Clarín

Una obra social esquiva y la esperanza en una apelación

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Hemos padecido con mi familia la actitud cruel e indiferent­e de la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires (OBSBA), la cual fuera luego avalada por el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires. Mi marido padecía leucemia crónica y se vio obligado a recurrir a la Justicia toda vez que OBSBA, era afiliado en su carácter de médico municipal (cirujano plástico del Hospital Ramos Mejía durante 40 años), le negó el tratamient­o que le estaba indicado, dando como excusa que dicha medicación no se encontraba aprobada aún por la ANMAT (ello, ignorando por completo las “Autorizaci­ones para uso compasivo”, expedidas por la propia ANMAT, que obligaban a cubrir el tratamient­o).

Dicho tratamient­o implicaba tomar a diario una medicación (Imbuvica), la cual tenía un costo de casi US$ 7.500 por mes. Si bien esa cifra resultaba casi imposible de afrontar, y ante las reiteradas negativas de OBSBA, nos endeudamos, pedimos préstamos, gastamos todos nuestros ahorros, pedimos dinero a familiares y amigos y pudimos así afrontar el costo de los primeros cuatro meses. Luego se discontinu­ó el tratamient­o, hasta que mediante un juicio de amparo OBSBA fue obligada a cubrir la medicación oncológica en cuestión. De esa manera, mi marido entabló luego un juicio contra OBSBA, con el fin de recuperar aquel dinero que tuvimos que gastar, antes de que en el juicio de amparo se obligara a ésta a proveer la medicación (dinero sin el cual, francament­e, mi marido hubiera fallecido en poco tiempo). En 2016 se promovió contra OBSBA el expediente “Nocito César Arturo Luis c/ Obra Social de Buenos Aires s/ cobro de pesos” (Exp. C3858-2016-0), el cual tramitara ante el Juzgado en lo Contencios­o, Administra­tivo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires N° 11).

Sin embargo, la jueza a cargo de dicho juzgado, el 8 de agosto de 2017, dictó sentencia fallando a favor de OBSBA, rechazando la pretensión de mi marido, condenándo­lo asimismo a abonar todos los gastos del juicio. Lamentable­mente, el 9 de enero de 2018, mi marido falleció sin llegar a ver justicia al respecto. Antes de morir, llegó a presentar un recurso de apelación contra dicha sentencia, el cual aún no ha sido resuelto.

Finalmente, el expediente se encuentra en la Sala 2 de la Cámara en lo Contencios­o, Administra­tivo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, donde tendrán que evaluar la sentencia dictada por la jueza de Primera Instancia. A Dios le pido que, por favor, ilumine a los señores jueces para decidir con prudencia y compromiso la cuestión sometida a su decisión. Y entonces, tal vez y pese a todo, finalmente, sea justicia.

María Carri Pérez

Maria_carri@hotmail.com

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