La presencia de Menem fue clave para alcanzar el quórum
A la oposición le faltaba un senador ayer por la madrugada para poder asegurar el quorum y poder aprobar la ley contra el tarifazo cuando el riojano Carlos Menem ingresó al recinto ayudado por un asistente. El reloj marcaba las 2.22 y en el bloque peronista se sintió un suspiro de alivio. El ex presidente, que estuvo ausente durante la mayor parte del debate cumplió la palabra que había dado al kirchnerismo: se sentó en su banca para dar inicio a la sesión y volvió para la votación final.
Con temor a que el oficialismo jugara con no bajar a tiempo, el pero- nismo debía garantizarse que todos los suyos estarían presentes. El histórico asesor de Menem Ramón Hernández había acordado con el bloque que comanda Miguel Angel Pichetto llevarlo a las 14 en punto para que ayudara a alcanzar el número necesario para iniciar la sesión. “Nos dijo que lo llevaba para abrir la sesión, se iban y lo volvía a traer para la votación. Así fue”, aseguraron integrantes de la bancada, que rescataron la “voluntad” del ex mandatario a sus 88 años.
“Carlos está grande, falta seguido, pero esta vez vino porque se lo pedimos. Siempre le responde a Pichetto. Se tienen afecto”, asegura un senador. Pichetto, además, fue clave para impedir que avance el pedido de desafuero en su contra.
De traje gris, camisa celeste y corbata azul Menem llegó al Senado al mediodía, puntual, acompañado de su hija Zulemita. Una hora y media más tarde, con la sesión ya iniciada, abandonó su banca. Se especuló con que se había ido a un departamento de Belgrano a descansar, aunque desde el oficialismo aseguran que en ningún momento salió del Congreso.
El senador tiene uno de los despachos más grandes de la Cámara Alta, ubicado en la planta baja, uno de los primeros en ser remodelados en el marco de la obra de refacción que se lleva adelante en el edificio. Es el que solía usar su hermano, Eduardo Menem, senador hasta 2005.
Impecable, volvió pasadas las 2 am, cuando faltaba sólo un discurso de cierre. Se había ido del Congreso por la tarde “por un compromiso” y había regresado a las 22. En su despacho cenó, tomó café y miró fúbol por TV. Luego, en el recinto del Senado, u presencia terminó siendo determinante en una sesión "estresante" en la que según la oposición, Cambiemos no se dio por vencido hasta último momento e intentó quebrar y hasta levantar la sesión. ■