Mecenazgo porteño: la cultura puede esperar
El llamado de 2017 lleva más de un año sin respuesta, salvo a los proyectos rechazados. Preparan una nueva ley.
Quienes hayan acuñado algún lindo proyecto y entren a la página del Ministerio de Cultura porteño con la ilusión de conseguir alguna ayuda económica a través del régimen de mecenazgo, tal vez terminen el día frustrados: "Por el momento no se encuentra disponible la fecha de la Convocatoria 2018, es lo que se informa bajo el título "Información para beneficiarios".
En cambio, las instituciones que se presentan todos los años para pedir esos fondos -aportes privados a la cultura que luego se deducen de impuestos- no se sorprenderán: ellos saben que el llamado de abril de 2017 todavía no se resolvió y ven cómo los montos pedidos se devalúan mientras algunos reciben llamados informales comunicando que "está por salir" y otros, cartas de rechazo a sus proyectos. Pasó un año: todos los plazos están vencidos pero hasta ahora no hubo apuro. Los que tienen espalda hacen su obra y recuperan después y los que no, bajan la persiana. La cultura puede esperar.
En la ciudad de Buenos Aires, la Ley de Mecenazgo se aprobó en 2007 y se aplicó dos años más tarde. Si bien nunca fue un trámite dinámico, entró en un tempo cada vez más moroso en los últimos dos años. Su propósito es generar aportes privados para la cultura y eso se logra dándoles a quienes donan beneficios impositivos; es decir que en la práctica el Estado redirige parte de sus recursos al área de cultura. Quien lo requiere presenta un proyecto y un comité de especialista aconseja su aprobación o su rechazo: según la ley, a los 60 días de la presentación de un proyecto, el comité tiene que entregar su informe al Ministerio de Cultura. El monto total otorgado a todos los proyectos no puede superar el 1,1 de lo recaudado por Ingresos Brutos. ¿Mucho o poco? En 2017 la recaudación fue de 91.248 millones de pesos, así que el área podría beneficiarse con 1.003 millones, pero, explican desde el Gobierno, en la práctica el número lo decide el Ejecutivo. ¿Mucho o poco? Mucho: para 2018, el presupuesto del ministerio de Cultura porteño es de alrededor de 4.278 millones. ¿Quiere el gobierno porteño aumentar tanto el presupuesto de Cultura? Difícil de creer.
La ley porteña tiene en cuenta a los pequeños aportantes, que recibirán como compensación todo lo que hubieran pagado por Ingresos Brutos. Y establece que los más grandes, las em- presas, puedan dirigir a estos proyectos el 10 por ciento de sus obligaciones con la Ciudad. Aquí hay otras consideraciones: si muestran su marca en el evento u obra que patrocinan, las empresas reciben de vuelta el 50 por ciento de lo que aportaron. Y si no lo hacen, el fisco porteño les devuelve todo.
Los proyectos más diversos se financiaron así: desde el Festival de Teatro Clásico hasta una Fiesta de títeres para adultos. Desde el Festival de Artes Escénicas Konex hasta teatro comunitario en Pompeya. Desde una revista de fotografía hasta el catálogo de la feria arteBA. Desde el festival literario FILBA hasta la Bienal de Performance. Y, para asombro de muchos, reformas edilicias de museos públicos -como el Larreta, en Belgrano- y hasta actividades corrientes de esas instituciones, como la celebrada muestra de Tomás Sara- ceno en el Moderno, de San Telmo.
Es que los museos porteños tienen presupuestos indigentes, explican varios directores, en el más cerrado off the record. Tienen cajas chicas de unos 15.000 pesos que reciben después de llenar cordilleras de papeles. Y para funcionar tienen que gestionar gasto por gasto. Sin la plata de mecenazgo, deslizan, no llegan a fin de año.
Frente a eso, algunos directores optaron por pedir Mecenazgo. "En abril de 2017 -cuenta Delfina Helguera, directora del Larreta- me presenté con un proyecto para terminar las salas. Pedía el arreglo del equipo de climatización del depósito de obras con un humidificador nuevo (indispensable para conservar las obras), arreglar carpinterías y completar la iluminación. Hace unos días me llegó un papel diciendo que no me lo otorgaban". El museo genera re- cursos: su bellísmo jardín se alquila por 13.000 pesos por día. Pero el dinero no queda en casa sino que va a las arcas generales. Un restaurante que allí funciona paga 39.000 pesos, que siguen el mismo camino.
El problema -cuentan en una fundación que ya recibió dos rechazos- es que tardan mucho y aprueban un 50, 70 por ciento de lo pedido. "Para cuando te llega, termina siendo tan poca plata que es un problema: tenés un compromiso de hacer algo y no te alcanza".
En el Gobierno porteño informan que la lista de proyectos aprobados en 2017 está lista y que la darán a conocer en estos días: planean hacer, antes de fin de junio, una feria donde se encuentren creadores y sponsors. Pero respecto de este tema lo que tienen bajo el brazo es un nuevo proyecto de ley, que esperan mandar a la Legislatura en un mes, cuando lo terminen de consensuar con la Jefatura de Gabinete. Su intención es que los empresarios aporten más. Que no puedan deducir más que el 70 o el 80 por ciento.
Para tentar a las empresas, la nueva ley permitiría que los patrocinadores difundan su imagen. También -si la charla con las áreas que manejan plata prospera- plantearían que Mecenazgo tuviera un piso de dinero, el 0,5 por ciento de lo recauda Ingresos Brutos. Pero todo depende de lo que diga, en última instancia, Jefatura de Gabinete. A nivel nacional, un proyecto similar cayó herido en diciembre, por cuestiones de recursos.
Que la cultura genera empleos, que crea imagen, que es parte de la identidad porteña, insisten quienes aspiran a los fondos del Mecenazgo. Una demanda que viene demorada. ■