Obstruye las trompas de Falopio y termina en cirugía o in vitro
La Chlamydia trachomatis (Ct) es una de las causas más frecuentes de infertilidad sobre todo en donde el nivel económico de la mujer es más bajo. Una vez dentro de la célula produce infecciones y procesos inflamatorios en la pelvis (se conoce como en- fermedad inflamatoria pélvica). Afecta principalmente las trompas del Falopio, que sirven de camino para los espermatozoides que puedan fecundar al ovocito. La infección ocasiona una obstrucción de las trompas, impidiendo que se produzca la fecundación. Esto es algo que clínicamente se conoce como factor tubárico. Para resolver está obstrucción hay dos caminos: a través de una corrección quirúrgica o mediante una fecundación in vitro, técnica de reproducción asistida en la que se trata de conseguir que un espermatozoide fecunde el óvulo fuera del cuerpo de la mujer, en un laboratorio.
Esta enfermedad de transmisión sexual se caracteriza por ser asintomática. En algunos casos, puede manifestarse como una leve febrícula, pero muchos descubren la secuela cuando deciden realizar una consulta por infertilidad.
Pero no sólo la mujer se ve afectada, ya que el hombre sufre también una alteración en la calidad del espermograma. Lo que implica que afecta a la pareja en igual medida. Por tanto, el tratamiento debe ser en pareja para que no se vuelva a replicar el contagio.
En el caso del aparato reproductor femenino, afecta principalmente a las trompas y en forma secundaria, genera una inflamación en el endometrio, lo que deriva también en una falla en la implantación de los embriones. Algo que tiene incidencia en la pérdida de embarazos (abortos espontáneos) por sus efectos sobre el útero.
Desde la prevención, se comienza realizando un cultivo del cuello del útero, porque es en ese punto donde reside la Chlamydia, mediante un hisopado. Esto es obligatorio antes de iniciar un tratamiento de fecundación in vitro. En caso de ser detectada la bacteria, se puede prevenir mediante el uso de antibióticos en forma conjunta a la pareja. Al ser una infección de orden intracelular, es bastante complicado erradicar a este invasor, por lo que el tratamiento antibiótico se debe extender entre dos y tres semanas.
Como muchos temas de salud reproductiva la educación sexual es un pilar fundamental. Hay que agregarle el control ginecológico periódico y, en el caso de parejas no estables, el uso de métodos anticonceptivos de barrera (condón) son medidas fundamentales para reducir riesgos.