La mitad de los argentinos está al margen de la bancarización
La “exclusión financiera” en Argentina es del 52% y creció desde 2014. Brasil, Uruguay y Chile están más bancarizados. La informalidad y la desconfianza en los bancos, las causas.
Mientras los que tienen cuentas bancarias o tarjetas de crédito acceden a servicios cada vez más sofisticados, el 52 por ciento sigue sin tener siquiera una caja de ahorro. Así lo indica un informe del Banco Mundial que compara la situación en 140 países. Y ubica en este aspecto a la Argentina por de- bajo de Chile, Brasil y Uruguay. Según los expertos, ocurre por la alta informalidad que hay en el país y la desconfianza en los bancos. Estar fuera del sistema bancario les impide acceder a promociones con descuentos y a cuotas, y también a los créditos a tasas más bajas.
Los bancos suman cada año sucursales y servicios. Emiten millones de tarjetas. Sus apps para PC y celulares son cada vez más sofisticadas y su uso se masifica. Las transferencias electrónicas crecen a ritmo acelerado. Todos esos avances son reales y concretos, pero también es cierto que sólo una parte de la población los aprovecha. Y una parte minoritaria. Más de la mitad de la gente aún sigue sin ser cliente de un banco y queda al margen de beneficios que para el “bancarizado” se volvieron claves.
Una encuesta nacional de la Universidad de Palermo (UP) y la consultora Voices!, a la que Clarín accedió en exclusiva, revela que en el primer trimestre de este año el 52% de los mayores de 18 años reconoció no tener siquiera una caja de ahorro básica en un banco. Y detalla que el promedio es bastante más alto entre las personas de menores ingresos (57%), en el Gran Buenos Aires (57%) y entre los jóvenes de 18 a 29 años ( 60%).
Si esta es la foto actual, ver la película suma otros datos llamativos. Un estudio del Banco Mundial realizado en 140 países, y publicado en abril con un diagnóstico coincidente, muestra que Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia lograron reducir su porcentaje de población no bancarizada entre 2014 y 2017. También progresaron en la materia Perú, Colombia y Ecuador, en línea con la tendencia global. En el mundo, la tasa se redujo de 39 a 33%.
Pero la Argentina, en los mismos tres años, incrementó su tasa de “excluidos financieros” en más de dos puntos (del 50 al 52%). Y los que se “desbancarizaron” fueron mayormente los más pobres, ampliando la distancia con los más acomodados.
Según el Banco Mundial, dentro el 40% de la población argentina que menos gana, los incluidos pasaron de ser el 44,6% en 2014 a representar el 37,4%. Mientras que, en el 60% restante de la población, subió de 53,9 a 54,9%. La brecha entre ambos gru- pos se duplicó en tres años.
“La bancarización en Argentina es notablemente baja. Estamos no sólo lejos de los países desarrollados, sino también de los que están en vías de desarrollo”, remarcó Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de UP.
En efecto, según el Banco Mundial, con su tasa del 52% de gente sin cuenta, Argentina quedó muy relegada frente a Chile (donde sólo el 26% está excluido), Brasil (30%) y Uruguay (36%), y superada también por Bolivia (49%). Entre los limítrofes, sólo Paraguay quedó peor ubicado (69%). El promedio en América Latina y el Caribe bajó al 47%. En Rusia es del 24% y en India y China es del 20%. Mientras que en los países más ricos del mundo el promedio es del 8%, y en varios incluso menor al 1%.
“La principal razón de nuestro retraso -analiza Foglia- es el alto grado de informalidad de la economía. A diferencia de otros países, acá hay gente que tiene actividades económicas lícitas y aun así no tiene cuenta bancaria. Algunos motivos que podrían explicarlo son el interés por evadir impuestos, la falta de sucursales bancarias en las zonas menos favorecidas y una larga historia de crisis económicas que favorece la desconfianza, en especial entre las personas de mayor edad”.
La encuesta de Voices! y la UP resalta al respecto que el 73% de la población tiene “poca o ninguna” confianza en los bancos, cifra que trepa al 78% entre los no bancarizados. Mientras que, entre quienes sí tienen cuenta, 4 de cada 10 están poco o nada seguros de que el dinero que tienen depositado “esté protegido”.
“La desconfianza es un fenómeno profundo que involucra a casi todas las instituciones públicas y privadas. A excepción de la Iglesia y las ONG, es más gente la que desconfía que la que confía en las instituciones. Teniendo en cuenta esto, y la historia del país, la baja confianza en los bancos no sorprende”, agrega Delfina Rosell, encargada de Marketing e Innovación de Voices!.
Consultados sobre por qué no sacan una cuenta, 42% de los “excluidos” dijo también que no tiene dinero suficiente. Una respuesta que, según los especialistas, revela el escaso nivel de información sobre las cuentas universales gratuitas que, en teoría, todos los bancos deberían estar ofreciendo con mínimos requisitos.
“El efecto es que, así, la mayoría queda afuera de beneficios como la chance de financiar en cuotas sin interés o a bajas tasas, o de aprovechar los buenos descuentos que se dan con una tarjeta bancaria. El no bancarizado suele ser el más pobre, y para colmo, pagando en efectivo al precio de lista, subsidia el descuento que se le da al bancarizado”, agregó Foglia.
Según la encuesta, entre los bancarizados, la mitad aprovechó promociones en el último año, mayormente para comprar alimentos y bebidas, ropa, calzado, electrodomésticos y viajes.