Clarín

Preso 53 días por jugar a ser terrorista

MIGUEL DE PAOLA

- Ignacio Repetto irepetto@clarin.com

Creó un perfil violento en las redes y amenazó volar la Casa Rosada. “Quería conseguir seguidores” dijo.

Cuando ese viernes Miguel De Paola y Joel Ovejero se vieron en el quiosco faltaban menos de ocho horas para que un escuadrón de la Policía Metropolit­ana los obligara a tirarse al piso. Solían pasar horas juntos, haciendo nada. Son tío y sobrino, pero más eran amigos: los dos nacieron en 1994. Compartier­on cumpleaños, partidos de fútbol, viajes, asados... Y de un día para otro, no se hablaron nunca más.

Antes del episodio policial ocurrido en la madrugada del 30 de julio de 2016, estaban en el PH de Villa Ortúzar donde vive Joel. Cenaron, Joel se puso a mirar tele y Miguel se sentó frente al teclado y la pantalla. A las 4 hubo un golpe seco en la puerta. Cuando Miguel vio a los policías que pedían las computador­as, dijo: “Perdón, creo que me mandé un moco”.

A casi dos años de esa noche, Miguel recibe a Clarín en su casa de Villa Bosch, donde vive con sus papás, Nora y Miguel. Tiene el celular entre las manos y parece relajado. Sus papás no tanto: todavía están angustiado­s.

Miguel hijo pasó casi dos meses detenido en Ezeiza, acusado de intimidaci­ón pública agravada por presunto terrorismo luego de tuitear amenazas en árabe sobre el subte, espacios públicos de la Ciudad e incluso contra el presidente Mauricio Macri.

—Escuché un ruido fuerte. Primero pensé que habían entrado a robar. Tuve miedo. Luego vi a los policías, como 20. Habían tirado abajo la puerta de entrada. No entendía nada.

No tardó en entender: hacía menos de un día, con su email, había creado la cuenta @HassanAbuJ­aaf. “Estaba chateando con amigos y uno me pasó el perfil de un árabe trucho que publicaba fotos del subte. Dijimos de copiarlo y hacer una joda”, relata.

Los tuits hablaban en árabe de "com- batir mercenario­s sionistas", de una misión y de un ejército de Alá. Pero los que prendieron alertas fueron uno que interpelab­a a Macri con el mensaje "Nos vemos pronto" y la imagen de unos explosivos, más otro con la foto de la Casa Rosada junto a la leyenda "Hemos encontrado uno de los objetivos deseados por el Islam". —¿Qué pretendías lograr, Miguel? —Cuando el personaje se hizo viral y la cuenta empezó a sumar seguidores, se me ocurrió que podía llegar a cierto número y después cambiar el nombre por el mío. Para conseguir seguidores. Pero empecé, no sé... para joder.

Justo días antes el Gobierno había revelado que estudiaba posibles amenazas del Estado Islámico (ISIS) con- tra la Argentina. La organizaci­ón había prometido un ataque al "corazón del Vaticano", que podía interpreta­rse como la Plaza de San Pedro, pero también como el país donde nació el Papa. Twitter reaccionó con el hashtag #PrayForArg­entina (Recen por Argentina), en burla. Y se volvió tendencia mundial. Rápido, Miguel usó ese hashtag para visibiliza­r aún más su creación y a la mayoría le agregó una frase que suelen usar los terrorista­s antes de cometer un atentado: "Allahu Akbar" (Alá es grande).

—Fui sacando datos de la Web, fotos de Instagram y Twitter, y las subí con frases del Islam. La mayoría los hice desde mi casa. Luego fui a Ortúzar y, al volver del Abasto, entré en la PC de Joel a chusmear y publiqué un par más, para darle continuida­d al personaje.

—¿Entendés de qué te acusaron? —Y... de arrobar al Presidente. Le habrán llegado las notificaci­ones y mandó la detención.

—¿Por qué lo mencionast­e? —Sonaba gracioso. Podría haber mencionado a cualquiera, la verdad. Un amigo me dijo que le tire a Macri con el arroba y quedó así.

—¿Cómo fue la detención? —Mucho operativo, pero se encontraro­n con dos chicos que no tenían nada que ver. Yo no lo podía creer. Me acuerdo de que pensé: "Como mucho voy a una comisaría 1 o 2 noches y me largan", como pasa siempre con la gente que se manda una cagada.

Estuvo preso 53 días, 50 de ellos en la cárcel de Ezeiza. En la cárcel, se cruzó con presos famosos como el portero Jorge Mangeri (condenado por el crimen de Ángeles Rawson), Mario "El Rey de la Efedrina" Segovia, Iván Villalba (hijo del narco "Mameluco") y el cantante Patricio Fontanet, el exlíder de Callejeros. El Día de la Primavera de 2016, la Cámara Federal revocó el agravante por presunta actividad terrorista y Miguel salió.

— ¿Cómo fueron los días adentro? —Estuve con gente que nunca en mi vida me había cruzado. Gente que mató, secuestrad­ores, gente turbia. Los peores fueron los primeros días, cuando estuve en el pabellón de ingreso. Al principio estaba todo el día encerrado, pero pedimos que lo levantaran porque era insoportab­le estar las 24 horas en una celda.

Miguel estudia Contabilid­ad en la Universida­d de La Matanza, es fan de los autos y del rap. Nunca había estado siquiera demorado en una comisaría. Ahora quiere terminar la carrera e irse a vivir solo, apenas consiga trabajo en alguna empresa.

—En la facultad perdí un cuatrimest­re. Pero aprendí cosas ahí adentro. A cocinar, por ejemplo. Estofado, fideos, lo que comíamos ahí. Aprendí a valorar el tiempo en familia. También lloré... me quería ir a la mierda.

De Joel, en tanto, dice que “no tuvo ninguna participac­ión” y que sólo le prestó la PC. La última vez que ambos se vieron fue aquel fin de semana de 2016 que pasaron en la comisaría de Cibercrime­n.

Clarín también habló con Joel. “No le tengo rencor (a Miguel), pero prefiero tenerlo un poco lejos. La relación es inexistent­e. Lo que me molesta todavía es que no levantó el tubo para pedirle perdón a mi abuela, que es la dueña de la casa donde cayó la Policía. Estuvo meses sin dormir”, explicó. Igualmente, destaca: “Miguel es buena persona. Busca hacer chistes y no mide. Tiene esas cosas. Esta broma se le fue de las manos”.

Miguel aún espera que la jueza María Servini resuelva su pedido de probation. Joel fue sobreseído hace dos semanas. ■

Pensé que pasaría la noche en la comisaría y listo, pero fui a la cárcel. Ahí me crucé con asesinos”.

Miguel De Paola

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 ?? SILVANA BOEMO ?? A otra cosa. A los 23 años, Miguel quiere dejar atrás el episodio. Estudia y piensa en trabajar.
SILVANA BOEMO A otra cosa. A los 23 años, Miguel quiere dejar atrás el episodio. Estudia y piensa en trabajar.

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