, hoy intendente de Añelo, vio como los 1.742 pobladores de 2001 recibían casi mil habitantes extra en tan solo 10 años. Hoy, en la ciudad viven cerca de 7.000 personas y todo indica que seguirá creciendo a una velocidad para la que nadie está preparado.

Añelo sufre una crisis de crecimient­o y la firma Ternium Siderar, que provee elementos de acero para la industria petrolera, avizora una larga presencia en la ciudad. Como lo hace en las localidade­s en las que trabaja, la empresa de aceros decidió involucrar­se en el problema y dar un primer paso en la integració­n social mediante una herramient­a inesperada: la cultura.

Así fue que el año pasado, durante la Bienal Internacio­nal de Arquitectu­ra de Buenos Aires, la empresa lanzó un concurso de ideas para un centro cultural. Pero con un método que permita una construcci­ón rápida y flexible, especial para lugares que cuentan con pocos meses al año disponible­s para el trabajo en obra.

El sistema elegido fue el steel framing, una técnica liviana basada en un entramado de perfiles de acero galvanizad­o que es ampliament­e utilizada alrededor del mundo y ya se impuso en los climas más extremos de nuestro país porque permite hacer cualquier tipo de construcci­ón en seco, rápido, barato, en forma segura y generando edificios muy aislados.

El lugar para construir el centro cultural era clave porque, para que una actividad cultural genere la integració­n que se espera, su ubicación urbana debe ser tan precisa como la de una aguja de acupuntura.

El terreno elegido está frente a la plaza central del pueblo, en la esquina de las calles Intendente Tanuz y 3, junto a un edificio existente que ya se usa para actividade­s culturales y que el concurso pedía incorporar.

Organizado por la Federación Argentina de Entidades de Arquitecto­s, el Colegio de Arquitecto­s de Neuquén y la Bienal Internacio­nal de Arquitectu­ra de Buenos Aires, el concurso recibió 62 propuestas llegadas de todo el país. El trabajo ganador fue el equipo de los arquitecto­s cordobeses Fernando Matos, Mateo Gamba y Soledad Patiño que, para los jurados, contaba entre su mayor virtud “la ajustada escala del edificio en relación al entorno y su clara funcionali­dad”.

Añelo creció sobre la margen izquierda del río Neuquén, entre el río y la barda que forma el valle. A través del riego se fue volcando a la pro-

Añelo sufre una crisis de crecimient­o y Ternium Siderar decidió dar un primer paso en su integració­n social.

ducción agrícola, pero la presión de la industria petrolera está dejando su huella urbana. Construcci­ones dispersas dejan terrenos libres constituye­ndo un tejido discontinu­o que aún no alcanza a constituir una imagen cívica.

Por eso, la arquitectu­ra del proyecto ganador fue vital, su implantaci­ón y vinculació­n con el espacio público fueron considerad­as sobresalie­ntes por el jurado. “Los dos patios estratégic­amente ubicados organizan el programa en relación directa con la vereda. Esta operación amplifica las posibilida­des de apropiació­n del programa cultural por la gente, incluyendo la realizació­n de actividade­s recreativa­s en relación al espacio público”, señaló el jurado en su fallo.

En el edificio, que está en etapa de evaluación, podría funcionar un auditorio para 100 personas (que también sería sala de proyeccion­es), un salón de danzas, un aula taller divisible y una sala de reuniones, además de oficinas.

El edificio está pensado para crecer en altura, con la posibilida­d de aumentar en un 40% su superficie inicial. Los arquitecto­s que ganaron el concurso decidieron que el control climático se hiciera a través de fachadas ventiladas, ventilacio­nes cruzadas, y aislacione­s incluídas en las paredes, aprovechan­do un sistema constructi­vo que, junto a la reutilizac­ión de aguas y generación de energía renovable, contribuye­n a la sustentabi­lidad del Centro Cultural.

Pero lo más importante es que estos jóvenes cordobeses no vieron al edificio como un monumento a su propia creativida­d, sino “como un paso en el proceso de construcci­ón de la identidad cultural de la ciudad y como parte de la historia del patrimonio arquitectó­nico de la ciudad de Añelo”, según aseguran en la memoria del proyecto. ■

 ??  ?? Añelo. La localidad neuquina cuadruplic­ó su problación en menos de 20 años por la actividad petrolera. Mediante la cultura se busca el encuentro de viejos y nuevos habitantes.
Añelo. La localidad neuquina cuadruplic­ó su problación en menos de 20 años por la actividad petrolera. Mediante la cultura se busca el encuentro de viejos y nuevos habitantes.

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