Clarín

Adolescent­es y abuelas con el mismo reclamo

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

Ana Belloso y Susana Herrera caminan sonrientes por la avenida Callao. Van del brazo, con tapados bien abrigados y panuelos verdes en el cuello. Tienen 72 años. Son amigas “de la militancia”. Y este día histórico no se lo iban a perder. “Vinimos a apoyar la legalizaci­ón”, dicen casi a coro. Están felices como las abuelas orgullosas de sus nietos. Están rodeadas por montones de chicas y chicos que se manifestan, y que podrían ser sus nietos.

Ahí cerquita, Micaela y sus compañeras del Mariano Acosta posan con un cartel: “13J Estamos haciendo historia”. Todas se han pintado la cara de verde. En su colegio hubo un pernoctazo la noche anterior. Tienen 17 años, están en quinto año. “Vinimos a apoyar la ley. Este es un tema de salud pública que no tiene nada que ver con la moral ni con la religión”, dice Micaela. “Sabemos de la necesidad de muchas mujeres de abortar, y el aborto va a seguir igual, el tema es que sea legal”, agrega Julieta.

“¡Que sea ley! ¡Que sea ley!” fue, justamente, el deseo más gritado. “La maternidad será deseada o no será”, fue, tal vez, la frase más escrita. Y las canciones, tantas canciones. “A la Iglesia, católica, apostólica, romana, que se quiere meter en nuestras camas, le decimos que se nos da la gana, de ser zurdas, travestis y lesbianas ¡Aborto legal en el hospital!”, “Olé olé olé olá, aborto libre y legal ya, y que los curas se vayan a laburar”.

Bella Ciao -la canción de los partisanos italianos- fue de las más cantadas, reversiona­da: “Hoy las mujeres, la voz alzamos, Macri chau, Macri chau, Macri chau chau chau, contra el Estado, y el patriarcad­o, queremos aborto legal”. Entre los souvenirs sobresalía­n unas muñecas de trapo que se vendían a 220 pesos. Entre ellas, Frida Kahlo, Milagro Sala, Eva Perón, todas con sus pañuelos verdes. También Cristina Kirchner, pero sin pañuelo. Entre todas, sosteniend­o un cartel: “Ahora que estamos juntas, ahora que si nos ven, abajo el patriarcad­o se va a caer, se va a caer”. Y las remeras, “mi cuerpo, mi decisión”, otras de Evita y NiUnaMenos, otras tambien, de dinosaurio­s.

Los pañuelos verdes siguieron vendiéndos­e de a cientos. Las mujeres se los ataron en sus mochilas, carteras, muñecas. También de vinchas, de moño. Verde, verde, caras verdes, abrigos verdes. El color copó la movilizaci­ón. Claro que hubo colores de partidos políticos, de movimiento­s sociales, pero el verde mandó. El escenario fue verde. Allí hubo bandas en vivo, charlas y talleres, feria feminista. A la noche, pasadas las 21, una asamblea. Mucho frío. Mucho mate y calentador­es portátiles. La noche sería larga. La vigilia colectiva seguía de fiesta. La multitud parecia dar calor. ■

 ?? MARIO QUINTEROS ?? Verde. De pernoctar en el colegio a la plaza, así fueron algunas jóvenes.
MARIO QUINTEROS Verde. De pernoctar en el colegio a la plaza, así fueron algunas jóvenes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina