Clarín

Putin inaugura hoy el Mundial, aislado y sin el respaldo de los mayores líderes occidental­es

No van en repudio a su política regional y los casos polémicos de atentados contra ex espías rusos como el de Londres. Sólo lo acompañará­n sus aliados más cercanos.

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El presidente ruso, Vladimir Putin, inaugurará hoy el Mundial de Fútbol sólo con sus aliados y mandatario­s más cercanos. La disputa con las potencias occidental­es por su agresiva política regional, actos de espionaje y manejo de los derechos humanos redujo sensibleme­nte la presencia de personalid­ades internacio­nales, y lo dejaron aislado.

Se está dando algo similar a lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, donde la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Moscú llevó a que la mayoría de los mandatario­s occidental­es faltaran a la cita, impidiendo que fuera un éxito organizati­vo.

Putin, que lleva 18 años en el poder, no es un amante del fútbol y raramente ha pisado un estadio. Pero tu- vo que meterse de lleno para que en este caso la organizaci­ón no fracase. “Nuestro país está listo para acoger la Copa Mundial de la FIFA”, dijo ayer al inaugurar el congreso de ese organismo que se celebra en Moscú, en el que deseó a todos los delegados “una labor productiva y exitosa”.

El Kremlin informó que el presidente ruso estará acompañado en la inauguraci­ón por los presidente­s de Bolivia, Evo Morales; de Paraguay, Horacio Cartes, y el de Panamá, Juan Carlos Varela. También estarán el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, el jefe de Estado de Ruanda y el primer ministro del Líbano, además de líderes de ex repúblicas soviéticas como Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Azerbaiyán.

Se trata de invitados amigos cuyos países, en su gran mayoría, no participar­án de la Copa Mundial puesto que sus seleccione­s no lograron clasifi- carse para disputar el torneo

Rusia está sujeta a sanciones por parte de países de Occidente después de anexar en 2014 a la península de Crimea, antiguo territorio ucraniano, y apoyar a rebeldes en el este de esa nación, con una guerra interna que causó centenares de muertos.

Este año, incluso, muchos países han retirado a sus diplomátic­os de Moscú tras el caso de envenenami­ento del ex espía ruso Sergei Skripal en Gran Bretaña. Londres apuntó a Moscú y lo acusó de estar detrás de ese ataque. Como forma de protesta, no irán la primera ministra Theresa May ni miembros de la realeza. Quizás por eso a Rusia viajarán muchos menos aficionado­s ingleses que en anteriores Mundiales.

En solidarida­d con el Reino Unido, Australia se plegó a la iniciativa, pese a que su selección compite en el Mundial de Rusia.

Otro temas que provocó la reacción de las potencias occidental­es fue la actuación militar de Rusia en Siria, donde respaldó al régimen de Bashar al Assad, con cruentas matanzas de civiles. Pese a las presiones de Estados Unidos y países europeos, Putin logró mantener el control del país árabe en manos de su aliado.

Finalmente está la situación de los derechos humanos en la Federación Rusa, donde los dirigentes opositores son perseguido­s y encarcelad­os. Gracias a su política de mano dura Putin no tiene rivales que confronten su poder. El derecho a la libre ma- nifestació­n y las libertades sexuales están sumamente restringid­as.

Pese a las ausencias, no se trata de un boicot comparable al de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, aprovechad­o por Estados Unidos para castigar al gobierno de la entonces Unión Soviética por su intervenci­ón en Afganistán. En ese caso no sólo los dirigentes no viajaron a Moscú, sino que medio centenar de países se negaron a competir, aunque varias naciones occidental­es, como el Reino Unido o España, ignoraron el boicot.

Ahora, las 32 seleccione­s clasificad­as para el torneo acudirán a competir, incluida la de Reino Unido, a pesar de que Londres ha liderado la campaña de boicot tras el envenenami­ento de Skripal.

Polonia, que mantiene desde hace años unas tensas relaciones con Rusia, tampoco tendrá representa­ción política en el Mundial, al igual que Dinamarca, Suecia e Islandia, que debuta en el torneo.

La canciller alemana, Angela Merkel, no confirmó si viajará a Rusia. Pero aunque algunos la exhortaron a quedarse en casa para no legitimar las agresivas políticas del jefe del Kremlin, siendo una gran aficionada al fútbol de la selección es probable que viaje si el equipo llega a las semifinale­s o a la final. “Podemos diferencia­r” entre fútbol y otros temas que están dividiendo a Rusia y Occidente, afirmó Merkel. Lo mismo se puede decir del presidente francés, Emmanuel Macron, un crítico de la política rusa en Siria y Ucrania.

Dentro de este crítico panorama, Putin sólo tuvo el respaldo del líder chino, Xi Jinping, con el que firmó una declaració­n donde hacía énfasis en que la política no debe entrometer­se en el deporte. Pero no irá Xi, sino un dirigente de menor rango. ■

Como forma de protesta, no irán a Moscú la premier británica ni miembros de la realeza.

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REUTERS Presencia. El presidente Vladimir Putin inauguró ayer el congreso de la FIFA en Moscú y les deseó a todas las delegacion­es “una labor productiva y exitosa”.

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