Buen provecho
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires tuvo una semana en la que mezcló ingredientes políticos y gastronómicos que la pusieron casi en Modo Chiquita Legrand: primero, fue el menú compartido por María Eugenia Vidal (en una requerida parrilla porteña) junto a Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta, donde el bife de chorizo, el de cuadril y una tapa de asado fueron acompañadas por abundantes ensaladas y mucha conversación sobre el tema tarifas y el futuro del peronismo. Y hoy, la gobernadora cerrará su semana en con otro almuerzo relevante: un poderoso intendente peronista se sentará a la misma mesa que Vidal, de donde surgirá la versión oficial sobre una cita para hablar de temas municipales y provinciales. Pero la verdad de la milanesa (ya que estamos hablando de asuntos culinarios) es que lo más potente del ágape irá por las internas del peronismo y la pelea electoral que se avecina en 2019, donde Vidal apuntará a su reelección. En las oficinas vidalistas de la ciudad de La Plata ya imaginan una interna en el peronismo entre Felipe Solá y Verónica Magario, en el rubro de gobernador. Los más dia- loguistas del peronismo ven a Solá como un buen candidato, con elevado nivel de conocimiento y el agregado de ya haber ocupado el cargo, y los kirchneristas piensan en la actual intendenta de La Matanza como alguien que defenderá con uñas y dientes lo hecho por el peronismo en la “década ganada”. Sobre esto, Solá hoy habla de su postulación pero para Presidente, y en La Matanza muchos ya ven a Fernando Espinoza regresando a la intendencia, aburrido ya de su rol de diputado nacional siendo un hombre acostumbrado a la rosca conurbana. Vidal tendrá así más elementos para poner sobre su plato electoral, el que - según rezan todas las encuestaspresagia una cómoda reelección de la mandataria bonaerense. ¿Lo digo o no lo digo?